Lo más probable es que alguna vez en la vida has escuchado la expresión "como pollo sin cabeza" que suele usarse cuando una persona actúa sin pensar. Bueno, efectivamente, hace casi 80 años si existió un pollo que fue mutilado y pudo vivir durante un año y medio sin su cabeza, gracias a que lo alimentaban a través de un "pedazo de su esófago".
Ocurrió en 1945 en la finca de Lloyd y Clara Olsen, en Colorado, Estados Unidos. A la ave, bautizada como Mike, le habían cortado la cabeza para llevarlo al mercado y así venderlo o intercambiarlo por otro alimento.
Luego de su mutilación, los dueños lo arrojaron a un balde y se despreocuparon de los animales ya que para ellos, estaban todos muertos. Sin embargo, Mike, sin cabeza, se recompuso y empezó a caminar.
Es común que los pollos sigan viviendo durante unos segundos luego de que son decapitados, pero este en particular no moría de ninguna forma. Incluso, los dueños lo metieron a una caja durante la noche para que falleciera pero al día siguiente seguía en pie.
"El cráneo de un pollo contiene dos aberturas para los ojos que permiten empujar el cerebro dentro del cráneo. De esta manera, se puede cortar parte del cerebro, pero habría manera de que siguiera funcionando y pudiera sobrevivir”, dijo en su momento el doctor Wayne J. Kuenzel, tratando de dar una explicación de este hecho.
Según lo anteriormente dicho, Mike sobrevivió porque, a pesar del corte, mantenía todavía una parte intacta de su cerebro importante para su desarrollo. "En el momento en que separas el cerebro del cuello, al igual que en los humanos, obtendrás un tremendo movimiento de las extremidades”, agregó.
¿Qué pasó después con Mike?
Aunque suene muy cruel, se volvió toda una celebridad. En esa época era bastante común que las personas disfrutaran viendo "cosas extrañas", así que este pollo sin cabeza fue una atracción, ya que todo el mundo se entretenía al ver cómo podía vivir de esa manera.
Vivía simplemente porque sus dueños le daban leche y agua con una jeringa a través de una parte de su esófago que estaba al descubierto en la zona del corte. Además, ellos tenían que encargarse de limpiar esa parte constantemente, por los fluidos que se acumulaban.
Por desgracia, Mike falleció en 1947 al ahogarse con sus propios fluidos, en medio de una exhibición en Phoenix.