Newton, Einstein y Stephen Hawking lograron grandes avances para explicar los misterios del universo, pero hay una tarea que, a pesar de sus esfuerzos, aún está tremendamente atrasada.
Hoy solo sabemos de qué está hecho el 5% del universo: el 95% restante está compuesto por dos materiales invisibles y desconocidos: la energía oscura y la materia oscura.
Lo poco que sabemos de ellas está basado en sus efectos sobre la gravedad.
Los científicos no saben realmente qué son estas sustancias, pero sus modelos teóricos dan pistas sobre cómo funcionan.
La materia oscura ejerce una gravedad que mantiene a las galaxias unidas; la energía oscura, por el contrario, ejerce una fuerza de repulsión que es la que hace que el universo se expanda.
La materia oscura y la energía oscura hasta ahora se han observado como fenómenos separados, pero un nuevo estudio de la Universidad de Oxford plantea que en realidad ambas son parte de un mismo concepto, igual de extraño y misterioso.
El astrofísico Jamie Farnes, autor del estudio, plantea que ambas sustancias conforman un "fluido oscuro" de gravedad negativa.
Y ese fluido, según su teoría, sería la sustancia de la que está hecho el 95% del universo.
El mundo al revés
Imagina un objeto que al empujarlo en vez de alejarse de ti, se acerca. Sería como la fuerza de gravedad, pero al revés.
Estos objetos, por extraños que parezcan, no son un concepto nuevo, e hipotéticamente son posibles. Se les llama objetos de masa negativa o gravedad negativa, como el "fluido oscuro" que propone Farnes.
De esa manera, el astrofísico propone un modelo que intenta explicar cómo las fuerzas de atracción y repulsión conforman una extraña sustancia que mantiene al universo unido pero en constante expansión.
"El resultado es hermoso", escribe Farnes en un comunicado de Oxford. "La energía oscura y la materia oscura se pueden unificar en una sola sustancia, y ambos efectos pueden explicarse simplemente como materia de masa positiva navegando en un mar de masas negativas".
Es como un constante coqueteo entre ambas fuerzas, una positiva y una negativa que crean un halo cósmico que mantiene todo en su lugar.
"La gravedad de la galaxia de masa positiva atrae masas negativas desde todas las direcciones, y a medida que el fluido de masa negativa se acerca a la galaxia, éste a su vez ejerce una fuerza de repulsión más fuerte sobre la galaxia", explica Farnes.
De esa manera, la galaxia puede girar a altas velocidades sin salir volando en pedazos.
"Así, parece que un simple signo menos puede resolver uno de los problemas más antiguos de la física", dice Farnes.
De todos modos, a pesar de lo elegante e intuitiva que parece la teoría de Farnes, el es primero en reconocer que queda mucho camino por delante para descubrir los enigmas del universo.
"Está claro que esta nueva teoría genera una gran cantidad de nuevas preguntas", escribe Farnes en el portal The Conversation. "La búsqueda para entender la verdadera naturaleza de este bello, unificado y quizás polarizado universo apenas comienza".