La llegada del hombre a la luna es una de las hazañas más complejas que ha logrado el ser humano, por lo que tener un plan en caso de que fallase no era para nada una locura, sino más bien algo necesario.
El presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, preparó un discurso en caso que la misión Apolo 11 fallase, donde, con ayuda de sus asesores, buscó las palabras más pertinentes para comunicar la hipotética mala noticia.
La existencia del discurso en caso de desgracia no se conoció hasta 1999. El texto llevaba por título: “En caso de desastre lunar” y según National Geographic señalaba que:
“El destino ha ordenado que los hombres que fueron a la Luna para explorarla se queden en ella para descansar en paz. Estos valientes hombres, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, saben que no hay esperanza de que sean rescatados. Pero saben que hay esperanza para la humanidad en su sacrificio.
Estos dos hombres están entregando su vida en favor de la verdad y el entendimiento. Serán llorados por sus familias, su nación, la gente del mundo y la Madre Tierra, que envió a dos de sus hijos a lo desconocido.
En días antiguos, los hombres miraban a las estrellas y veían a sus héroes en las constelaciones. En estos tiempos modernos, hacemos lo mismo, pero nuestros héroes son hombres épicos de carne y hueso.
Otros seguirán sus pasos y volverán. La búsqueda del hombre no se detendrá. Pero ellos fueron los primeros, y así los recordaremos en nuestros corazones. Ya que cada ser humano que mire hacia la Luna en todas las noches por venir sabrá que existe alguna esquina en otro mundo que por siempre será parte de la humanidad".
Afortunadamente, el Apolo 11 alunizó con éxito el 20 julio de 1969, marcando un hito, quizás es más difícil, en la historia de la humanidad, luego de viajar más de 195 horas por más de 1 millón 700 mil kilómetros en el total de la misión, que fue observado por 600 millones de personas.