Cómo debes sentarte correctamente para ir al baño y evitar complicaciones para tu salud
Si estás sentada o sentado en el inodoro leyendo esto y estás teniendo dificultades para evacuar tal vez sería recomendable que consideres si la posición que has adoptado es la mejor para ir al baño.
¿Cómo? te preguntarás. ¿Hay algo que pueda superar la comodidad de un baño moderno?
Este no es un asunto trivial. Una persona promedio invierte seis meses de su vida sentada en el inodoro o retrete.
En ese proceso produce 145 kilos de materia fecal al año. Más o menos lo que pesa un gorila adulto.
Teniendo en cuenta la relevancia de esto en nuestras vidas, vale la pena evaluar si la posición que adoptamos al ir al baño es la correcta.
¿Cuánto tiempo gastas yendo al baño?
A mediados del siglo XX, un grupo de médicos europeos que trabajaban en zonas rurales de África quedaron sorprendidos ante la baja incidencia de problemas intestinales y digestivos entre la población local.
Esa tendencia se pudo constatar en varios otros países en desarrollo a través del mundo.
El fenómeno no se debía solamente a la dieta. Tenía que ver con el tiempo en que pasaban evacuando los intestinos y la posición que adoptaban al hacerlo.
El tiempo promedio que una persona de Occidente pasa cada vez que se sienta en el inodoro para realizar esta actividad vital es entre 114 y 130 segundos.
Resulta que, en varios países en desarrollo, hace sus necesidades en el campo, la calle, o en baños rudimentarios donde no hay inodoros de asiento como los conocemos, sino básicamente huecos en el suelo que obligan a la persona a aculillarse.
Parecerá indecoroso, pero los que adoptan una posición en cuclillas gastan sólo 51 segundos yendo al baño y eso, señalan los expertos, es más saludable.
Lo que sucede es que la posición sentada en el retrete coloca nuestro canal anal a un ángulo de 90 grados.
Eso hace que un músculo en el suelo pélvico constriña el colon, lo que nos obliga a esforzarnos para evacuar.
¿Por qué seguimos usando inodoros de asiento en muchas partes del mundo?
Se estima que los primeros retretes básicos se remontan a unos 6.000 años, en la antigua Mesopotamia.
Para el año 315 d. C., en Roma había 144 escusados públicos e ir al baño se había convertido en un evento social.
Un baño público de 2.000 años de antigüedad, excavado en el monte Palatino en Roma, estaba compuesto de más 50 huecos, uno al lado del otro. Eso sí es estar en íntima compañía.
La creencia popular es que Thomas Crapper, un plomero inglés, fue el inventor del retrete clásico de asiento. Sin embargo, su diseño apenas fue patentado en 1861.
En realidad, el primer retrete con descarga fue inventado en 1592 por John Harrington, un cortesano isabelino, que llamó su creación el Ajax.
Lo que Crapper sí desarrolló fue la tubería en U, que creaba un tapón de agua para evitar el regreso de gases y olores producidos por el desperdicio.
Ese invento fue lo que hizo que los retretes fueran construidos elevados del piso porque facilitaba su instalación.
Ese modelo de retrete de asiento ha llegado a ser considerado como un gran logro y señal de la "civilización" en Occidente.
Los riesgos a la salud
Todos hemos pasado por la angustia de apretar los dientes y empujar hasta que se nos hinchan las venas y el corazón se acelera.
Eso puede deberse al estreñimiento. mala digestión y otros problemas intestinales.
Pero muchos expertos culpan la posición sentada que hay que asumir en los retretes de asiento convencionales.
Esa ha sido vinculada a los problemas de hemorroides, desmayos e, inclusive, derrames cerebrales.
A mediados de los 1960, el profesor Alexander Kira, de la Universidad de Cornell, describió el retrete de asiento como "el más inadecuado elemento jamás diseñado".
El médico personal de Elvis Presley especuló que el ataque cardíaco que mató al rey del Rock fue causado por el esfuerzo que hizo yendo al baño.
Sencilla solución
No se trata ahora de deshacernos de los inodoros que tenemos instalados en casa y acuclillarnos en un hueco en el baño.
Hay una opción más sencilla.
Elevar las rodillas al ir al baño para cambiar el ángulo pélvico de 90 a 35 grados podría ayudar a relajar tus intestinos.
Eso reduciría el constreñimiento en la curva donde el colon se une con el recto.
Eso lo podrías lograr fácilmente colocando tus pies sobre un taburete o, si no lo tienes y es una emergencia, usando un par de directorios telefónicos.
Así que no los tires a la basura. Esos gruesos libros todavía tienen uso práctico después de todo.