Puede que sea una broma tonta o una de esas que no hacen realmente gracia. Pero si viene acompañada por una grabación de risas, lo más probable es que te rías tú también.
Esta es la conclusión de un estudio llevado a cabo por investigadores del University College de Londres, en Reino Unido, que constata que añadir risas "enlatadas" logra sin lugar a dudas que las bromas sean percibidas como mucho más cómicas.
También influye qué tipo de risas se escuchen: el efecto se potencia si estas parecen genuinas y no forzadas.
"La risa está influenciada por cuán graciosas parecen las bromas y creo que eso es porque la risa es una señal muy importante para los humanos. Siempre significa algo", dice Sophie Scott, profesora de neurociencia cognitiva y autora principal del estudio.
"(Con esas risas alrededor) estás recibiendo información no solo de que el chiste es gracioso, sino también de que está bien que te rías", añade.
Es decir, la risa no es solo contagiosa, sino que también le da a los otros una especie de permiso para reírse, según este estudio publicado en la revista científica Current Biology.
Mejor con risas espontáneas
Los investigadores expusieron a 72 voluntarios a 40 bromas diferentes, desde las más divertidas hasta las menos chistosas.
Incluir chistes deliberadamente malos fue algo intencional, ya que los científicos querían asegurarse de que había espacio para que mejorase la reacción de los voluntarios tras añadirse las risas grabadas.
Un cómico profesional grabó dos versiones: una con risas enlatadas espontáneas y otro con risas enlatadas más preparadas.
Gracias a la adición de cualquier tipo de risa, la reacción de los participantes mejoró incluso en los chistes malos. Pero aquellos acompañados de risas espontáneas obtuvieron las mejores respuestas.
"Históricamente, los programas de televisión y radio se grababan en un estudio frente a una audiencia en vivo", explica Scott. "Esto les permitía a quienes miraban y escuchaban sentirse parte del show".
"Sin embargo, como la reacción de la audiencia era natural, algunos programas de comedia que no eran muy graciosos no generaban muchas risas. Por eso, los productores comenzaron a agregarle cada vez más risas enlatadas para provocar una reacción en el público", señala Scott.
"Esta investigación demuestra que mientras que la risa enlatada aumenta el humor de una comedia, añadir risas reales generará una mejor respuesta", afirma.
"Esto ha sido adoptado en series como Friends, que se graban frente a una audiencia que emite risas reales y que son amplificadas después durante la edición para acompañar las bromas que fueron especialmente bien recibidas".
Entre los voluntarios del estudio también fueron incluidas personas con autismo, a fin de medir su reacción.
La risa enlatada produjo el mismo efecto en la puntuación de los chistes en todos los participantes. La única diferencia fue que aquellos con autismo consideraron que los chistes cortos eran los más graciosos.