Aunque en el cielo nocturno los rayos son llamativos, estos pueden causar terribles destrozos en infraestructuras grandes como aeropuertos o centrales eléctricas y también daños a la propiedad privada y hasta a las personas (aunque en menor medida, por supuesto).
Por esta razón, científicos frances y suizos, en búsqueda de una mejor solución para frenar el impacto de los rayos, lograron desviar estos con un láser, según el informe recientemente publicado en la revista Nature Photonics.
Este novedoso hallazgo correspondería, para algunos, como la evolución del pararrayos creado por Benjamin Franklin en el siglo XVIII. Un instrumento de metal conductor de electricidad que atrae al rayo ionizado del aire, que intercepta las descargas, y las conduce hasta la tierra. El cual ha sido utilizado por estos 270 años desde su invención.
¿Cómo descubrieron que un láser podía desviar un rayo?
Para llegar a esta conclusión, el francés Aurélien Hourad junto con otros cíentificos hicieron pruebas en la montaña Säntis, Suiza. En el experimento usaron, de acuerdo a la publicación, un láser del porte de un vehículo que dispara mil pulsos por segundo, el cual fue posicionado cerca de una torre de telecomunicaciones en la que se estima cae un rayo unas 100 veces al año.
El resultado fue increíble. En las 6 horas de experimento en medio de un tormenta eléctrica, el láser desvió el curso de cuatro descargas de rayo hacia arriba.
Dentro de los distintos análisis, los científicos explicaron que "un factor importante que contribuyó al éxito de la campaña de Säntis es la tasa de repetición del láser (...) Fue dos órdenes de magnitud superior en comparación con los intentos anteriores". También explican que:
“Antes de un relámpago en Säntis, el campo eléctrico suele variar muy lentamente (de decenas a cientos de milisegundos). Esto se debe a que la mayoría de los flashes son autoiniciados”. “El uso de una tasa de repetición de kilohercios, por lo tanto, permite la interceptación de todos los precursores de rayos que se desarrollan sobre la torre”.
Todos los datos están disponibles en la publicación de la revista Nature Photonics aquí.