Los datos y privacidad de los usuarios es una discusión que se tiene con frecuencia. En una época como la actual, es ingenuo creer que somos inrastreables, estando conectados a nuestros smartphones a diario, dejamos registro de una rutina e incluso de nuestros movimientos, como fue el caso de un hombre que asesinó a su esposa en Estados Unidos.
En Alabama, ocurrió un trágico caso que terminó con Jeff West, un hombre de Alabama, con una sentencia de 16 años en prisión por el asesinato de su esposa. Uno de los factores claves a la hora de la condena, fue la información recopilada por su smartphone, que terminó por delatarlo y derrumbar la teoría del homicida, esto según indica AL.com, un sitio de noticias de Alabama
Según West, se fue a dormir alrededor de las 10:30 p.m. la noche que falleció su esposa, sin embargo, según los datos recopilados por una aplicación de salud instalada en su teléfono celular, la aplicación indicó que dio 18 pasos entre las 11:03 p.m. y las 11:10 p.m. Su esposa, Jat West, tenía 42 años.
Esta no es la primera vez que un smartphone resulta clave en un caso de estas características, en 2016, la policía australiana se basó en los datos del Apple Watch de la víctima para descartar a un acusado de asesinato. En Alemania ocurrió lo contrario, los datos de salud de la app de Apple terminaron por condenar el asesinato de una joven estudiante de medicina de 19 años.
El asesinato que no terminó impune gracias a un smartphone
La condena de Jeff West no fue únicamente a partir del registro que marcó su celular. Su teoría contradecía la verdad, y el médico Stephen Boudreau, un patólogo del Departamento de Ciencias Forenses de Alabama, descubrió un golpe que tenia en la cabeza Kat West, que no fue causado por una caída. Notó que independiente de lo que se haya pegado, tenía filo, pero no era afilado. Dentro de las pesquicias se enontró una botella de absenta cerca del cuerpo de Kat West.
Esta noticia podría servir de recordatorio que nuestro smartphone no deja de funcionar, aunque sea en segundo plano y puede delatarte como fue en este caso en Alabama o incluso incriminarte, como fue el caso de Zachary McCoy, un hombre de GainesVille, Florida, que fue investigado por robo simplemente porque los datos de ubicación de su teléfono lo pusieron cerca de la escena de un crimen. (Estaba en un inocente paseo en bicicleta).