Por Patricio de la Paz
Visitas en persona. Llamadas por teléfono. “Por todos los medios de comunicación posibles”, dice. En estos días turbulentos para la DC después de su Junta Nacional, Jorge Burgos estuvo en permanente contacto con Carolina Goic. Como coordinador político de su campaña, le hacía saber su opinión. Ella reflexionaba si seguir o no con su candidatura presidencial. Él le repetía lo que siempre le ha dicho: “que ella debe continuar con la tarea que asumió, más allá de los golpes y los lomos de toro que han surgido”.
La candidata Goic sorteó el último de esos lomos de toro a los que se refiere Burgos. La mesa del partido la respaldó públicamente para revocar la repostulación del diputado Ricardo Rincón, vinculado a un caso de violencia intrafamiliar. La candidata había puesto energía y parte de su capital político para que ese escenario ocurriera. Por eso fue un golpe cuando la Junta del partido no la apoyó. Por eso cuando los vientos cambiaron a su favor, ella el jueves dijo sí. Que seguía en carrera. La DC aún tiene candidata presidencial.
Jorge Burgos (abogado, 61 años, democratacristiano hace 41) ahora respira tranquilo. Temió seriamente quedarse sin candidata.
“En algún momento inmediato a la Junta temí que renunciara. Fue demasiado grande lo que ocurrió como para decir que jamás lo pensé. Pero ahora siento que las cosas van transcurriendo por un camino más positivo”, dice.
-¿Qué le pareció la carta del esposo de la candidata? ¿Un error?, ¿necesaria?
-Solo se explica desde el dolor; y cuando uno habla desde el dolor muchas veces dice cosas que si las pensara desde la racionalidad no las diría. No hay que hacer una análisis político de esto.
-Hubo tantas opiniones estos días. Fuego cruzado en la misma DC. Mariano Ruiz-Esquide, cercano a Goic, dijo que el comando era demasiado liviano.
-Es una opinión legítima. Ruiz-Esquide es del tipo de personas que considera al resto siempre liviano. Qué le puedo contestar…
-La candidata sigue. ¿Sigue usted con ella?
-Con este nuevo aire, ella debiera tener la absoluta libertad de reformular sus equipos, particularmente mirando en convertir esta candidatura, aprobada por la DC en su momento, en una candidatura mucho más ciudadana. Que le dé un domicilio político a miles de chilenos que se han quedado sin eso. Hay que darle una carácter no partidario a esto. Por eso, creo que todos los que hasta aquí hemos tenido roles en esta campaña debemos poner nuestros cargos a disposición, para que se conforme un equipo que no sólo huela a Democracia Cristiana.
-Entendería entonces si le pidieran un paso al lado.
-Absolutamente. Y mi señora estaría feliz; está cabreada que yo haya vuelto a la política.
El vaticinio
Fue en una entrevista del 2012. Jorge Burgos, que estaba su último periodo de diputado, hacía un ejercicio de futuro. Se imaginaba a sí mismo en cinco años más. Decía: “Me veo en lo privado, ejerciendo mi profesión, pensando en tener más paz, más tiempo para mí. Me veo ganando más lucas, a veces pienso que los años productivos que me quedan mejor los dedico a otra cosa para tener un final más seguro”.
-Este 2017 se cumplieron los cinco años de su predicción. Está en un comando presidencial. Parece que no acertó.
-¡Cuidado! Porque sigo en lo público y en la política, pero hoy me he tenido que reimplantar en en mi profesión. Eso me permite vivir con cierta dignidad.
-Poco se supo de usted después que salió del Ministerio del Interior hace un año. ¿Descansó, respiró hondo, buscó pega?
-El primer mes me fui a a pasar el chaparrón a Londres; viajé a estar con mi hijo mayor, su señora y mi nieta. Hice una pasada por París y volví. Poco a poco me fui reincorporando. Me invitaban a dar charlas, me pedían asesorías profesionales. A eso he destinado parte importante desde que me fui.
-Hasta que la candidata Goic lo integró en mayo a su comando.
-Sí, pero no con el 100% de mi tiempo, porque yo tengo que desarrollar ciertas actividades que me permitan vivir.
-De su tiempo actual, ¿cuánto dedica al trabajo en el comando?
-En este último mes ha sido más del 50%
-En marzo reconocía que su candidato era Lagos y que si la DC quería competir para atraer al centro la mejor candidata era Mariana Aylwin ¿Cómo terminó de coordinador político en la campaña de Goic?
