"Uno debería ser una obra de arte o vestir una obra de arte", declaró el ingenioso dramaturgo irlandés y gurú del buen gusto de la época victoriana, Oscar Wilde.
Algo parecido se podría decir de los nuevos centros de arte que han estado surgiendo alrededor del mundo y que asombran no sólo por las colecciones sino también por las estructuras que las albergan: "Deberían contener grandes obras de arte o ser ellos mismos obras de arte".
Y eso es lo que son estos museos, algunos en lugares inesperados del mundo, pero todos diseñados por destacados arquitectos para impactar el panorama y preparar al visitante para los tesoros que guarda.
Lo más llamativo de este diseño es, sin duda, el trabajo en celosía del domo flotante; 8.000 estrellas geométricas recortadas significan que la luz moteada se proyecta en todas las direcciones sobre las galerías a medida que la luz del sol se mueve durante el día.
Es esencialmente una instalación de arte en sí mismo.
Ubicado en un archipiélago en la costa de Abu Dabi, el francés Jean Nouvel fue el arquitecto responsable del edificio.
El Museo de Arte Contemporáneo de Niterói, diseñado por Oscar Niemeyer, fue inaugurado en 1996 y se ha convertido en uno de los emblemas del Estado de Río de Janeiro en Brasil.
Su superficie de 817 metros cuadrados rodea la base cilíndrica que el afamado arquitecto describió "como una flor", aunque también parece una construcción de esa era espacial que siempre está por llegar.
¿Te recuerda al Museo Guggenheim de Bilbao en el norte de España? Eso es porque también fue diseñado por Frank Gehry.
El Museo de Arte Weisman está en el campus de la Universidad de Minneapolis, Estados Unidos. Su fachada, compuesta por formas hechas en acero, casi siempre resplandece.
Un detalle del Museo de Diseño de Holón, Israel, que está hecho con cintas de metal de tonos naranja y rojo, dispuestos de tal manera que crean una ilusión óptica.
Tiene espacios de exposición al aire libre y todos están yuxtapuestos.
Aunque aún está por inaugurarse, el Centro para la Cultura Mundial de Arabia Saudita promete ser uno de los más impresionantes del mundo.
Tendrá una "torre de la sabiduría", así como auditorios, cine y salas de exhibición.
Fue diseñado por la firma noruega Snøhetta.
El museo de Ordos está situado en el desierto de Gobi en Mongolia y es único, no sólo por su apariencia exterior sino porque esta forma tan original, que parece un balón desinflado, se repite adentro: cada galería está en su propio balón.
El impresionante Museo Soumaya de México fue creado por Fernando Romero, quien cubrió la vasta e imponente estructura con 16.000 placas hexagonales.
A la arquitecta que diseño el Museo del Transporte Riverside de Glasgow, Escocia, solían llamarla "la reina de las curvas".
En este diseño sin embargo, Zaha Hadid se decantó por el zigzag.
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