A estas alturas ya no importa si tu celular, audífonos, consolas o PC sean de marcas similares, pues lo más común es que todos vengan con diferentes entradas USB y hagan que tu casa esté llena de cables. Sin embargo, lo que podría parecer una simple molestia realmente está contaminando, una situación que está bajo la mira de la Unión Europea.
Es por esto, que la Comisión Europea reveló esta semana una propuesta para resolver este revés, aunque con una medida que no gustará a algunas empresas: los fabricantes de celulares y otros dispositivos electrónicos inteligentes tendrán que contar con un puerto de carga con entrada USB de Tipo C de manera obligatoria.
“Los consumidores europeos ya han experimentado suficiente frustración por los cargadores incompatibles que se acumulan en sus cajones. Hemos dado un amplio plazo al sector para encontrar sus propias soluciones; ha llegado la hora de emprender una acción legislativa en favor de un cargador común”, dijo la vicepresidenta ejecutiva para una Europa Adaptada a la Era Digital, Margrethe Vestager en un comunicado de prensa.
Además, añadió que “esto supone un importante éxito para nuestros consumidores y medio ambiente, y se ajusta a nuestras ambiciones ecológicas y digitales”.
Este anuncio es un gran revés para Apple, que a diferencia de otras marcas que podemos encontrar hoy en día, cuenta con su propia entrada “Lightning” para los iPhone, la que podría verse afectada y obligada a cambiar su tipo de cargador.
“Nos sigue preocupando que una regulación estricta que exige un solo tipo de conector sofoca la innovación en lugar de fomentarla, lo que a su vez perjudicará a los consumidores en Europa y en todo el mundo”, expresó la compañía de Steve Jobs en un comunicado.
Por otro lado, la Comisión Europea está consciente de la contaminación que genera la cantidad de cables guardados en nuestras habitaciones, por lo que sugiere a los fabricantes de productos que, al implementarse el USB-C para todos, dejen de incluir cargadores en los productos nuevos.
Estas propuestas aún no han sido aprobadas y para convertirse en ley pasarán a votación en el Parlamento Europeo. En caso de ser aceptada, las empresas tendrán un plazo de 24 meses para adherirse al nuevo reglamento para unificar las entradas USB.
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