-Largo tiempo pensé que una gran alternativa para el mundo de centro y centroizquierda era Ricardo Lagos Escobar. Pero sabiendo, como militante, que si la DC decidía otro nombre, yo iba a estar con ese nombre. Probablemente si hubiéramos pensado en alguien más ubicable en el centro político, Mariana pudo haber sido una mejor candidata... Pero Carolina Goic se ganó la nominación en muy buena lid, y ha hecho un esfuerzo notable y bien valiente
-¿Qué hace exactamente el coordinador político del comando?
-Esencialmente soy vocero en temas políticos.
-Maneja su tiempo. Con su señora fueron recién a Londres.
-Fuimos en una misión muy vivificante, a cuidar a nuestra nieta de tres años y medio. Nos hizo bien porque volvimos a lo que hacíamos en nuestra juventud.
El hijo único
Jorge Burgos tiene tres hijos. Vicente, Domingo y Raimundo. El mayor tiene 33; el menor, 18. Todos, dice el padre, con una mirada más liberal que la suya en temas como el matrimonio homosexual o la ley de aborto. Su hijo mayor milita en Revolución Democrática, que como parte del Frente Amplio tiene a Beatriz Sánchez de candidata.
Pero hay otra diferencia de Jorge Burgos respecto a sus hijos.
-Usted fue hijo único. ¿Se reconoce características propias de eso?
-Me las reconoce más mi señora que yo.
-¿Cómo cuáles?
-Que soy medio ensimismado, medio lobo estepario
-¿Taimado también?
-Se me quita muy luego. Soy de buen carácter; puedo tener de repente mal genio, pero soy lo menos rencoroso que hay. Sí soy medio terminante en ciertos juicios y eso hace que de repente aparezca como intolerante. Lo he ido superando.
-Ha dicho que de niño sufría momentos de soledad. Que siempre quiso hermanos. A los 13 años llegó a inventar que los tenía.
-Sí. Mis padres quisieron tener una familia más grande y no se pudo porque mi madre tenía dificultades para tener hijos. Perdió a lo menos 3 embarazos antes que yo y uno después que yo. Ése estaba muy avanzado y fue muy traumático. Era una niñita.
-Si todo hubiera resultado y usted hubiera sido el cuarto de cinco hermanos, ¿habría sido distinta su vida?
-(Silencio) Habría tenido menos atención. Cuando yo nací, para mi abuela todos los otros nietos pasaron a segundo plano. Siempre me llamó “el niño”.
-¿Sus padres lo sobreprotegían?
-Siempre se preocuparon de que no tuviera las características de hijo único. Ejemplarizaban con un tío de mi mamá que era hijo único y había sido un desastre; entonces cada vez que yo dejaba una embarrada decían: “va a terminar igual que Luchito Varela”.
-Sus características de hijo único, ¿se le cuelan a veces en su vida política?
-Puede ser que sin darme cuenta refleje eso, porque forma parte del ADN. Pero sí tengo una virtud, que es poco común en los hijos únicos, que les gusta trabajar solos y son lobos esteparios: yo, donde he ido, he construido equipos, con gente macanuda.
Cargar la cruz
En esa entrevista de hace cinco años donde se proyectaba a futuro, Jorge Burgos también decía esto: “Otras veces, en momentos de locura, me veo como Ministro del Interior de un gobierno de la Concertación, pero me dura poco y me pregunto ¿para qué?”. Le fue mejor en este vaticinio. En mayo del 2015 asumió como Ministro del Interior del segundo gobierno de Bachelet.
Pero hace una precisión: “En una cosa me equivoqué: no fue en un gobierno de la Concertación, sino de la Nueva Mayoría, que es distinto. Y justamente porque fue en la Nueva Mayoría y no en la Concertación, es que yo no serví mucho y duré poco”.
-Por su visión de que la Nueva Mayoría dio un giro a la izquierda, ¿no?
-Claro. Se repetía: éste es primer el gobierno de la Nueva Mayoría y no es el quinto de la Concertación. Eso se plasmó en la práctica; yo lo sentí. Pero acepté el cargo y eso me hace responsable.
-Duró 13 meses. Al salir adujo razones personales y cansancio físico. ¿Sigue sosteniendo eso o ya puede hablar de la relación tensa con la presidenta?
