Cómo el calzado deportivo se convirtió en un artículo que genera miles de millones de dólares
Zapatillas, tenis, bambas, championes, maripis, zapatos de goma? el calzado deportivo tiene muchísimos nombres en diferentes países, pero lo que es igual en todos es su enorme popularidad.
La Real Academia Española (RAE) las llama "zapatillas de deporte" y las define como un "calzado hecho generalmente con piel o lona y suela de goma, que se ata con cordones o se sujeta con velcro, y se usa para practicar algunos deportes".
Pero lo cierto es que el origen de este calzado no tuvo que ver con el deporte.
"Surgieron como un objeto de ostentación y para mostrar estatus", le contó al programa de la BBC "The Why factor" Elizabeth Semmelhack, curadora del Museo del calzado Bata en Toronto, Canadá.
Según Semmelhack, todo comenzó con la goma.
"No puedes tener un par de zapatillas sin goma. Pero fue recién a comienzos del siglo XIX que investigadores tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido encontraron aplicaciones útiles para la goma", explicó.
"Finalmente fue Goodyear el que agregó calor y azufre al látex líquido y eso logró que se estabilizara".
"La era industrial trajo el surgimiento de una nueva clase social: la clase media, que gracias a su éxito económico ahora podía tener tiempo libre. Y querían mostrar que tenían ese tiempo libre", señala la experta.
"Así que la zapatilla fue inventada para satisfacer las necesidades de esta clase nueva, para que pudieran mostrar que estaban jugando (y no trabajando)", afirmó.
Zapatillas para todos
La popularidad de este calzado informal creció y para finales del siglo XIX la producción se había multiplicado tanto que muchas personas ahora tenían acceso a las zapatillas, algo que siguió creciendo en el siglo XX, cuenta Semmelhack.
Esto coincidió con un cambio que ocurrió después de la Primera Guerra Mundial, en las décadas del '20 y '30, cuando muchos gobiernos en todo el mundo comenzaron a preocuparse por el estado físico de sus poblaciones.
Las autoridades temían que no estuvieran en condiciones saludables si ocurriera otro conflicto internacional.
Así, comenzó a surgir un nuevo concepto sobre la perfección física.
"En Europa y América del Norte empezó a haber una obsesión con la salud y el ejercicio. Pasar tiempo al aire libre", señala la experta.
"Para lo años '30 se había democratizado el uso de las zapatillas".
Caída y resurgimiento
Pero el calzado deportivo no conservó su brillo por mucho tiempo.
A mediados del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial, ocurrió el fenómeno poblacional conocido como el "Baby Boom", cuando explotó la tasa de natalidad.
Como las zapatillas en ese momento ya estaban al alcance de todos, se convirtieron en el clásico calzado infantil.
"Fue entonces cuando las zapatillas perdieron su estatus", relata Semmelhack.
Pasarían algunas décadas para que se volvieran a poner de moda entre los adultos. Y esta vez sí fue gracias al deporte.
"Fue recién en los años '70 con la llamada generación 'yo', preocupada por la perfección estética, que las zapatillas recobraron su estatus social", afirma la experta canadiense.
"Recuerdo que en los '70 el deporte popular era el tenis. Todos usábamos indumentaria tenística como ropa casual, jugábamos al tenis y nos identificábamos con atletas como McEnroe, Borg y Connors", cuenta el analista de la industria deportiva Mat Powell.
Powell, que trabaja para el Grupo NPD, una empresa de análisis de consumo basada en EE.UU., le dijo a la BBC que esa moda coincidió con "una locura" por el jogging.
"Todo el mundo salía a correr", recuerda.
Otros deportes fomentaron el resurgimiento del calzado deportivo.
En los años '80 se empezó a hacer popular el básquetbol, con el surgimiento de Michael Jordan.
"Y así empezó la era moderna de la zapatilla", cuenta Powell.
Industria multimillonaria
Hoy la industria del calzado deportivo genera US$55.000 millones en todo el mundo, según los datos de 2017 de la consultora Global Edge.
Estados Unidos lidera el mercado, con cerca del 40% de las ventas. Le sigue China, con el 10%.
Según la revista Forbes, la industria incluso tiene su propio mercado bursátil, llamado StockX, que registra unos 20.000 pares de zapatillas.
También hay prestamistas que aceptan que uno empeñe algunos modelos de tenis a cambio de dinero.
Y además del negocio principal existe otro secundario, que, por ejemplo, en EE.UU. mueve un 10% de la facturación total, según la revista The Economist.
Este mercado secundario se basa en la transacción de modelos de zapatillas difíciles de encontrar, una estrategia detalladamente calculada por los grandes fabricantes de zapatillas deportivas, como Adidas y Nike, que crean ediciones limitadas de ciertos modelos para aumentar la demanda.
Pero lo curioso es que estas prendas volvieron a hacerse populares por el mismo motivo que en siglo XIX, cuando fueron creadas: por su valor como símbolo de estatus.
"Hoy el 85% de las zapatillas deportivas no son usadas para este fin", le dijo Powell a la BBC.
Éxito masculino
Quienes más utilizan las zapatillas deportivas son los hombres y según Semmelhack esto tiene que ver con el hecho de que se los asocia con ideales de masculinidad.
"Hay diferentes modelos de éxito masculino. Están los genios de la computación que no tienen que usar traje y zapatos para ser tomados en serio, las superestrellas del deporte y los rappers", señaló, nombrando a tres de las figuras más asociadas con el uso de calzado deportivo.
La experta también cree haber descubierto por qué muchos hombres tienen toda una colección en sus roperos.
"Creo que lo que hacen las zapatillas hoy es ampliar el vocabulario estilístico disponible para los hombres, permitiéndoles construir una mayor tonalidad de expresiones de elegancia de sí mismos", afirma.