Ha estado exhibido en el mismo lugar desde hace más de 90 años. Sin embargo, en todo este tiempo nadie conocía la identidad del autor de este cuadro colgado en una de las salas principales del Castillo Museo Hearst, en California.
La obra, que representa la escena bíblica de la Anunciación del arcángel Gabriel, fue adquirida por el millonario William Randolph Hearst en 1927, quien lo exhibía en una de las salas de "La cuesta encantada", la impresionante residencia donde el fallecido magnate de la prensa estadounidense exhibía su legendaria colección de arte y que contaba con 165 habitaciones y 43 hectáreas de jardines, terrazas, piscinas y caminerías.
La propiedad ahora forma parte del sistema de parques estadales de California.
La pintura, de aproximadamente 2,5 metros de alto y 1,5 metros de ancho, está colgada en un lugar prominente junto a la chimenea en la enorme sala de reuniones del castillo.
De acuerdo con los registros de Hearst, la obra fue adquirida en 1927 junto a otro cuadro que mostraba la crucifixión de Jesús, a la empresa de decoración Cannell y Chaffin.
Los historiadores del museo no tenían tampoco información adicional sobre el cuadro ni referencias de dónde había estado exhibido en los siglos anteriores.
Una luz inesperada
Durante décadas el nombre del artista así como la fecha de creación de la obra eran un total misterio.
Así fue hasta que en noviembre pasado, dos guías del museo ayudaron a descubrir estos datos cuando un día, por casualidad, notaron un rayo de sol que caía en el piso de mosaicos y se reflejaba en una parte de la pintura iluminando justo el lugar donde se hallaba la firma oculta del autor.
Los guías, Carson Cargill y Laurel Rodger, regresaron horas más tarde al lugar y se montaron sobre unas sillas para iluminar algunas zonas de la obra que normalmente no están tan iluminadas y allí hallaron la respuesta.
Posteriormente, los especialistas han confirmado que se trata de una obra del pintor español Bartolomé Pérez de la Dehesa, fechada en el año 1690.
"Este es un descubrimiento mayor de la obra de Pérez", dijo la directora del museo Mary Levkoff en una declaración enviada a la BBC.
Curiosamente, indicó que el cuadro había sido sometido a dos tratamientos de preservación, pero que ni la inscripción ni el monograma habían sido reportados anteriormente.
Luego de contactar a expertos en arte barroco que compararon la firma encontrada con la de otras pinturas conocidas del artista, Levkoff señala que este cuadro es único en la obra de Pérez, quien era conocido por hacer principalmente cuadros de naturalezas muertas antes de convertirse en el pintor oficial del rey Carlos II en 1689.
Tras el hallazgo, el museo decidió instalar un nuevo foco para iluminar el cuadro de forma de destacar el reciente descubrimiento.