De acuerdo con un estudio de la Universidad de Harvard, los agujeros negros supermasivos que habitan el centro de las galaxias ayudarían a la formación de la vida en los planetas.
Un estudio publicado por The Astrophysical Journal expone que la actividad química de los agueros negros supermasivos emiten radiaciones que ayudan a que la formación de biomoléculas.
Científicos de la Universidad de Harvard analizaron las distintas formas de radiación emitida por los agujeros negros (lo que alcanza a escapar de su campo gravitacional) y encontraron que, en lugar de ser nocivas, crean una "zona segura" que ayuda a la creación de la vida.
Los investigadores incluso piensan que la creencia de que alrededor de los agujeros negros se crea una "zona muerta" donde todo es destruído, sería uno de los motivos que no nos ha permitido encontrar vida inteligente en otros planetas.
La distancia entre el Sol y la Tierra ayuda a retener nuestra atmósfera, recibir una cantidad de radiación ultravioleta moderada y mantener una temperatura apta para la vida. El mismo fenómeno ocurría entre los agujeros negros y los planetas de sus galaxias.
Esta radiación sería suficiente para romper moléculas y crear compuestos como las proteínas, lípidos y ADN, elementos que son considerados como los "ladrillos de la vida".
Además, la luz emitida por los centros galácticos sería apropiada para la fotosíntesis, el proceso mediante el cual las plantas transforman energía solar en azúcares.