Saltar Aviso
EN VIVO
Mira En Vivo la edición de T13 Tarde
Feed BBC

El extraordinario encuentro entre una esclava liberada, y Victoria, la mujer más poderosa del mundo

El extraordinario encuentro entre una esclava liberada, y Victoria, la mujer más poderosa del mundo
T13
Compartir
Hace 125 años, una campesina de Liberia que había sido esclava logró cumplir su sueño de conocer a la reina Victoria y entregarle el regalo que bordó con sus propias manos. ¿Qué la llevó a querer hacerlo y por qué la monarca británica se reunió con ella?

Las dos mujeres, de una edad similar, se saludaron con calidez, estrechándose las manos y sonriendo. Una era la mujer más poderosa del mundo; la otra había nacido en esclavitud.

A Martha Ann Erskine Ricks de Liberia le había tomado más de 50 años cumplir finalmente su sueño de toda la vida. Y su encuentro con la reina Victoria de Reino Unido fue extraordinario por muchas razones.

Extraordinario porque causó tal impresión en la reina que lo consignó en su diario porque fue tan cariñoso y, sencillamente, porque tuvo lugar.

La reina y la campesina se reunieron en el castillo de Windsor el sábado 16 de julio de 1892.

Ricks llevó un regalo: un edredón de satín, cuyo bordado era un cafetal florecido, con bayas rojas y verdes.

"Donde vivo, cuando alguien nos viene a visitar a la granja, nunca llega sin un pequeño regalo", le explicó Marta Ricks al periódico londinense Pall Mall Gazette, pocos días después de la reunión.

"¿Cómo iba a venir a visitar a la reina Victoria sin traerle un regalo? Lo hice yo misma, cada puntada".

Rodeada de cortesanos, sus hijos y sus nietos, la reina Victoria le dijo a Martha que "se sentía muy honrada por su visita", según un informe publicado en el Daily Graphic, un periódico ilustrado de la época, que publicó un dibujo representando la reunión en su primera página.

En su diario, la reina describió a Ricks como "muy leal... con una cara amable. Le estreché la mano y ella siguió sosteniendo y sacudiendo la mía".

La mano que sacudía también fue memorable para Ricks, como le dijo al Pall Mall Gazette:

"No se quedó mucho tiempo en la habitación dorada y se me olvidó que me dijo, pero nunca olvidaré cómo sonrió y cómo me estrechó la mano".

Pero, ¿por qué Ricks quería tanto conocer a la reina Victoria y hacerle una colcha?

Una de las razones es que Reino Unido fue el primer país en reconocer la independencia de Liberia, incluso antes de EE.UU..

Otra, según le dijo al Pall Mall Gazette en julio de 1892, fue por el apoyo de la reina Victoria al movimiento antiesclavista.

"Desde que era niña supe cuán buena fue la Reina con mi gente -los esclavos- y cuánto quería que fuéramos libres".

Talentosa con la aguja

Ricks había viajado mucho para conocer a la reina Victoria, física y metafóricamente.

Había nacido en esclavitud en 1817 en Tennessee, en el sur de Estados Unidos.

Su padre George Erskine compró la libertad de la familia y, en 1830, cuando Ricks tenía 13 años, la familia de nueve se mudó a Liberia, el país de África Occidental fundado por antiguos esclavos estadounidenses y caribeños.

Desafortunadamente, en cuestión de un año, toda la familia menos Ricks y dos de sus hermanos habían muerto de fiebre.

Ricks se estableció en una granja en Clay Ashland, que es hoy un pueblo tranquilo situado a orillas del río San Pablo, a unos 16 kilómetros al este de la capital Monrovia.

Certificado de la Sociedad Neoyorkina de Colonización
Certificado de la Sociedad Neoyorkina de Colonización

Clay Ashland fue uno de los primeros lugares colonizados por los antiguos esclavos de Estados Unidos que, con la ayuda de la Sociedad Americana de Colonización, hicieron de África Occidental su hogar a partir de 1820.

Ricks se dedicó a la agricultora, cultivando verduras, jengibre, el cacao y el café.

Además, tenía una gran reputación por su talento con la aguja, y ganaba premios en ferias nacionales por la exquisita confección de sus medias de seda. Era, también, experta en el arte del acolchado, una tradición que los colonos trajeron del sur de Estados Unidos.

"Tía Martha realmente inspiró a las mujeres de Liberia a hacer colchas", dice Evangeline Morris Dennis de su antepasada. Ricks era la tía abuela de la madre de Dennis.

"Cuando a tía Martha pensó en llevar un regalo, lo primero que se le ocurrió fue una colcha con un árbol de café".

Eso porque los cafetos florecieron en la granja de Marta y eran, según ella, un símbolo del potencial de Liberia, que en 1847 se había declarado la primera república de África, cuenta Dennis, quien tiene 83 años, hablando como si hubiera conocido a su tía Martha, aunque no fue así.

Planta de café pintada en la carátula de una revista estadounidense de la época
Planta de café pintada en la carátula de una revista estadounidense de la época

Ricks murió en 1901, el mismo año que la reina Victoria. Pero las historias de su vida han pasado de generación en generación y la de ese evento hace 125 años se repite a menudo.

El edredón del árbol del café de Martha Ricks sigue siendo especial para la familia. Y también para la historia de Liberia, sostiene Kyra Hicks, historiadora del edredón y autora del libro para niños "El edredón de Martha Ann para la reina Victoria".

"Alguien que había sido una esclava pasó 50 años queriendo darle un edredón a una reina: es maravilloso pensar en la audacia y la fe que tuvo en que un día vería a la reina de Inglaterra".

Hicks señala que la colcha fue la primera colcha liberiana que se dio como regalo diplomático.

Ellen Johnson Sirleaf, la primera presidenta electa de un país africano, revivió la tradición en 2005. Ella a menudo da edredones de regalo a dignatarios.

Por desgracia, la colcha de Ricks se perdió. Pero la familia y Hicks, que ha pasado más de siete años buscándola, no pierden las esperanzas de que algún día alguien abra un armario y la encuentre.

Señal T13 En Vivo
Etiquetas de esta nota