El estudio que desmonta la teoría de que beber de forma moderada es saludable
¿Creías que beber una copa al vino al día era saludable?
Un nuevo estudio genético a gran escala, publicado en la revista especializada The Lancet, desmiente ahora la teoría de que beber de forma moderada puede proteger de determinadas enfermedades.
Incluso la ingesta moderada de alcohol aumenta la presión arterial y las probabilidades de que podamos sufrir un derrame cerebral, según la investigación realizada por expertos de Reino Unido y China.
El equipo le dio seguimiento a 500.000 adultos en el país asiático durante 10 años.
Sus conclusiones, aseguran los especialistas, son relevantes para cualquier sociedad del mundo y la mejor prueba hasta el momento de los efectos directos del alcohol.
Este estudio se suma a otra investigación global publicada el año pasado que confirmó que ningún nivel de consumo de alcohol puede ser considerado saludable.
Hasta ahora, estaba comprobado que una gran ingesta de alcohol es dañina para la salud y aumenta el riesgo de sufrir un ictus, pero algunos estudios habían sugerido que beber pequeñas cantidades podía ser bueno para la salud mientras otros determinaron que no había ningún nivel de consumo "seguro".
El riesgo
Los investigadores, de la Universidad de Oxford, de la prestigiosa Universidad de Peking y la Academia de Ciencias Médicas de China, comprobaron que:
- Una bebida alcohólica o dos al día aumenta el riesgo de padecer un derrame cerebral en alrededor de un 10-15%
- Beber cuatro bebidas alcohólicas al día aumenta el riesgo en alrededor de un 35%
En el estudio, una "bebida" fue definida como:
- Un vaso pequeño de vino
- Una botella de cerveza
- Una medida estándar de licor fuerte
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 2.300 millones de personas en el mundo beben alcohol, con una media por persona de 33 gramos de alcohol puro al día, que se estima que es equivalente a unos dos vasos de vino (de 150 ml), una botella de cerveza de 750 ml o dos tragos de licor de 40 ml.
El estudio no halló ninguna prueba de que beber de forma reducida o moderada tuviese un efecto "protector".
"Las afirmaciones de que el vino y la cerveza tienen efectos protectores mágicos no se sostienen", manifestó Richard Peto, co-autor del estudio y profesor de estadísticas médicas y epidemiología de la Universidad de Oxford.
Sobre la posibilidad de un ataque el corazón y su relación con el consumo de alcohol, no obstante, los investigadores indicaron que los efectos no estaban claros y que se necesitaban más datos.
¿Por qué China?
La investigación se centró en personas de Asia Oriental, ya que un porcentaje de estas tienen variantes genéticas que limitan su tolerancia al alcohol.
Dado que su composición genética tiene grandes efectos en relación al consumo de alcohol, pero no afectan otras variables como la dieta, el consumo de tabaco, el estatus económico o la educación, pueden ser utilizados por los científicos para determinar las consecuencias de la ingesta de alcohol.
Los científicos del informe aseguran que, al comparar los resultados de los bebedores y los no bebedores según su perfil genético pudieron establecer de una forma más certera los efectos directos del alcohol sobre el riesgo de padecer un derrame cerebral.
"Utilizar la genética es una vía novedosa... para esclarecer si beber de forma moderada nos protege realmente o si es ligeramente dañino", manifestó la doctora Iona Millwood, co-autora del estudio y epidemióloga de la Universidad de Oxford.
"El análisis genético nos ayudó a entender las relaciones causa-efecto".
Los investigadores consideran que todos deberíamos reducir nuestro consumo de alcohol: el mensaje clave de su estudio, destacan, es que ahora hay una prueba clara de que beber de forma moderada no protege de un ictus.
Eso significa que incluso beber una pequeña cantidad de alcohol al día puede aumentar las probabilidades de sufrir un derrame cerebral.
¿Qué dicen otros expertos?
No obstante, el estudio también planteó algunas dudas entre la comunidad científica.
El doctor Stephen Burgess, de la Universidad de Cambridge, consideró que tiene ciertas limitaciones: que sólo estudió la población china y se centró principalmente en el consumo de licores y cerveza, no vino.
No obstante, Burgess cree que la investigación refleja la culminación de muchos años de investigación sobre el impacto del consumo de alcohol.
"Sugiere de manera contundente que no hay beneficio cardiovascular de beber de forma moderada y que el riesgo de un derrame cerebral aumenta incluso con un consumo reducido de alcohol".
"El riesgo de derrame cerebral aumenta de forma proporcional a la cantidad de alcohol consumida, así que si una persona decide beber, entonces debería limitar su consumo de alcohol".
Para Kevin McConway, profesor emérito de estadística aplicada de la Universidad Abierta en Reino Unido, la investigación no responde a todas las preguntas.
"Aumenta lo que sabemos sobre el rol del alcohol sobre ciertas enfermedades, pero no puede ser la última palabra", manifestó.
"El nuevo estudio no aclara exactamente cómo el alcohol hace que aumente el riesgo de ictus pero no aumenta el riesgo de un ataque al corazón".
En cualquier caso, la investigación llevó a algunos a poner en cuestión anteriores teorías ampliamente aceptadas, como señala David Spiegelhalter, profesor de percepción pública del riesgo en la Universidad de Cambridge.
"Siempre había estado razonablemente convencido de que el consumo moderado de alcohol protegía de enfermedades cardiovasculares, pero ahora tengo mis dudas".
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