Cómo el humilde Lada ruso pasó a ser un auto de colección
Un auto clásico avanza a través de la campiña inglesa y salta a la vista que ha sido conservado con mucho cariño.
Se trata de un automóvil de coleccionista cuyo valor ha aumentado en los últimos años. Su orgulloso propietario, Ed Hughes, es un hombre muy feliz.
Sin embargo, el vehículo de 45 años de antigüedad no es lo que la mayoría de la gente imagina cuando piensa en un auto clásico y de colección.
No es un Ferrari, Lamborghini o Jaguar vintage, por ejemplo.
Se trata de un Lada Riva de 1994, un vehículo ruso cuya forma asemeja a un prisma rectangular de cuatro puertas y que regularmente aparece en las listas de "peores autos de todos los tiempos".
El ejemplar de Hughes tiene un motor de 1,5 litros, 80.000 km y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 153 km/h. El hombre ama tanto a los Ladas que es dueño de cinco de ellos.
Si bien algunos pueden burlarse de la sugerencia de que un Lada Riva es un auto clásico, de hecho cumple con los criterios generalmente aceptados: es viejo, ya no se fabrica y hay suficiente interés para que ahora sea coleccionable, en lugar de desecharse.
Y al igual que cualquier auto clásico que valga la pena, puede reportar dinero, aunque no como las decenas de millones de los Ferrari.
Hughes compró su Riva rojo hace 14 años por US$61. Ahora vale US$2.475.
A medida que la industria del automóvil clásico mundial continúa creciendo, un número cada vez mayor de autos previamente poco conocidos se está cotizando ávidamente. Pero, ¿por qué el Lada Riva?
Cuestión de estilo
Hughes, quien renunció a una carrera en la enseñanza a fin de escribir a tiempo completo para la revista Practical Classics, admite que los Ladas estuvieron "profundamente pasados de moda" durante años.
Pero como su padre había sido dueño de algunos mientras él estaba creciendo, Hughes asegura que "siempre le habían gustado".
Así que a finales de los 90 comenzó a comprar Ladas, incluyendo el Riva, que se podía adquirir en el Reino Unido de 1983 a 1997.
"Como ocurre con los autos viejos, la gente los estaba tirando a medida que su valor disminuía, y empecé a rescatar algunos de los modelos más agradables", relata Hughes.
"Lo que les falta en el ajuste y el acabado lo compensan en estar bastante bien construidos mecánicamente".
Hughes dice que hay dos razones principales para el gran aumento en el valor de los Ladas en el Reino Unido en los últimos años.
"En primer lugar, a una nueva generación de personas de entre 20 y 30 años les gusta la forma del auto, no hay nada parecido en la carretera, ahora se han convertido en una moda".
En segundo lugar, son exportados de vuelta a Rusia y otros lugares de Europa del Este.
"Hay un pequeño pero ávido mercado para Ladas en Europa del Este, específicamente para los modelos hechos para la exportación a Gran Bretaña, con volante a la derecha", explica Hughes.
"Los húngaros se vuelven locos por ellos [en particular] porque creen que es absolutamente increíble que hayan sido construidos para la venta al Occidente capitalista".
Además de sus cinco Ladas, la colección de Hughes de las "delicias automovilísticas del este de Europa" incluye tres Wartburgs y un Trabant de Alemania Oriental; un Moskvich de Rusia y un Zaporozhets y un Tavria de Ucrania. También tiene "una mitad de participación" en un Izh Oda, también ruso.
Hughes dice que no cambiaría su colección por un Ferrari, porque sostiene que cualquier persona con un cheque "lo suficientemente grande" puede tener un viejo ejemplar del auto deportivo italiano, mientras que "se requiere un poco más de habilidad y cuidado para poseer una flota de especímenes automovilísticos menos deseados".
'Oferta limitada'
El periodista de automovilismo Dave Richards dice que el gran aumento en el número de automóviles antiguos "prosaicos" u ordinarios que ahora se consideran clásicos ciertamente no se limita a los exvehículos soviéticos.
En su lugar, dice que autos como el viejo Ford Cortinas y Capris, el Mini original, e incluso el Austin Maxi, están en gran demanda, así como el Citroen 2CV y el VW Beetle original.
"Muchos de estos autos están prácticamente extintos ahora, casi nunca los ves en la carretera, pero hay una demanda real de los que todavía están por ahí... esta limitada oferta significa que los precios están subiendo", dice Richards, que también es copropietario de la empresa de restauración de autos Project Shop, ubicada cerca de la ciudad de Oxfordshire Bicester.
La compañía vive de devolver los autos clásicos a su antigua gloria.
En la sucursal británica del gigante automovilístico estadounidense Ford, se celebran sus antiguos autos en un tranquilo rincón de su fábrica en Dagenham, al este de Londres.
Su Ford Heritage Collection es una Cueva de Aladino de más de 100 autos Ford de los últimos 80 años.
La joya de la corona es un Ford Escort 1850GT, que ganó el primer rally de Londres a México en 1970.
Ivan Bartholomeusz, quien ayuda a cuidar la colección, estima que vale por lo menos US$618.750.
Sin embargo, el museo de automóviles es también el hogar del Ford Fiesta de la década de 1990.
Bartholomeusz dice que los mejores Ford Cortinas fabricados en la primera mitad de la década de 1970 ahora pueden venderse por US$22.275, pero en la década de 1980 valían tan poco como US$123.
Sin embargo, Richards advierte que todavía hay riesgos en la compra de un auto clásico, ya sea un Lada, Ford o Ferrari.
"No confíes en tu propio juicio", recomienda. "Busca la ayuda de un club de autos que pueda conocer el vehículo en cuestión, o lleva contigo a alguien de ese club para mirar el auto".
Por supuesto, poseer un auto clásico no es sólo cuestión de dinero; algunas personas lo hacen por la pura diversión.
Bronwyn Burrell tenía 25 años cuando participó en la carrera de 1970 Londres-a-México copilotando un Austin Maxi.
Después de un paréntesis de 47 años, ahora volverá a competir con el mismo Maxi, y tendrá que participar en la carrera de autos clásicos de Londres a Lisboa a finales de este mes.
"Es muy divertido, es realmente emocionante, es como si volviera a tener 25 años, reviviendo mi juventud. No vendería el Maxi a menos que tuviera que hacerlo. En lo que a mí respecta, no tiene precio", aseguró.