Los investigadores de la Australian National University (ANU) analizaron 200 terremotos de magnitud superior a 6 en los últimos 10 años para comprobar una hipótesis que se plantea desde hace más de 20 años.
"Este núcleo interno es como una cápsula del tiempo de la historia evolutiva de la Tierra: es un registro fosilizado que sirve de puerta de entrada a los acontecimientos del pasado de nuestro planeta. Acontecimientos que ocurrieron en la Tierra hace cientos de millones o miles de millones de años", explicó Hrvoje Tkalcic profesor de la ANU y miembro del equipo de investigación.
El núcleo terrestre tendría un efecto de rebote similar al efecto de una pelota de ping pong a la hora de producirse un sismo superior a 6. El tipo de rebote se denomina antipodal, es decir que se situaría en el lado opuesto al primer rebote.
"Al desarrollar una técnica para aumentar las señales registradas por redes de sismógrafos densamente pobladas, hemos observado, por primera vez, ondas sísmicas que rebotan de un lado a otro hasta cinco veces a lo largo del diámetro de la Tierra. Los estudios anteriores sólo habían documentado un único rebote antipodal", explica el doctor Thanh-Son Pham, de la Escuela de Investigación de Ciencias de la Tierra de la ANU.
Si bien, aun quedan preguntas sin respuesta y los resultados podrían apuntar en otra dirección eventualmente, el hallazgo supone un nuevo método para analizar el núcleo terrestre. "Los hallazgos son emocionantes porque proporcionan una nueva forma de sondear el núcleo interno de la Tierra y su región más central", afirma el doctor Pham.
Los investigadores concluyen que en algún momento de la evolución terrestre se pudo producir un acontecimiento global que provocó un cambio significativo en la estructura cristalina o la textura del núcleo interno de la Tierra.
"Todavía hay muchas preguntas sin respuesta sobre el núcleo más interno de la Tierra, que podría contener los secretos para desentrañar el misterio de la formación de nuestro planeta", aseguró el profesor Tkalcic.