"Lo peor es la tos incontrolable", dice Andrew O'Dwyer, quien se recupera del covid-19 tras haberse contagiado del nuevo coronavirus durante un viaje a Italia, a donde fue a esquiar a finales de febrero.
"He tenido gripes peores, sin lugar a dudas, pero no me gustaría volver a contraerla", dice desde su autoaislamiento en un barrio del suroeste de Londres.
A pesar de padecer diabetes tipo 1, tener el virus "no es algo de lo que deba preocuparme", asegura.
Agrega que la fiebre que experimentó "no es diferente de la que se sufre con los síntomas típicos de la gripe".
Sin embargo, la gravedad de los síntomas puede variar mucho de un paciente a otro.
Las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes (como asma, diabetes, enfermedades cardíacas) tienen más probabilidades de enfermarse gravemente y pueden necesitar tratamiento hospitalario.
Hasta este viernes 13 de marzo ha habido casi 5.000 muertes en el mundo relacionadas con coronavirus y el número de infectados asciende a 134.700 globalmente.
A Andrew le dijeron que el virus no estaba presente en el complejo donde se hospedaba, pero 21 de las 25 miembros de su grupo de esquí se han infectado desde entonces.
A su regreso de Italia al Reino Unido, decidió quedarse en casa y aislarse por precaución, a pesar de no experimentar síntomas en aquel momento.
"Tos debilitante"
Algunas personas de su grupo enfermaron en dos días, por lo que contactó al servicio de salud pública de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés), que según él le dio una atención "muy buena".
"Me hice la prueba antes de sentirme enfermo, porque varias personas de mi entorno habían dado positivo".
"Tres días después descubrí que lo había contraído. Pero pasó más de una semana antes de que mostrara síntomas", dice.
Entre ellos estaba "tos bastante debilitante" y una fiebre alta, pero con altibajos.
Dice que tomar paracetamol realmente le ayudó a reducir la temperatura.
En cierto momento le tuvieron que llevar al hospital en ambulancia para que le hicieran una evaluación.
Le hicieron una revisión, pero luego lo dejaron volver a casa.
Andrew está ahora recuperándose, pero ha sido un largo camino.
Amigos y familia
Para cuando termine su autoaislamiento, habrá pasado 21 días en casa, encerrado y sin salir.
También ha estado tratando de trabajar desde casa, pero le ha resultado difícil concentrarse.
"Siento que me subo por las paredes. Es difícil tener un día normal de trabajo", dice.
Como nota positiva, dice que sus amigos han sido muy amables y que lo han ayudado con las compras.
Sin embargo, afirma que echa mucho de menos a su hijo de nueve años, a quien no ha visto en dos semanas.