700 mil personas mueren cada año por la resistencia a los antibióticos
Estar enfermo puede ser bastante agobiante: la tos, las flemas, el dolor corporal y la incapacidad de valerte por tí mismo son solo unas pocas razonas por las cuales nadie quiere enfermarse.
En el caso de que sea una infección bacteriana, la solución está al alcance de la mano: tomarte, por unos días, algunos de los antibióticos que te sobraron de otra enfermedad, pero en realidad esa no es una muy buena idea.
National Geographic cita unas alarmantes cifras de la Organización Mundial de la Salud, que indican que más de 700 mil personas mueren cada año en el mundo por enfermedades causadas por bacterias resistentes a los antibióticos.
Los medicamentos antimicrobianos, tras su descubrimiento en 1928, han ocupado una posición imprescindible para proteger la salud de los seres vivos.
Sin embargo, el abuso de los antibióticos genera una resistencia de muchas bacterias a estas sustancias, lo que está comprometiendo la salud mundial y los avances contra las enfermedades, debido a su uso indebido en el sector ganadero y agrícola, así como abusivo a nivel personal.
Ante esta problemática, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) difundió una lista de buenas prácticas de higiene para el sector agrícola y ganadero.
La organización recomienda reducir el estrés animal, evitar el hacinamiento, proporcionar una buena alimentación, cuidar la higiene y proveer una atención médica guiada por un experto.
Estos son algunos de los puntos clave para frenar el uso masivo de antibióticos “que contaminan nuestros sistemas alimentarios y nuestras cadenas de mercado, pasando de los campos y los establos a nuestras mesas”, afirma Juan Lubroth, director Veterinario de la FAO.
Pero los humanos tampoco están libres del uso excesivo de antibióticos, según un estudio del hospital y centro médico de St. John, de Detroit, en Estados Unidos.
La investigación asegura que tres cuartos de los pacientes que acuden a urgencias y a quienes se receta antibióticos por una posible enfermedad de transmisión sexual no los necesitan, ya que no padecen la infección que los médicos creen que tienen.