La inteligencia artificial logra traducir el idioma más antiguo del mundo
La inteligencia artificial (IA) no solo sirve para generar imágenes de cosas inimaginables, sino que también es capaz de traducir distintos textos de una manera muy completa. Ahora logró algo mucho más destacable, pues ésta tecnología pudo traducir el idioma más antiguo del mundo.
Estamos hablando del acadio, una antigua lengua semítica que se hablaba en la antigua Mesopotamia, aproximadamente entre el tercer milenio a.C. y el primer milenio a.C. Fue el idioma principal de la civilización sumeria y más tarde se convirtió en la lengua franca de toda la región, influyendo en la escritura y cultura de los pueblos mesopotámicos.
Los resultados de la investigación fueron publicados en un artículo en la revista PNAS Nexus. Según FayerWayer, el registro más antiguo con esta lengua es un fragmento de tablilla de arcilla del siglo XIV a.C., descubierto por arqueólogos israelís en Jerusalén.
Hay miles de estas tablillas conservadas en todo el mundo, pero solo un porcentaje menor ha podido ser traducido, por falta de expertos calificados. Por eso, investigadores de Israel acudieron a la IA para simplificar y acelerar el proceso de traducción.
¿Cómo lograron la traducción del acadio?
Lo primero que hicieron los investigadores fue usar la IA para transcribir la escritura cuneiforme acadia al alfabeto latino, para que quedara, por así decirlo, legible para cualquier persona no familiarizada con esa escritura. Lo anterior se logró en un 97%.
Según el estudio, otra versión del modelo de IA fue entrenada para traducir directamente del acadio al inglés, logrando resultados "razonables y más ágiles que los que un humano podría lograr". De todas maneras, de repente arrojaba errores.
Aún así, esta IA cumplió bien en la traducción de textos de hasta 118 caracteres, como decretos reales y profecías. "Traducir todas estas tablillas puede relevarnos los inicios de la historia, la civilización de estas personas, en qué creían, de qué hablaban, qué documentaban", afirmó Gai Gutherz, autor principal del estudio y miembro de la Universidad de Tel Aviv.