Lo primero que hay que entender es que no se trata de pegar golpes como en el boxeo, pero tampoco de sumergirse en una rutina espiritual de meditación como busca mucha gente con el yoga.
Y eso es porque lo que busca el BoxingYoga desde su creación en Londres en 2011 es un camino diferente para estar en forma al mismo tiempo que se logra entender el cuerpo.
Para ello, se inspira en los movimientos de un régimen de entrenamiento del boxeo conocido por su exigencia, y lo combina con técnicas que se aplican siguiendo el popular método de yoga Ashtanga vinyasa.
Kajza Ekberg, fundadora de este método de entrenamiento junto a Matt García, le explicó a BBC Mundo que la idea surgió a raíz de los beneficios que mostraron los pugilistas al mezclar sus sesiones con yoga.
"Yo era profesora de yoga y tenía un pasado como bailarina de ballet y danza contemporánea", comentó Ekberg, quien reconoció que tuvo "que aprender mucho sobre el boxeo para ver exactamente qué era lo que necesitaban los boxeadores".
Así fue conociendo "dónde había que hacer énfasis con el estiramiento, dónde se cansaban, en dónde los músculos no estaban balanceados... y poco a poco fuimos creando un programa de entrenamiento dirigidos a ellos, sumando también la importancia de la respiración, la relajación y de recuperación".
Punto de partida
Aunque en un principio se desarrolló para boxeadores, BoxingYoga ha beneficiado a una amplia gama de atletas de diferente deportes, desde jugadores de rugby hasta luchadores de artes marciales.
Las posturas que se van siguiendo durante la rutina de entrenamiento se basan en las posiciones que asumen los boxeadores durante sus peleas y preparación, como la guardia de los brazos o los movimientos de defensa y ofensiva, contando con golpes conocidos como el recto, el gancho o uppercut.
"Mantener la guardia es una de las posturas que más le cuesta a las personas, ya que terminan distrayéndose al no poder mantener la posición", resalta Ekberg.
La clave es que los ejercicios se realizan eliminando el aspecto agresivo del boxeo para ser consistente con el principio de no violencia del yoga.
"Puede que boxeo y yoga parezcan dos disciplinas contradictorias si se parte de la presunción que uno es agresivo mientras que el otro es de relajación y pacífico", asegura el sitio de BoxingYoga.
"Pero la verdad es que los boxeadores no pueden dejar que sus emociones los distraigan".
"Ellos deben permanecer calmados y concentrados en el ring para rendir a su máximo nivel", afirma.
No es cuestión de peso
Los creadores de esta tendencia, que se ha expandido por Europa y Estados Unidos y que están comenzando a contar con profesores en países de América Latina, resaltan que el yoga actúa como un complemento ideal para que las personas consigan fortalecer su cuerpo mejorando al mismo tiempo la coordinación y la flexibilidad.
"No es una guía espiritual, es más sobre una práctica física funcional", comentó Ekberg.
"Tomamos las 'Asanas' del yoga, que son las posturas, y las modificamos levemente como una forma de mejorar la técnica de los boxeadores. De ahí que, en lugar de colocar las manos juntas como en una oración, colocamos los brazos en posición de guardia".
Lo que parece evidente es que el BoxingYoga reduce el riesgo de lesiones al quitarle las rutinas de impacto del entrenamiento del boxeo.
Eso también hace que no sea un método que se enfoca en la perdida de peso o en un incremento de la capacidad cardiovascular.
"Perder peso no es el objetivo principal, pero es algo que suele suceder como consecuencia del entrenamiento", explica su fundadora.
"La gente que viene a nosotros lo hace como parte de un régimen más amplio en el que también se incluye un cambio de la dieta y la mentalidad para mejorar el cuerpo como un todo".
Así es el BoxingYoga, un método que encuentra su rincón en una mercado cada vez más amplio y específico como es el del fitness.