La NASA advierte por tormentas solares en la Tierra: Podría generar apagones masivos
La NASA registró el pasado 9 de octubre una masiva eyección de masa coronal por parte del Sol, la que provocó que una gran llamarada solar hiciera erupción por el lado del astro que da directamente hacia la Tierra. Tras viajar por el espacio, la energía llegó al planeta el 12 de octubre generando una aurora boreal que fue visible desde la ciudad de Nueva York.
Esto marcó el comienzo del período solar más activo durante los últimos 11 años, donde la superficie del astro estará constantemente registrando tormentas solares que, según la NASA, podrían llegar a generar un apagón masivo de servicios como el Internet.
Las Tormentas Solares o Geomagnéticas tienen su propia escala de medición, que va del nivel G1 al G5. La más reciente fue clasificada como G2 según la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica, lo que marca un nivel moderadamente alto de exposición ante esta energía.
Cuando la energía es liberada por las llamaradas del Sol, viaja por el espacio hasta los diferentes planetas que conforman el Sistema Solar. Luego de chocar con el campo magnético de la Tierra se libera su calor y luz en forma de auroras boreales, algo que puede tener consecuencias en el cableado y satélites, llegando incluso a generar apagones mundiales de servicios como el Internet.
En caso de encontrarse con un impacto de nivel G5, se estima que sus efectos podrían ocasionar problemas en el control del voltaje y algunos sistemas de red que pueden verse colapsados por completo o apagados temporalmente.
“Toda esta radiación adicional puede dañar los satélites que usamos para las comunicaciones y la navegación, y puede interrumpir el funcionamiento de las redes eléctricas. La radiación de las tormentas solares también es peligrosa para los astronautas que se encuentran en el espacio”, explica la NASA.
Así mismo, los científicos estiman que este es el comienzo de una temporada de tormentas solares que podrían alcanzar su punto de mayor impacto entre 2026 y 2030. En caso de llegar a un impacto de nivel G5, podría dejar sin luz de 20 a 40 millones de personas por hasta 2 años.