-Bueno, mi cansancio físico y síquico tenía que ver con diferencias. Obviamente el día de mi salida, por una cuestión republicana, yo no iba a salir diciendo “me voy por tales y tales cosas”. Traté de hacerlo lo más caballerosamente posible. Respecto de tu pregunta quiero decir una cosa: mi relación con la presidenta nunca fue tensa.
-¿Dónde estaba la tensión entonces?
-Teníamos diferencias en ciertos puntos. Hice valer mis puntos en la reforma laboral, en la reforma constitucional; en unos me fue mejor que en otros. Pero es difícil tener una relación tensa con la presidenta.
-¿Por qué?
-Porque es una mujer acogedora.
-Pero tuvieron episodios álgidos, como el viaje de ella a la Araucanía a fines de 2015, donde usted no fue incluido.
-Claro; pero aún ahí, cuando voy donde la presidencia esa tarde y le digo lo que ha pasado, que me pone una condición imposible, que me tengo que ir, la conversación fue sin tensión. Ella me dijo que nunca hubo intención de pasar por encima. Buscamos una fórmula, pero desde el punto de vista de la relación política, ésta se tensó. Algunos dicen que ése es el momento que yo me debería haber ido y no dejan de tener razón. Al final me di cuenta que estaba perdiendo mi libertad.
-¿Se arrepiente de no haber salido ahí?
-Sí, pero primaba en mí el sentido de responsabilidad. Yo estuve en un colegio jesuita: nosotros cargamos una cruz y hay que avanzar con la cruz.
-¿Habla hoy con la presidenta?
-No. Me tocó encontrármela una vez en el estadio, y después en un matrimonio.
El pedido DC
Jorge Burgos es de los que no ve con malos ojos que la DC vaya con su propia lista parlamentaria. Ha repetido que si eso sirve para reconstruir la identidad de un partido, no es tan grave perder algunos diputados o senadores. Habría, digamos, un bien superior. Pero en la Junta DC se tomó la decisión de ir en pacto con la Izquierda Ciudadana y el MAS. A Burgos esta decisión no le gusta.
“No son compañeros naturales a la DC. Ambos partidos son casi inexistentes. Los aportes que pueden hacer deben ser en específicos distritos, pero fue un error. Mucho peor con el MAS”, dice.
-Genaro Arriagada dijo que la “situación de la DC es patética”. ¿Concuerda?
-Yo dije en un diario que lo que había pasado después de la Junta era patético; fui el primero en decirlo. El término le gustó a mi amigo Genaro y al propio Piñera. Aunque no me siento orgulloso de esa autoría. Lo que ocurrió en la Junta fue patético y triste.
-Si Carolina Goic no pasa a segunda vuelta, ¿por quién va a votar?
-A lo mejor en ese momento voy a tener que darme la vuelta en algo que siempre he dicho: que es un desastre el voto voluntario. A lo mejor esa mañana voy a decir “qué bueno que haya voto voluntario”.
-¿Será candidato a senador o diputado?
-Lo senatorial para mí es bien complicado. Porque no hay elecciones donde yo podría ser candidato, que es la Región Metropolitana. Entonces no tengo esa alternativa. Como diputado en algún distrito de esta región… estoy en estado de discernimiento.
-¿Lo están presionando?
-No voy a decir la palabra presión, pero me lo han pedido harto por el momento que vive la DC.
Jorge Burgos dice que su familia no tiene ganas de eso, especialmente su esposa. Mientras lo decide, sigue disfrutando del 50% de su tiempo, el que no le dedica a la política. Ese que incluye tenis todos los fines de semana. Circuitos en bicicleta con otros entusiastas del pedal como Jorge Correa y Zarko Luksic. Lectura de novelas: acaba de terminar “La mujer de tu prójimo”, de Talese; y empezó la comentada “Nosotros en la noche”, de Kent Haruf. Y sus caballos. Partes de ellos, para ser más precisos.
Siempre ha comprado caballos en sociedad con otros. Se juntan varios y adquieren un ejemplar. De esta forma, cuando salió de la universidad, compró el primero: Julia María, donde también participó Andrés Allamand. Si uno paga el 25% del valor, es dueño de una pata, explica Jorge Burgos. Él ha tenido eso, y tambien menos. Hoy participa en dos caballos: con un 20% en Casi Rico y con un 15% en Barrio Reo, que, anatómicamente hablando, sería algo así como de la pezuña hasta donde empieza el muslo.