Según los Centros para el Control de las Enfermedades en Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), casi 5 millones de personas son mordidas por perros al año en ese país y los menores están en mayor riesgo que los adultos.
Las mordeduras de perros pueden causar significativas lesiones físicas y psicológicas.
Los mordiscos en la cara frecuentemente requieren cirugía reconstructiva para sanar las heridas que pueden ir desde daños a los nervios hasta pérdida de tejido.
Ciertas razas son conocidas por ser más agresivas y muerden más frecuentemente o causan daños más severos, pero un nuevo estudio encontró que en casi 60% de los casos, la raza del perro que mordía era desconocida.
Los investigadores del Centro Médico Wexner de la Universidad de Ohio dicen que su investigación puede servir de guía para los padres a la hora de adquirir un perro para sus hijos.
¿Cuáles son los perros más propensos a morder?
El estudio, publicado en el International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology, explora el riesgo de lesiones en la cara de los niños por mordedura de perro y la severidad de las heridas según la raza, el tamaño y la estructura de la cabeza del animal.
Los investigadores encontraron que los pit bulls y los perros de raza mixta presentan el mayor riesgo de morder y causar más daños.
Lo mismo encontraron con los perros que tienen cabezas anchas y más chatas que largas, que pesan entre 30 y 45 kilos.
"El propósito de este estudio fue evaluar las mordeduras de perro a niños y miramos específicamente cómo la raza se relaciona con la frecuencia y severidad de éstas", explicó el doctor Garth Essig, otorrinolaringólogo y principal autor de la investigación del Centro Médico Wexner.
"Debido a que las razas mixtas son protagonistas de una proporción significativa de mordeduras de perro, y que frecuentemente no conocemos el tipo de perro involucrado en estos incidentes, analizamos factores adicionales que nos podrían ayudar a predecir la tendencia a morder cuando la raza es desconocida, como el peso y la forma de la cabeza".
Para su análisis, repasaron 15 años de casos de traumas faciales relacionados con perros del Hospital Infantil Nationwide y del Sistema de Salud de la Universidad de Virginia, ylos combinaron con una extensa investigación de documentación sobre mordeduras de canes que reportaban la raza a lo largo de más de 45 años.
Consejos para evitar mordeduras de perro a los niños
- Asignar un lugar de descanso para el perro lejos de donde los niños corren y juegan. La mayoría de las mordeduras en el entorno familiar ocurren cuando el perro está descansando.
- Enseñarles a los niños a no invadir el espacio del perro cuando está descansando.
- Los niños no deben acercarse o tocar al perro cuando está comiendo.
- Nunca permitir que un niño trate de recuperar un juguete o alimento que el perro le haya quitado. Instruir al niño a que busque la ayuda de un adulto.
- El adulto debe prestarle atención a la interacción entre el menor y el animal. Si no lo puede hacer, se recomienda crear una barrera entre los dos, como una rejilla en la puerta o un cajón para el perro.
Fuente: Meghan Herron, Escuela Estatal de Medicina Veterinaria de Ohio
Los investigadores señalan que se trata de un asunto de salud pública importante.
De acuerdo a los CDC, un 20% de las víctimas de mordeduras de perro requieren el cuidado de sus lesiones, y son predominantemente niños entre los 5 y los 9 años.
Los niños pequeños son especialmente vulnerables porque que pueden no percibir las sutiles señales que apuntan a que un perro pueda morder, comentan los expertos.
Las circunstancias que motivan a un perro a morder pueden variar y verse influenciadas por el comportamiento particular de una raza y por el de las víctimas, los padres y los dueños de los animales.
"Los niños imitan a sus padres", explicó la profesora Meghan Herron, de la Escuela Estatal de Medicina Veterinaria de Ohio.
Herron aconseja a los padres ser un modelo ejemplar para sus hijos y evitar interacciones beligerantes o riesgosas.
"Esto incluye regaños fuertes, palmadas, empujar violentamente un mueble o quitarles algo forzosamente".
Si el menor fuera a imitar ese comportamiento con un perro, podría activar una respuesta de temor o agresión en el animal que tendría consecuencias, advirtió.