El martes 29 de agosto, dos días antes de que el ex ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés dejara su cargo, el titular de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Nicolás Eyzaguirre, ya había transmitido al oficialismo su disposición para reemplazarlo.
Eyzaguirre estaba dispuesto a asumir el cargo de su amigo, a quién él mismo había recomendado a la Presidenta Bachelet en mayo del 2015 para el primer cambio de gabinete de la actual administración, una cirugía mayor que incluyó la salida de todo el comité político y de la que Eyzaguirre -pese a una criticada gestión a cargo del Ministerio de Educación- terminó siendo el gran sobreviviente.
Un mes más tarde, debido a la forzada salida de Jorge Insunza de la Segpres, Eyzaguirre dejó el Mineduc para aterrizar en La Moneda, donde aumentó su influencia como uno de los principales orejeros de la mandataria, pese a que por su estilo genera anticuerpos en sectores de la propia Nueva Mayoría.
Ahora, en la recta final del gobierno, el economista PPD vuelve a Hacienda, un ministerio que conoce de memoria, ya que encabezó durante los seis años del gobierno de Ricardo Lagos, y en el que su esposa, Bernardita Piedrabuena, trabaja como coordinadora de Mercado de Capitales y Finanzas Internacionales.
Con todo, Eyzaguirre no sólo se consolida como el hombre más poderoso del equipo ministerial, sino además en el bacheletista más leal a la mandataria.
El economista es quien recomienda a Bachelet nombres para cargos de autoridades, quien la escucha en sus inquietudes en materia económica y también quien bromea con ella. Ambos se tienen cariño y comparten una larga ruta conjunta, desde el 2000, donde coincidieron en el gabinete de Ricardo Lagos.
Su misión de cara al cierre de gobierno, incluirá desafíos complejos. Entre ellos, sacar adelante temas como la ley de presupuesto y el proyecto de reforma previsional. Para esa tarea, en todo caso, ni siquiera sus detractores desconocen su expertise en el área económica.
Un leal compañero
En la Nueva Mayoría dicen que la cualidad más valorada de Eyzaguirre por la Presidenta es su lealtad. En muchas ocasiones, el ministro no ha estado de acuerdo con la Mandataria, pero aunque ha expuesto sus posturas, normalmente no polemiza con las mismas ni divulga sus diferencias con ella.
Un ejemplo de eso, explican en Segpres, es que Eyzaguirre estuvo a favor de la instalación de Dominga en la IV Región, al igual que Valdés. El argumento era el mismo: la necesidad de generar desarrollo económico en esa zona. Sin embargo, tras la postura de rechazo de Bachelet, el ministro no se sumó a la ofensiva del ex jefe de Hacienda.
Tal vez por lealtades como esa es que La Moneda no lo cuestionó por los problemas que enfrentó Eyzaguirre cuando ejerció como ministro de Educación en 2014, época en la que tanto oficialismo como oposición criticaron duramente su gestión en la implementación de la reforma de esa cartera.
Además, fue duramente cuestionado por haber dicho frases que hasta el día de hoy lo condenan. Una de ellas, cuando usó una metáfora para explicar la necesidad de mejorar la educación pública, advirtiendo que era necesario “bajar los patines” a la educación privada.
Hace una semana, volvió a recibir críticas transversales tras decir que el gobierno “tiene tan mala pata que el mejor crecimiento se verá hacia el próximo año, entonces, van a decir que es obra del futuro gobierno”, lamentó.
Con todo, en Palacio saben que Eyzaguirre se consolida ahora como el hombre fuerte del gabinete, por sobre los colaboradores políticos más cercanos a Bachelet, como su jefa de gabinete Ana Lya Uriarte y el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.
"La Presidenta descansa en él, es su hombre de mayor confianza", relata un parlamentario que ha negociado algunos proyectos con el nuevo jefe de las finanzas. Es más, para graficar la sintonía que Eyzaguirre con la mandataria son varios los que recuerdan los "guitarreos" del grupo de amigos de Bachelet en los que el militante PPD ha participado.
Los flancos de su nueva gestión
En la Nueva Mayoría dicen que, en medio de la abrupta salida de Valdés, el reemplazo de Eyzaguirre en Hacienda fue la mejor idea. Sus cercanos recuerdan que durante su gestión como ministro de la cartera en el gobierno de Ricardo Lagos, “nadó como pez en el agua”: mantuvo una excelente relación con los empresarios y se movió a sus anchas en el Congreso.
“Espero que los mercados me crean, mi prioridad será el crecimiento”, dijo tras el cambio de gabinete en La Moneda que lo volvió a convertir en jefe de las arcas fiscales.
En todo caso, Eyzaguirre tendrá que enfrentar algunos problemas en esta pasada. El primero, mejorar la relación con los parlamentarios del bloque, quienes durante todos estos meses han resentido que el ministro no los tomó en cuenta lo suficiente cuando se mantuvo en la Segpres.