En vistas del número diario de personas infectadas con coronavirus en todo el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aconsejado limpiarse las manos de forma regular y exhaustiva.
Esto puede hacerse con un desinfectante para manos a base de alcohol o con agua y jabón. La esperanza es que una buena higienización de las manos pueda limitar la propagación del virus.
Para lavarlas de forma efectiva, tiene que hacerse con agua limpia y jabón. Las manos deben refregarse por al menos 20 segundos y enjuagarse.
El uso de jabón es particularmente importante para lavarse de forma efectiva ya que investigaciones muestran que reduce significativamente las presencia de microbios (virus y bacterias) en la manos.
Sin embargo, algo que generalmente se pasa por alto es la importancia del secado de las manos, algo que es integral en una limpieza efectiva.
El secado de las manos no solo elimina la humedad, también involucra fricción, que reduce aún más la carga microbiana y la transferencia de microorganismos.
Y la transmisión de microbios es más factible que se produzca desde la piel húmeda que desde la piel seca.
La forma importa
Pero no es cuestión de secárselas de cualquier manera, porque cómo lo haces también es importante.
Y esto es aún más importante en el caso de hospitales y centros médicos.
Nuestra investigación examinó la importancia del secado de manos y las implicaciones de que las manos queden húmedas tanto para pacientes como para trabajadores sanitarios.
Los resultados muestran que los secadores de aire caliente y los rollos de tela pueden ser problemáticos, sobre todo en hospitales.
Nuestro estudio se centró mayormente en el impacto del secado de manos sobre las bacterias, no virus.
Pero lo que descubrimos es relevante para entender cómo se puede transmitir el coronavirus en hospitales y centros de atención médica, sobre todo en vista de las recomendaciones de la OMS sobre el lavado frecuente de las manos.
Las toallas de papel descartable son el método más higiénico para secarse las manos. De hecho, los secadores de aire caliente no se recomiendan para hospitales y clínicas por razones de higiene.
Estos pueden aumentar la dispersión de partículas y microorganismos en el aire, y así contaminar el ambiente.
Los rollos de tela tampoco se recomiendan, ya que cuando la tela llega a su fin se reutiliza, y eso puede ser una fuente de patógenos que se transfieren a nuestras manos limpias.
En la oficina también
Nuestro análisis también mostró que los métodos más apropiados para secarse las manos en un ambiente clínico -como un hospital- difieren de lo que se recomienda para un baño público.
Esto es por el riego mas elevado de infección y contaminación cruzada en los hospitales.
Por ello, si bien es importante secarse las manos de forma adecuada donde sea que estés, las toallas de papel son siempre la opción de preferencia si estas en un hospital, como paciente o como visita, o si eres miembro del personal.
Como parte de nuestro estudio, también investigamos las políticas gubernamentales sobre el secado de manos y descubrimos que reconocen que las toallas de papel son la forma más rápida y efectiva de eliminar la humedad residual que puede facilitar la transmisión de microorganismos.
Esto es una buena noticia dada la preocupación actual sobre la propagación del coronavirus.
En este sentido, nuestra investigación sirve como un recordatorio (en un momento ideal) de que el secado adecuado y efectivo de las manos es parte integral de la higiene de las manos ya sea en un hospital o simplemente en la oficina.
*Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation y está reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la historia en su versión original (en inglés).
Julian Hunt es investigador de la Universidad de Swansea, Reino Unido. John Gammon es vicedirector del Colegio de Ciencias Humanas y de la Salud, Universidad de Swansea, Reino Unido.