UDI y diálogo constituyente: “Apruebo Dignidad no renuncia a la idea de un proceso refundacional”
Guillermo Ramírez es el diputado que representa a la UDI en la mesa de negociaciones entre el oficialismo y la oposición que busca instalar un proceso constituyente 2.0.
En esa línea, el parlamentario critica directamente a Apruebo Dignidad por su actitud dilatoria en el acuerdo constitucional.
“Frente a la actitud dilatoria de Apruebo Dignidad uno se pregunta si es solo de esa coalición o si es la actitud del gobierno frente al proceso. Por eso hemos insistido con un llamado al Presidente Boric para que ordene sus filas y se asegure de que sus representantes en la mesa sean agentes de diálogo y promotores de acuerdo y no agentes de dilación que entorpezcan un eventual acuerdo”, comienza señalando en torno a la suspensión de reuniones de esta semana.
—¿Cree que hay una orden de parte del comité político de La Moneda de dilatar este proceso?
—Esa es justamente la duda que tenemos y por lo mismo creemos que sería una gran señal que de manera inequívoca el Presidente Boric le pida a los representantes de Apruebo Dignidad un cambio de actitud. Ahora, no sé si es una orden, pero podría ser el espíritu con el que algunos hoy en el comité político están viendo el proceso de negociaciones. Tengo la impresión de que Apruebo Dignidad no ha renunciado a la idea de un proceso refundacional, tal como lo intentaron hacer en la primera Convención. Nosotros hemos enfrentado las negociaciones en la lógica de evitar que este nuevo proceso pueda ser un intento refundacional de Chile. Y, en la medida que nos vamos acercando al mecanismo -que garantice que Chile no será refundado-, es cuando empezamos a ver a Apruebo Dignidad más incómodo y con más disposición a dilatar y a entorpecer las discusiones.
—¿Usted ve ese ánimo también en parte del Socialismo Democrático?
—Lo veo solamente en Apruebo Dignidad. El Socialismo Democrático lo veo consciente de la necesidad de generar en este proceso ciertas garantías que le den estabilidad al país, que le den certidumbre a los chilenos y que den garantías de que no habrá un nuevo intento refundacional.
—¿Usted ha visto una fractura entre las dos coaliciones oficialistas en este diálogo constituyente?
—No. Uno ve que hay acentos distintos, pero lo que nos ha tocado ver hasta ahora en la mesa es a un oficialismo unido y, por lo mismo, cuando uno de ellos intenta dilatar es cuando las conversaciones se terminan colisionando, porque el oficialismo hasta ahora ha actuado como un bloque.
—¿Cómo ve el rol o la incorporación de Diego Ibáñez como presidente de la Convergencia Social?
—Yo espero que el hecho de que Diego Ibáñez sea ahora el presidente del partido al que pertenece el Presidente Boric haga que estén más llanos a llegar a un acuerdo, porque yo sinceramente creo que el Presidente Boric quiere que lleguemos a un acuerdo. Diego Ibáñez tiene una responsabilidad especial y yo espero que esa responsabilidad lo lleve a buscar con mayor premura y más flexibilidad un acuerdo porque estoy convencido de que ese es el espíritu del Presidente Boric, quien ha mostrado mayor moderación de la que ha mostrado Apruebo Dignidad.
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—De esta premura de la que usted habla, ¿cuáles son los plazos esperables en la UDI en torno a alcanzar este acuerdo constitucional?
—Nosotros no tenemos plazo, hemos dicho que vamos a conversar sin prisa, para que el acuerdo sea un buen acuerdo, pero también sin pausa y lo que está ocurriendo es que hemos tenido demasiados momentos de pausa por culpa de Apruebo Dignidad, que ya nos ha suspendido dos reuniones en una semana. Para llegar a un acuerdo, en un tiempo razonable y que sea bueno para Chile, sería adecuado que todas las fuerzas políticas asuman este mismo compromiso de la UDI de seguir conversando sin pausa.
—¿Cree que la falta de acuerdo en la Cámara por la presidencia de Karol Cariola pueda entorpecer o entrampar el diálogo constituyente?
—La verdad es que creo que ambas cosas van por cuerdas separadas. En el Socialismo Democrático y en Apruebo Dignidad están sentados en la mesa dirigentes que no son parlamentarios, dirigentes que son senadores y no diputados, por lo tanto, tienen una mirada más amplia de lo que está ocurriendo en Chile y le dan, creo yo, la importancia que se merece el conflicto por la mesa de la Cámara, que es de una importancia menor... Yo no creo que esto esté tironeando ni generando conflictos en la mesa de negociación entre el Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad.
—¿En la UDI hay alguna preferencia mayoritaria sobre el mecanismo?
—Hemos dicho con toda claridad que no nos importa de qué color sea el gato sino que cace ratones. Nos interesa que el proceso constituyente sea uno que impida un intento de refundar el país, que genere los incentivos para que en el proceso se quiera llegar a acuerdos y que sea capaz de parir una Constitución moderada que permita cerrar el debate constitucional y permitir que Chile siga progresando. Si es una Convención pequeña electa al 100% o con una un poco más grande que no sea electa 100% la verdad es que nos da igual. Lo que a nosotros nos interesa es que el proceso se pueda llevar de manera sobria con espíritu de diálogo, diferenciándose lo más posible de lo que fue la primera Convención y para eso hay múltiples mecanismos y nosotros estamos abiertos a cualquiera de ellos.
—¿Usted acuña este concepto del exconvencional Bassa sobre que la nueva Constitución debe ser 'neutra'?
