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Adelgazo, engordo, adelgazo, engordo: ¿por qué es tan difícil romper el ciclo?

Adelgazo, engordo, adelgazo, engordo: ¿por qué es tan difícil romper el ciclo?
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El efecto yo-yo: Haces un esfuerzo enorme para bajar de peso y en menos de lo que tomó perder esos kilos que te sobran, los vuelves a encontrar. Un científico de comportamiento nos aconseja la adicción… a lo saludable.

Una de cada tres personas en el mundo tiene sobrepeso y millones se la pasan (pasamos) haciendo dietas. Pero el 80% de los que logramos bajar de peso, con el tiempo lo volvemos a ganar.

Además, en los últimos 100 años ha habido un cambio radical en la variedad y el tipo de comida disponible, y una gran cantidad de los alimentos ahora contienen más calorías que nunca.

Esto significa que tenemos que ejercer más autocontrol para bajar de peso y no recuperarlo.

Precisamente a eso se dedica el científico de comportamiento Paul Aveyard: a ayudar a la gente a controlar su peso.

A BBC iWonder le reveló que el secreto es sencillo: desarrollar nuevas rutinas que se convierten en nuevos hábitos.

Sencillo pero ¿fácil? ¿Cómo alteramos costumbres muy arraigadas de toda la vida para evitar aumentar de peso en el futuro?

¿Qué nos está engordando?

Estos son algunos de los factores clave que influyen en el aumento de peso.

  • Evolución
Hemos desarrollado señales fuertes para el apetito, pero respuestas débiles para la satisfacción.
  • Hábitos
El 40% de nuestra conducta es subconsciente.
  •  Hormonas
Cuando perdemos peso, nuestro cuerpo intenta compensar intensificando la producción de las hormonas del apetito. El nivel de la hormona del hambre grelina aumenta en un 20% hasta 40 semanas después de la pérdida de peso, mientras que el de las hormonas que suprimen el hambre es más bajo.
  • Entorno
Las ofertas especiales están por todas partes: entre más compramos, más comemos.
  •  Actitud
A menudo, un sólo desliz hace que abandonemos la dieta. En lugar de aceptar uno que otro revés, comemos aún más, lo que desencadena el mismo resultado que estábamos tratando de evitar.

Nuestra memoria graba rápidamente los hábitos y los conserva, en particular aquellos establecidos en la infancia y los que tienen relación la comida.

Estos patrones permanecen en el subconsciente y los repetimos sin pensar, de una manera similar a montar en bicicleta o tocar un instrumento musical.

Los antojos y nuestros viejos hábitos nos invaden la mente y volvemos a caer en el ciclo.

Si queremos bajar de peso y no recuperarlo, hay que romper nuestras malas relaciones con los alimentos y crear unas más saludables.

Algo es mejor que nada

Antes de cambiar nuestras relaciones con los alimentos, también hay que cambiarlas con las dietas.

Así como no hay que abandonar la dieta porque tuvimos una recaída, tampoco hay que renunciar al propósito de controlar nuestro peso debido al llamado efecto yo-yo.

La investigación ha demostrado que, incluso con el ciclo entre la pérdida y aumento de peso, el resultado general es mejor que resignarse a vivir con todos esos kilos de más.

Trucos para volverse adicto a lo bueno

Los buenos hábitos pueden ser tan adictivos como los malos.

Una vez programes nuevos comportamientos y estos se vuelvan rutinarios, mantener tu peso ideal será mucho más fácil.

Estos consejos te pueden ayudar.

Paso lento pero seguro y ¡no hay que darse por vencido!

Reglas: la pérdida de peso implica la creación de reglas para ti mismo. Si las cumples durante el tiempo suficiente, se convertirán en nuevos hábitos saludables.

Mantener el control: una vez hayas alcanzado tu peso ideal puedes aumentar la cantidad de comida, pero sin descuidarte. Si comes más un día, recorta el siguiente.

Pesarse a diario: fija tu peso y no te excedas en más de un kilogramo. Si ganas peso de nuevo, vuelve a bajarlo.

Darse tiempo: trata de perder de peso durante un período de tiempo, y luego ten un período de permanecer estable antes de volver a intentar bajar más kilos.

Compromiso: en promedio se tarda uno o dos meses para formar un hábito, pero esto puede variar mucho entre las personas, desde 18 a 254 días.

Repetir, repetir, repetir: la consistencia forma hábitos y hace que se peguen. Recuerda que comer de forma saludable es un cambio de estilo de vida, no una dieta.

Aleja la tentación: saca de tu casa los alimentos poco saludables. Reemplázalos con alimentos que combaten la enfermedad, tales como frutas y verduras.

A moverse: la cantidad más pequeña de ejercicio es beneficiosa.

¿Tus amigos te engordan?: trata de pasar tiempo con personas que tienen los hábitos que deseas adquirir.

Probar, probar y probar de nuevo: es común tener recaídas así que acepta la imperfección. Si rompes tu dieta o rutina, retómala tan pronto como sea posible.

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