Danny Trejo ha recibido disparos, ha sido apuñalado, aplastado, comido y torturado... numerosas veces.
Con Air, Zombie Hunter y "El tiburón de tres cabezas" son solamente tres de las películas en las que acabó muerto.
Si eres fanático de Breaking Bad, él es el tipo cuya cabeza termina encima de una tortuga.
Según un estudio, este hombre de 76 años ha muerto en la pantalla más veces que cualquier otro actor.
"Eso demuestra que he estado trabajando", bromea.
Y aunque no conocieras su nombre antes de leer esto, no hay duda de que te sonará su rostro de los centenares de películas y programas de televisión en los que ha aparecido.
En las películas suele lucir su larga cabellera amarrada, muestra el tatuaje que tiene en el pecho y es más que probable que lleve consigo un arma.
"Cuando empezaba a hacerme famoso, un buen amigo mío me dijo: 'Todo el mundo puede pensar que eres una estrella de cine, pero tú no puedes'. No quiero ser una estrella de cine. Quiero ser un buen actor", señala.
Bromea diciendo que cuando comenzó a actuar siempre le daban el papel del "recluso número uno", debido a su apariencia física y actitud.
Pero muchos no saben que, antes de que su carrera cinematográfica arrancara, él fue un preso de alto perfil.
Es la historia de fondo que muchos de sus fanáticos ahora descubrirán en su nuevo documental Inmate #1: The Rise of Danny Trejo ("El recluso número 1: el ascenso de Danny Trejo").
"Es un milagro, porque se suponía que yo no debí vivir más allá de la década de 1960", le dice al programa de radio Newsbeat de la BBC.
Campeón de boxeo
Trejo creció en California, donde comenzó a consumir drogas duras siendo apenas un adolescente, y en la década de 1960 entró y salió de la cárcel varias veces, por distintos cargos, incluyendo robo a mano armada.
Fue un preso muy conocido dentro del sistema penitenciario, ya que se convirtió en campeón de boxeo en la famosa cárcel estatal de San Quintín, la más antigua de California.
En "El recluso número 1" Trejo recuerda cómo vio a un compañero preso ser apuñalado por la espalda.
"Él estaba caminando por el patio superior, buscando el cuchillo y tosiendo sangre; y todos comenzaron a reírse. Qué lugar tan desquiciado", señala.
Danny también pasó tiempo en otras dos cárceles, Soledad y Folsom, y admite que "viajar" a su juventud para el documental fue "doloroso".
"Recuerdo estar en un centro de detención juvenil y pensar que mi vida terminó. Te internan allí mismo. Traté de decir, 'No, espera un minuto. No ha terminado. Solo estás comenzando'", indica.
Decidió cambiar su vida, dejar de meterse en problemas y abandonar el consumo de drogas.
Se convirtió en consejero contra las drogas y decidió usar su experiencia para ayudar a otros.
Fue su trabajo en un set de filmación lo que lo llevó a la actuación en la década de 1980.
Desde entonces, trata de "hacer el bien" porque mide el éxito "despertando y sintiéndose bien" en lugar de estar contando premios y reconocimientos.
Él sabe que su fama tiene influencia en los demás y espera que su historia inspire a los fans más jóvenes: "No importa dónde comienzas, es donde terminas".
En el documental se ve a Trejo ir a las cárceles para contarles a los reclusos sobre su propia experiencia. Él asegura que huele "el miedo y la ansiedad" cada vez que regresa.
"Salgo y sueño que todavía estoy en prisión. Eso te despierta rápido y es un recordatorio para no salirme del camino correcto", apunta.
Con la edad, el actor tiene cada vez más trabajo.
Hace un par de años, mientras estaba en el set de la película de Adam Sandler The Ridiculous 6, alguien le preguntó cuándo se retiraría.
"Estaba haciendo el papel de un vaquero. No me veo retirado en el corto plazo. Me estoy divirtiendo mucho", afirma.