—Si entendemos por Constitución neutra una que permita a todas las fuerzas políticas desarrollar su propio proyecto político cuando la ciudadanía los elige, sí, yo estoy por una Constitución neutra. Pero si por neutro vamos a entender que hay ciertos valores fundamentales que la Constitución no va a defender entonces nosotros no estamos de acuerdo con eso, porque creemos que debe existir el respeto a la dignidad de la persona humana, que el Estado debe promover el bien común y que deben protegerse ciertas garantías que tienen las personas incluyendo ciertas garantías en materia económica y de propiedad.
—Las encuestas muestran adherencia a un órgano 100% electo, ¿Chile Vamos se la debe jugar por una sola opción?
—El sistema que yo prefiero es un órgano 100% electo que se parezca en su composición y número al Senado. Pero como nos interesa avanzar en la conversación es que estamos dispuestos a explorar otros mecanismos que aseguren un proceso moderado, sobrio, con incentivos para llegar a acuerdo, que sea capaz de generar una buena Constitución para el país.
—¿En qué pie están las negociaciones en torno a un plebiscito de entrada? ¿Hay riesgo de que esta idea empiece a agarrar vuelo en las encuestas, siendo que es algo a lo que Chile Vamos no adhiere?
—El plebiscito de entrada sería el símbolo del fracaso de la institucionalidad política. Sería una confesión de que no fuimos capaces de llegar a un acuerdo. Y de que no fuimos capaces de generar un mecanismo que entregue certidumbre y estabilidad al país. Un plebiscito de entrada generaría más dudas que certezas, y sería una muestra más de que el Congreso y los partidos políticos están en un punto en que son incapaces de llegar a acuerdos importantes por el bien de Chile. Por esa razón nosotros nos hemos opuesto al plebiscito de entrada y creo que el centro político y la izquierda moderada comparten ese diagnóstico con nosotros.
—¿Cómo ve el debate de que la Corte Suprema sea el árbitro de las bases constitucionales?
—Nosotros nos hemos opuesto a un tribunal que haga de árbitro por dos razones. La primera: este es un acuerdo político y nosotros siempre hemos sido enemigos de politizar la justicia, pero también porque durante la discusión constitucional se va a discutir acerca de reformas al sistema judicial y no quisiéramos que el poder judicial intervenga como árbitro en función de la discusión que se dé en la Convención. Creemos que no es bueno que un incumbente en la discusión sea al mismo tiempo el que tenga en sus manos el arbitraje de las bases constitucionales.
—¿No cree que se necesita también un árbitro que fiscalice el futuro órgano, ya sea dineros, comportamientos, cumplimiento de reglas...?
—Nosotros creemos que la nueva institución debe estar bajo el control de la Contraloría General de la República. En materia política creemos que el único control que debe haber es que no se sobrepasen estos bordes o bases constitucionales que hemos acordado. Con esos dos controles basta, no es necesario constreñir aún más el marco de acción que redacte la nueva Constitución.
—Pero la Contraloría en su momento dijo que excedía sus facultades controlar a este órgano...
—Pienso que ese es un error del cual aprendimos y que va a ser corregido en un eventual acuerdo.
Diálogo constitucional en la UDI: “Estamos contando con el apoyo de las bases”
—¿Cómo ven las bases de la UDI este diálogo constituyente? El Partido Republicano ya quedó fuera...
—Las bases de la UDI están de acuerdo con que hay que conducir el proceso y no simplemente resistirse. Hay un hastío a la lógica de la derecha en los últimos años de que ha bailado al son de la música de la izquierda y que no ha tomado la iniciativa.Y valoran el hecho de que nosotros ahora estemos tomando la iniciativa. Yo diría que el principal temor es que no seamos capaces de llegar a un buen acuerdo, pero nosotros hemos sido muy claros en decir que si el acuerdo no es bueno para Chile no lo vamos a firmar. Nosotros no estamos obligados a acordar algo que consideremos que sea malo para el futuro del país y dejando eso muy en claro estamos contando con el apoyo de las bases de la UDI y de independientes de derecha que lo que quieren es que cerremos este proceso de buena manera y que seamos capaces nosotros de conducir la conversación y no la izquierda.
—¿Qué significaría para las bases de la UDI que este sea un buen acuerdo? Por ejemplo, se ha hablado de un llamado seguro de salida, es decir, que la propuesta constitucional pase por el Congreso al final del proceso, con el sistema que ocurre con la ley de presupuesto...
—A nosotros nos importa que el sistema político tenga mucho que decir sobre la propuesta constitucional, puede ser a través del mecanismo que usted menciona, pero también hay otros. Nosotros hemos enfrentado esta discusión con apertura de mente para no enamorarnos de los medios sino que preocuparnos de conseguir los fines.
—¿Qué otros mecanismos pueden ser?
—Un plebiscito de salida con porcentajes mayores de aprobación, un rol más activo de un comité de expertos, en fin, hay varias propuestas sobre la mesa y las estamos analizando todas.
—¿Cree que Chile Vamos ha podido capitalizar el 62% del Rechazo?
—Eso lo dirán las próximas elecciones, por el momento nosotros estamos tratando de interpretar a esta gran mayoría de chilenos que busca cambios, pero con moderación y sin hacer experimentos extremos de manera gradual y que respondan al sentido común de los chilenos. Eso es lo que estamos tratando de representar y esperamos entregar a los chilenos finalmente un buen acuerdo que permita un nuevo proceso con estas características.