El agente chileno ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Claudio Grossman, relató la mañana de este jueves en el matinal Bienvenidos algunos detalles de lo que no se vio tras la lectura del fallo que el lunes 1 de octubre emitió el tribunal internacional y que negó la demanda boliviana que buscaba obligar a negociar una salida al Océano Pacífico.
Con un semblante más relajado y sonriente, el agente fue relatando algunos detalles como la celebración del equipo chileno con "Coca Cola light", y que no pudo dormir mucho la noche anterior ni la siguiente.
Pero lo que más llamó la atención fue cuando contó lo que pasó con la delegación boliviana, encabezada por el presidente Evo Morales, quien ingresó sonriente al salón de honor del Palacio de la Paz, saludando a toda la delegación, lo que no se repitió tras el fallo.
"Me sorprendió lo siguiente; cuando él entró sonriente (Evo Morales), nos dio la mano a todos, nos saludó, yo tenía una deuda pendiente con él porque cuando fue la última vez antes del fallo, no saludé al equipo contrario, estábamos molestos, pero a la salida él no nos dio la mano, me dio la mano (Carlos) Mesa, pero se fueron muy rapidito", contó el agente.
Grossman además dijo que el clima era de nerviosismo en la delegación chilena, pero de confianza en los argumentos que se habían presentado ante la Corte, y lo que hizo dudar un poco fue la presencia del propio Morales y los ex mandatarios altiplánicos en el tribunal.
"Cuando vimos que iba a ir Evo Morales con los ex presidentes, pensamos que ellos tenían algún indicio del juicio, pero resulta que no tenían ningún indicio", indicó.
Finalmente, el agente, que estuvo en el caso desde que se presentó la demanda en 2013 como coagente de Felipe Bulnes primero y luego de José Miguel Insulza, destacó que Chile debería aprender a ser menos pesimista. "Se instaló en Chile el pesimismo, lo que demuestra que hay que aprender que no hay que hacer tan pesimista, cada momento tiene su afán, teníamos un caso sólido, creíamos en él", puntualizó.
