Aunque suene loco, investigadores en Japón tuvieron la brillante (o extraña) idea de pintar rayas de cebras a las vacas como parte de un experimento científico, que tiene como objetivo principal ahorrar dinero a la industria cárnica.
¿En qué afecta, entonces, que una vaca parezca una cebra? Los científicos, en el estudio, plantearon que las cebras atraen menos insectos que otros animales porque creen que las rayas confunden el mecanismo de aterrizaje de éstos, así que ni se acercan.
En cambio, las vacas suelen ser muy molestadas por las moscas, hasta tal punto de que causan que se vuelvan más inquietas, se enfermen y produzcan menos leche. De hecho, solo en Estados Unidos, los ganaderos pierden 2.200 millones de dólares al año por culpa de los pesados insectos.
Por esta razón, el equipo de expertos decidió aplicar este método -natural para las cebras- a las vacas, para evitar el uso de pesticidas caros y tóxicos. Lo curioso es que ellos tenían razón, las moscas dejaron de acercarse a las vacas pintadas como cebras.
El experimento vacacebra
Según explica Computer Hoy, los científicos pintaron rayas blancas y negras a seis vacas y documentaron la cantidad de insectos que se le acercaban como el número de movimientos que hacían ellas para alejarlos de su cuerpo, durante tres días.
En conclusión, pintarle rayas a las vacas como si de una cebra se tratase reduce en un 60% las moscas y mosquitos que las puedan molestar y causar distintas enfermedades.