La Reina Madre, Isabel Bowes- Lyon, casada con el rey Jorge VI y madre de la reina Isabel II, fue una de las mujeres más importantes del siglo XX, con un rol fundamental en la monarquía de la época, aunque sin mayores reconocimientos.
Fue un gran apoyo para su hija, la reina Isabel II, también fue una importante confidente para su nieto, el príncipe Carlos y una bisabuela muy cariñosa con los príncipes William y Harry, especialmente luego de que falleciera su madre -la princesa Diana- en 1997.
Cuando la Reina Madre murió en 2002, su herencia fue muy comentada, ya que su fortuna correspondería a 70 millones de libras (más de 60 mil millones de pesos chilenos) dinero distribuido en propiedades, caballos, joyería y obras de arte que actualmente son parte de la Colección Real.
La mayoría de la herencia fue otorgada a su hija, Isabel II, pero también sus nietos -los príncipes William y Harry- se vieron beneficiados. En 1994 su bisabuela guardó dos tercios de su dinero en un fondo fiduciario para ellos, donde según la BBC, estos compartirían un fondo de 14 millones de libras, lo que corresponde a 12 mil millones de pesos chilenos.
Lo que se cuestiona es por qué la mayor parte de este dinero fue a parar a las manos del príncipe Harry. Y es que la Reina Madre antes de morir quería asegurar el futuro del heredero menor de la familia, ya que cuando su otro bisnieto -William- se convierta en rey, será beneficiado económicamente.
Pero el futuro de los príncipes William y Harry ya estaba asegurado, porque cuando su madre -Lady Dee- falleció, esta les dejó una fortuna de 10 millones de libras a cada uno -lo que corresponderían a más de 8 mil millones de pesos chilenos- dinero que fue entregado cuando estos cumplieron 30 años.