Durante la tarde del jueves 21 de marzo, la Asamblea General de las Naciones Unidas dio un gigante paso para al fin regular el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) en los países asociados y el mundo.
En concreto, el órgano principal de las Naciones Unidas aprobó unánimemente la primera resolución respecto a la inteligencia artificial para promover su desarrollo de forma "segura", "responsable" y "equitativa" con la intención de evitar que exista desigualdad entre los países y su eventual uso malintencionado.
Según recoge el portal especializado en tecnología, 20bits, la Asamblea cree que el desarrollo correcto de esta tecnología "salva la brecha digital tanto dentro como fuera de los países, impulsa la transformación digital, promueve la paz, fomenta la producción de los DD.HH. cierra las brechas digitales en todo el mundo y alienta a proteger el ecosistema para la innovación y la difusión de conocimientos y tecnologías".
Asimismo, el organismo reconoció que las bases de datos son fundamentales para el desarrollo de la inteligencia artificial, pero que las empresas privadas que impulsan esta tecnología deben ser responsables a la hora de diseñar y lanzar nuevas capacidades.
El primer paso para la regulación de la inteligencia artificial
La resolución firmada por la ONU fue presentada por Estados Unidos y co-patrocinada por 120 países, por lo tanto, altos funcionarios del Gobierno celebración su adopción.
Uno de los que hablaron sobre el tema fue Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, quien comentó que se trata de "un paso histórico para fomentar sistemas fiables de IA", considerando las "oportunidades y retos" de esta tecnología.
Por su parte, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, agregó que su país "acoge con satisfacción la adopción por parte de la Asamblea General de la ONU" y que están "comprometidos a establecer y fortalecer reglas y normas internacionales sobre tecnología emergente como la IA".
Cabe destacar que el texto fue elaborado con ayuda de expertos de la sociedad civil y del sector privado, teniendo en cuenta las prioridades y preocupaciones de los países en vías de desarrollo.