Cuál es el libro más robado del mundo y otros 9 datos sorprendentes sobre las bibliotecas
"Escarbo en las bibliotecas públicas y las encuentro llenas de tesoros escondidos", dijo una vez Virginia Woolf.
El escritor Jorge Luis Borges estaba muy de acuerdo con la autora inglesa: "Siempre me he imaginado que el paraíso es una especie de biblioteca".
Algunas personas pueden pensar que en esta era digital han quedado obsoletas, pero las bibliotecas han fascinado a los humanos desde su nacimiento.
Entramos en ellas, nos perdemos en sus pasillos y buscamos a escondidas libros que se supone que no deberíamos leer.
Brindan conocimiento infinito, están abiertas para todos, ofrecen refugio para el cuerpo y el alma, hay paz y tranquilidad, sabios consejos... y si tienes suerte, conexión Wi-Fi.
Sí, las bibliotecas pueden hacer muchas cosas por nosotros. Pero ¿qué sabemos de ellas?
1. Historia antigua
Algunas de las primeras evidencias de la existencia de una biblioteca se descubrieron en Sumeria, en la región histórica de Mesopotamia.
En este lugar se desenterraron tabletas de arcilla organizadas que contenían la forma más antigua de escritura, la cuneiforme, con registros de ventas y transacciones comerciales.
2. Historia un poco menos antigua
Un poco más emocionante fue la Gran Biblioteca de Alejandría, en Egipto, que intentó recopilar todo el conocimiento del mundo antiguo en un solo lugar.
Hasta que fue quemada por el gobernante romano Julio César en un error militar en el año 48 a.C.
Según los relatos de muchos escritores antiguos, desde Plutarco hasta Orosio, el incendio se salió de control y causó una devastación considerable en la ciudad y su famosa biblioteca.
3. El primer bibliotecario
Se cree que el primer bibliotecario fue un monje llamado Anastasias, que fue el principal archivero de la Iglesia de Roma en el siglo IX y que convenientemente tomó el título de bibliothecarius.
4. Mi biblioteca es más grande que la tuya
La Biblioteca del Congreso es la biblioteca nacional de facto de Estados Unidos.
También es la más grande del planeta, con 164 millones de publicaciones en 450 idiomas.
Reúne literatura y textos importantes de todo el mundo, pero aunque está abierta a los turistas, solo funcionarios gubernamentales de alto perfil pueden consultar sus libros y materiales.
La Biblioteca Británica de Londres es la segunda más grande del mundo, con 150 millones de publicaciones que van desde libros hasta mapas, revistas, manuscritos y partituras.
A diferencia de su rival estadounidense, la mayor parte de la colección está abierta a la consulta del público.
5. El libro favorito de los ladrones
El libro más robado de las bibliotecas es el Libro de los Récord Guinness, lo que lo convierte en un récord en sí mismo. Irónico, ¿cierto?
6. Bibliotecas de cuatro patas
En lugares de difícil acceso se suelen usar animales como caballos, burros y camellos a modo de bibliotecas móviles, cargando los libros en sus lomos.
Irónicamente, los animales generalmente tienen prohibido entrar en la mayoría de bibliotecas del mundo.
7. Las colecciones más diversas
Los que piensan que las bibliotecas almacenan solo libros, no podrían estar más equivocados.
Muchas bibliotecas cuentan con artículos tan dispares como juguetes, semillas, herramientas, música, audiolibros, arte e incluso seres humanos que actúan como "libros vivientes" y cuentan historias sobre sus vidas.
8. Bibliotecas de altura
La biblioteca más alta del mundo está ubicada en el piso 60 del hotel JW Marriott en Shanghái, China.
Nadie sabe exactamente por qué está localizada a semejante altura.
9. Usuario moroso
En 1789, el presidente de EE.UU., George Washington, tomó prestada "La Ley de las Naciones" de la Biblioteca de la Sociedad de Nueva York... que no fue devuelto durante los siguientes 221 años.
El libro regresó finalmente a la biblioteca en 2010.
10. Bibliotecarios famosos
A lo largo de la historia ha habido bibliotecarios famosos como Jacob Grimm (uno de los hermanos Grimm), el líder chino Mao Zedong, la ex primera ministra israelí Golda Meir, o los escritores Philip Larkin, Marcel Proust, Jorge Luis Borges, Wolfgang von Goethe y Lewis Carroll.
No solo disfrutaban de la escritura, si no que se regocijaban al estar rodeados de libros, tal vez estimulados por el orador y filósofo romano Cicerón, quien una vez afirmó que "una habitación sin libros es como un cuerpo sin alma".
De manera menos literaria, el músico estadounidense Frank Zappa también defendió a las bibliotecas.
"Si quieres tener sexo, ve a la universidad. Si quieres educación, ve a una biblioteca", señaló.