5 claves para conseguir tus ambiciones en el trabajo (y cómo evitar que se vuelvan tóxicas)
La ambición en el mundo corporativo es una de las cualidades más requeridas para el éxito profesional.
Muchos de los ejecutivos que ocupan un cargo de alta jerarquía han sido motivados por la ambición de conseguir lo que se han propuesto.
Pero cuidado: también puede ser un arma de doble filo.
Entre quienes promueven las actitudes ambiciosas está Rachel Bridge, autora del libro "Ambición: por qué es bueno querer más y cómo conseguirlo".
"Es como poner una bandera en la tierra, dejar una marca", le dice a la BBC.
"Todas las grandes cosas que han ocurrido en el mundo han sido motivadas por la ambición de alguna persona", apunta.
Muchas investigaciones en psicología motivacional arrojan luces sobre cómo conseguir tus ambiciones en el trabajo y también en la vida.
Peter Gollwitzer, psicólogo de la Universidad de Nueva York, de Estados Unidos, ve la ambición como una forma de comprometerse con lo que se quiere conseguir y, para eso, dice que es importante focalizarse en objetivos específicos y no tratar de abarcar demasiado.
"Si tienes demasiadas metas en distintas áreas, no te vas a sentir feliz. Estarás molesto la mayor parte del tiempo".
Mientras que para Neel Burton, profesor de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, una manera de evitar que te consuma la ambición es reconocer que hay una vida más allá de lo que te has propuesto como objetivo.
Luego de entrevistar a varios expertos, estos son 5 pasos que puedes seguir para conseguir tus ambiciones en el trabajo (sin morir en el intento).
Paso 1: Gratitud
"La ambición es menos tóxica cuando, incluso sin ella, la vida aún merece ser vivida", dice Burton.
Básicamente, se refiere a apreciar las cosas buenas del pasado y del presente, sin que la ambición te destruya internamente.
"Vivir con ambición puede ser vivir con miedo y ansiedad, salvo que esa ambición sea aliviada con gratitud", agrega.
Paso 2: Compromiso
"Si tienes ambición es clave que te comprometas", explica Peter Gollwitzer.
"No puedes plantearte un objetivo y sentarte a esperar que ocurra".
"Tienes que actuar y para eso lo mejor es diseñar un plan", explica.
Otro aspecto importante, agrega, es evitar la dispersión.
"Si te comprometes con demasiadas metas en distintas áreas, no te vas a sentir feliz. Estarás molesto la mayor parte del tiempo".
Paso 3: Discreción
"Ten cuidado con decirle a la gente sobre tus ambiciones", argumenta Gollwitzer.
Puede ser que cuentes la historia de la nueva meta que te has propuesto y que la gente reconozca tu intención.
El problema con eso, explica, es que varios estudios en psicología motivacional han demostrado que algunas personas se sienten satisfechas con ese reconocimiento y dilatan la puesta en práctica de los pasos para conseguirla.
"Si la gente te reconoce, puedes llegar a creer que lo lograste y darte un descanso".
En definitiva, es mejor evitar los elogios mientras estás tratando de alcanzar el objetivo.
"Incluso el solo hecho de hablar de tu intención de lograr algo reduce tu energía para lograr el objetivo", sostiene el experto.
"Haz las cosas, no hables".
Paso 4: Elige bien a tu pareja
A primera vista elegir bien a tu pareja podría parecer algo que no está directamente relacionado con la ambición laboral.
Nada más alejado de la realidad. Algunos estudios muestran que la decisión de tener o no tener hijos y las características de la persona que tienes a tu lado, influyen en el desarrollo de tu carrera.
El punto es que muchas personas, cuando se convierten en padres, redefinen las prioridades de su vida y le dan menos importancia a la progresión de su carrera.
Eso no quiere decir que las personas con hijos son menos ambiciosas, pero lo que se ha demostrado es que muchas veces cambian o adaptan su enfoque.
Por otro lado, es común que los hombres y las mujeres con altos cargos directivos tengan una pareja que no está empeñada en escalar lo más alto posible dentro de una empresa.
Aunque no es imposible, es difícil encontrar dos directores ejecutivos de grandes firmas viviendo juntos.
En ese sentido, es más fácil que prospere una relación entre un ambicioso o una ambiciosa, con alguien cuyas metas laborales no son el centro de su vida.
Paso 5: Disfruta de tu ambición o cámbiala
"Si no disfrutas tratando de conseguir una meta, no lo hagas", dice la autora Rachel Bridge.
"Puedes terminar sintiéndote como esos ratones que corren y corren en el mismo lugar".
La sociedad donde vivimos nos impulsa a conseguir un mejor salario, una mejor posición, un mejor trabajo, explica.
"Pero las cosas se pueden complicar si se te olvida por qué estás tratando de conseguir lo que quieres".
¿Es malo ser ambicioso?
Depende. Puede ser positiva cuando te impulsa a conseguir tus metas, pero negativa si te domina.
Neel Burton dice que la ambición se relaciona con el reconocimiento, con el deseo de distinguirse por sobre los demás.
Pero, "si fuéramos la última persona que queda en la Tierra, ser ambicioso tendría poco sentido o ninguno".
El investigado de Oxford sostiene que las personas muy ambiciosas suelen ser sensibles al fracaso y por eso experimentan "una constante insatisfacción o frustración".
"La gente ambiciosa siempre quiere más. Y nunca consiguen su objetivo, porque cuando lo logran, inmediatamente crean otro más alto".
¿Qué pasa cuando lo que ambicionas no está en el trabajo?
No toda la ambición es laboral. También existe la ambición por otro tipo de vida fuera de los muros de una oficina.
Joe Udo, ingeniero, dejó su carrera a los 38 años para convertirse en un padre que está en la casa y un bloguero.
"Estaba estresado. El trabajo estaba afectando mi salud física y mental", dice.
"La cultura corporativa esta hecha para promover la ambición y creo que la ambición es buena para mucha gente, pero no para mí".
*Este artículo es una adaptación de un episodio del programa de radio de la BBC Business Daily.