Así es Mr. Fixer, el empresario capaz de organizar cualquier sueño de sus clientes
Si tu sueño es pedirle matrimonio a tu novia en una fiesta privada frente a las pirámides de Egipto, Mr. Fixer es capaz de hacerlo realidad.
La compañía que dirige y fundó Aaron Simpson -conocido como Mr. Fixer- junto a dos socios hace casi dos décadas, Quintessentially, ofrece servicios de concierge y estilo de vida lujosa.
El término concierge, que define a las personas encargadas de organizar los deseos de los huéspedes de muchos hoteles de lujo, ha cambiado en los últimos años.
Tradicionalmente, este tipo de profesionales se dedicaba a comprar entradas para conciertos, hacer reservas en restaurantes u organizar actividades deportivas.
En los últimos 15 años, sin embargo, los nuevos caprichos de los ricos han provocado un cambio en las tareas de los concierge.
"Podemos hacer realidad casi cualquier cosa, siempre que no sea ilegal o tenga implicaciones morales. Y eso es algo que no ocurre habitualmente. Quizá una o dos veces al año", dice el CEO y confundador de Quintessentially.
Fantasías como la de un miembro de la familia real saudí que decidió proponerle matrimonio a su futura mujer ante las icónicas pirámides de Giza, situadas a unos 20 kilómetros de El Cairo, la capital de Egipto.
La romántica fiesta privada, que contó con la presencia de 300 invitados, entre familiares y amigos, le costó al príncipe saudí la escalofriante cifra de US$40 millones.
Y es que para garantizar la intimidad del evento, la compañía que dirige Aaron Simpson tuvo que garantizar el cierre al público del famoso yacimiento arqueológico.
El dinero, sin embargo, no siempre es garantía de éxito. Lo difícil, en la mayoría de los casos, es organizar la logística de un evento de esa magnitud.
Alcance global
Hoy en día, empresas como Quintessentially, que cuenta con 70 oficinas en todo el mundo y 2.500 empleados, organizan muchos aspectos de las vidas de sus clientes.
Preparan las vacaciones perfectas, aconsejan acerca de escuelas privadas, ayudan a comprar propiedades y hasta cierran conciertos privados con estrellas del pop.
Pero también se encargan de cumplir deseos tan extravagantes como crear ramos de flores con 100 billetes de 1.000 dólares hongkoneses, organizar bailes multitudinarios en la neoyorkina plaza de Times Square o cubrir de alfombras una playa entera para que una pareja no se llene los pies de arena en San Valentín.
'Lifestyle managers'
Quintessentially es una de las empresas más grandes del sector.
A pesar de que nunca ha revelado detalles sobre sus precios o clientes, se estima que cuenta con más de 100.000 en todo el mundo, incluidos 800 multimillonarios que pagarían más de US$150.000 al año por sus servicios.
Aaron Simpson tiene 45 años y asegura que su empresa da trabajo a más de 2.500 personas, conocidas como "lifestyle managers", como gerentes de estilo de vida.
Nacido y criado en la ciudad británica de Essex, Simpson estudió Geografía en la Universidad de Oxford y trabajó durante un tiempo como productor audiovisual.
La debilidad de la industria de cine británica, sin embargo, le convenció para dar un giro profesional a su vida cuando cumplió 27 años.
Fue entonces cuando a él y a sus amigos Ben Elliot y Paul Drummond se les ocurrió la idea de Quintessentially.
Gracias al respaldo de un grupo de inversores privados, la empresa fue presentada en Londres en el año 2000 con una fiesta a la que fueron invitados más de 200 actores y personalidades influyentes.
A partir de ese momento el número de clientes creció rápidamente gracias al boca a boca.
A pesar de que Quintessentially nunca ha revelado detalles sobre sus clientes, se sabe que famosos como la cantante Madonna, el empresario Richard Branson, la autora JK Rowling o el rapero P Diddy utilizan sus servicios.
La compañía, además, colabora con más de 400 empresas de lujo como Ferrari, Channel, Gucci o British Airways.
Con un volumen de negocio anual cercano a los US$194 millones, Simpson confirma que su intención es seguir creciendo.
Y es que a pesar de los rumores, el CEO de Quintessentially asegura que ni él ni sus socios tienen intención de vender la compañía.