Un caso de negligencia médica sacudió a la pequeña ciudad paquistaní de Ratodero: más de 900 niños se contagiaron de VIH por culpa de un pediatra que reciclaba jeringas.
Según The New York Times, todo comenzó cuando muchos niños comenzaron a tener una fiebre que resistía todos los tratamientos. Todo el mundo parecía conocer a una familia con un niño enfermo.
Poco después, los padres se enteraron del devastador diagnóstico: VIH. Desde entonces más de 1.100 personas contrajeron el virus y cerca de 900 de ellos tienen menos de 12 años. Sin embargo las autoridades de salud creen que la cifra real es mucho más alta, pues solo una fracción de los habitantes del pueblo se ha realizado el test.
Cuando las autoridades comenzaron a investigar los casos, todas las pistas apuntaban hacia Muzaffar Ghanghro, un pediatra que atendía a las familias más pobres del pueblo, y que parecía ser el causante de la epidemia.
El pediatra era la opción más barata: cobraba solo 20 centavos por consulta en un pueblo donde la mayoría de las familias sobreviven con solo 60 dólares al mes -45.000 pesos chilenos-.
Uno de los casos más dramáticos es el de Imtiaz Jalbani, quien llevó a sus seis hijos a ese pediatra. Cuatro de ellos contrajeron el virus, y sus dos hijos menores, Rida, de 14 meses, y Sameena, de 3 años, murieron.
Jalbani, un obrero, dice que se sorprendió cuando vio al doctor buscando una jeringa en la basura para tratar a su hijo Ali, de 6 años, que también se contagió del virus. Cuando Jalbani alegó, el doctor se descontroló y le dijo que estaba usando una jeringa vieja porque Jalbani era muy pobre para pagar una nueva.
"Él dijo 'si no te gusta mi tratamiento ve a otro doctor'. Mi esposa y yo tuvimos que pasar hambre para poder pagar la medicina", asegura el señor Jalbani.
El doctor Ghanghro fue arrestado y acusado de negligencia, homicidio involuntario y daño involuntario. Sin embargo, el profesional aún no ha sido condenado y en una entrevista al citado medio insistió en su inocencia y aseguró nunca haber reutilizado jeringas.
Recientemente renovó su certificado médico y ahora trabaja como médico general en un hospital del gobierno en las afueras de Ratodero, pese a que la ofensa que cometió no le permite quedar en libertad bajo fianza.
Las autoridades de salud indican que es poco probable que el señor Ghanghro haya causado la epidemia por si solo. Durante sus visitas a hospitales, los fiscalizadores habitualmente se encuentran con profesionales que reutilizan jeringas y agujas. Los barberos usan la misma navaja con varios clientes y algunos dentistas atienden a los clientes en la vereda y les rompen los dientes con herramientas no esterilizadas.
Estas prácticas antihigíenicas son comunes en todo Pakistán, y probablemente son las causantes de las altas cifras de VIH en el país, aseguran las autoridades de salud. Pero Ratodero es tan pobre que esas prácticas son aún más comunes, mientras sus habitantes luchan para llegar a fin de mes con lo que tienen a mano.
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