El agridulce acuerdo que pone fin a la disputa por el azúcar entre México y Estados Unidos
La negociación empezó en 2014 y ahora concluye. Pero su resultado no fue tan dulce como algunos esperaban.
Este martes los gobiernos de México y Estados Unidos anunciaron un "principio de acuerdo" sobre el comercio de azúcar entre ambos países.
En el convenio, las autoridades mexicanas aceptan reducir las exportaciones de azúcar refinada y, a cambio, los estadunidenses suspenden una investigación por competencia desleal en el comercio del endulzante.
Actualmente el 53% del azúcar mexicana enviada el mercado estadunidense es refinada, lo cual provocó quejas de empresarios locales.
La nueva cuota será de 30% del total de las exportaciones. Esto significa un aumento en el volumen de azúcar cruda para refinarse en ingenios de EE.UU.
Sin embargo, el secretario de Comercio estadunidense, Wilbur Ross, reconoció que el acuerdo no fue aceptado por los empresarios de su país.
Y en México algunos advierten que habrá un impacto negativo para los productores de caña de azúcar en el país.
México es el principal proveedor extranjero de azúcar a Estados Unidos. Este año las expectativas de exportación son de 1,6 millones de toneladas.
El acuerdo sobre la exportación de azúcar ocurre cuando ambos países se preparan para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Amargo origen
El litigio empezó en 2014, cuando empresarios estadunidenses acusaron a los mexicanos de exportar azúcar producida con subsidios.
Desde 2008, como parte del proceso de apertura de mercados pactado en el TLCAN, las ventas del dulce se realizaban libremente, sin cuota alguna.
Pero ante la controversia la Secretaría de Comercio de Estados Unidos empezó una investigación para establecer aranceles a las importaciones.
Sin embargo, un acuerdo firmado en 2014 suspendió el proceso. A cambio México aceptó que del total de sus exportaciones el 53% máximo sería de azúcar refinada.
En mayo de este año las autoridades estadounidenses pidieron modificar la cuota, pero su contraparte se negó a hacerlo.
Esto reactivó el trámite para aplicar aranceles y obligó a negociar un nuevo acuerdo que se concretó este martes, 24 horas después del plazo establecido originalmente.
Dinero, la raíz del problema
¿Cuál es el fondo del litigio? Las ganancias por refinar el azúcar.
La mayoría de los consumidores prefieren el endulzante que ha sido sometido a un proceso industrial de limpieza y depuración de sacarosa.
El producto que se obtiene tiene un valor más alto que la llamada azúcar cruda.
Eso lo que disputan los empresarios de ambos países.
Los estadunidenses reclaman que el volumen de dulce refinado de México reduce la posibilidad de realizar el proceso industrial que otorga mayores beneficios económicos.
Los mexicanos, a su vez, reclaman que tienen derecho a obtener las mismas ganancias por la refinación.
En la disputa comercial los azucareros de EE.UU. afirman que los cañeros de México reciben subsidios a su producción.
Y sus vecinos argumentan que los estadunidenses cuentan con beneficios que ellos no tienen, como acceso a préstamos con bajo interés o la compra de maquinaria de menor costo.
Al final el acuerdo de este martes no parece haber dejado contentos a muchos.
La Alianza Americana del Azúcar de Estados Unidos dijo que la negociación dejó "lagunas" que los mexicanos pueden aprovechar para mantener sus exportaciones a precio subsidiado.
Además el convenio reconoce que México puede surtir hasta el 100% de las necesidades adicionales de azúcar en el mercado estadunidense.
Eso ya se realiza actualmente y fue una de las razones de la controversia original.
En México, algunos empresarios cuestionaron el pacto por el nuevo tope de exportaciones y la reducción acordada en el nivel de pureza del producto, lo cual representa una desventaja en el mercado.
El precio acordado para el azúcar mexicana es de US$0,23 para la variedad cruda, y de US$0,28 para la refinada.