La detención de Augusto Pinochet fue un hito que marcó la historia de nuestro país. Fue informado un 16 de octubre de 1988 desde una clínica de Londres, donde el entonces senador vitalicio y ex comandante en jefe de las Fuerzas Armadas se encontraba hospitalizado.
El suceso que se extendió hasta el 2 de marzo del 2000, fue recordado por el ex canciller y senador PS, José Miguel Insulza, quien en conversación con T13 Noche recalcó el valor positivo de este hecho dentro de la política nacional.
“Siempre he estado convencido de que si nosotros íbamos a construir una democracia en Chile, ella tiene que ser independiente, autónoma y tenía que ser capaz de hacer justicia por su cuenta y no que se le impusiera”, argumenta Insulza.
En cuanto a su gestión respecto de la detención de Pinochet, el senador asegura que “lo único que yo hice, fue al día siguiente, cuando yo llamé al canciller Robin Cook y me dijo que qué podía hacer, y yo le dije ‘échelo, si es un ser indeseable para usted, un personaje tan siniestro, échelo del país’, pero no se atrevió”.
Sumado a esto, José Miguel Insulza se refirió al momento en que Pinochet finalmente pisa territorio chileno y, apenas se baja del helicóptero a bordo de una silla de ruedas, se pone de pie y saluda con una sonrisa en su rostro, contrarrestando su diagnóstico de estado de salud con demencia senil.
“Que se haya parado molestó mucho…pero no creo que eso fuera un examen médico que permitiera decir que estaba perfectamente bien, eso es una impresión que alguien se puede llevar”.
