Aunque los aparatos de estas fotografías son ahora antigüedades, fueron exponentes inusuales de cómo las nuevas tecnologías también estuvieron al servicio del placer femenino.
A finales del siglo XIX y principios del XX estos instrumentos de "masajes personales" se anunciaban en catálogos, entre otros aparatos del hogar, en países como Estados Unidos y Reino Unido.
En aquel entonces estos objetos íntimos, que son los precursores de los vibradores, eran promocionados como un aparato médico para el bienestar de la mujer.
Algunos fabricantes decían que estos aparatos de masajes curaban dolores, sordera, anemia, enfermedades del corazón, calambres y "problemas de la mujer".
Durante cierto tiempo también se utilizaban para tratar la "histeria" en las mujeres, una enfermedad diagnosticada en la medicina occidental hasta mediados del siglo XIX para explicar un variado cuadro de síntomas y cuya curación requería de masajes pélvicos de estimulación.
La "Manivela Pulsocon", del doctor Macaura, data de 1880 y se produjo en Estados unidos hasta 1920.
Con el tiempo se publicitó como un "circulador de sangre", también en Europa.
Según información de archivo del Royal Albert Hall de Londres, donde se presentó el producto en 1911 para Reino Unido, se vendió en grandes cantidades y fue producido por la British Appliances Manufacturing Company hasta 1950.
La fotógrafa y artista estadounidense Lindsey Beal recorrió museos y bibliotecas médicas en Estados Unidos en busca de muestras de estos objetos tempranos de placer femenino para su serie titulada Aparatos Íntimos (Intimate Appliances).
Beal quería retratar en esta serie cómo estas antigüedades evidencian el uso de las nuevas tecnologías de la época para su funcionamiento: hay ejemplos que utilizan ingeniería mecánica, hidráulica, de vapor y eléctrica.
"Los cambios en la tecnología crean cambios en los materiales de los vibradores, en sus motores y en su diseño", dice la artista de la serie fotográfica.
Algunos de los instrumentos de alrededor de 1860 utilizaban una mecánica de vapor y se presentaban como una herramienta médica para tratar "problemas femeninos".
"Los vibradores reflejan la tecnología de una época, así como su cultura popular. Esto es tan cierto hoy en día como en el pasado".
Según la fotógrafa, todos estos aparatos se vendían en cajas portátiles y se adquirían haciendo pedidos por correo a partir de catálogos.
"Mientras fotografiaba esta serie fui a una tienda y encontré modelos similares que se siguen anunciando como 'masajeadores'", le dijo Beale a BBC Mundo.
Según la artista, estos instrumentos desaparecieron de las revistas más comerciales para mujeres y de los catálogos electrodomésticos a partir de 1920.