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Política

Ascanio Cavallo: "Realmente no se puede confiar en Evo Morales"

Ascanio Cavallo: "Realmente no se puede confiar en Evo Morales"
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El encargado de diseñar la estrategia comunicacional para el juicio ante Bolivia en La Haya desmenuza aspectos de la personalidad del líder cocalero que enfrenta a Chile.

Hipertimia: f. trastorno del humor que se caracteriza por un exceso de la actividad que suele acompañarse de cierta euforia, afectividad excesiva, verborrea, hiperfrenia y exaltación.

 

“Hay una cuestión muy relevante que hay que tomar en cuenta de Evo Morales: es hipertímico. Ese es un rasgo de las personas que hacen muchas cosas, que son muy activas, híper activas… Morales se levanta a las 5 de la mañana, empieza a trabajar de noche y se acuesta a la 1...”. 

-¿Pero lo hace o es parte del mito que ha construido el propio Morales?

Lo hace. Está todo el día funcionando en torno a su gobierno. Es un rasgo de carácter complicado, porque son personas a las que les cuesta desarrollar relaciones personales, porque están todo el día funcionando en torno a trabajos, no a personas. No hay directa relación, pero hay alguna relación, con el hecho de que también carece de relaciones emocionales, afectivas, privadas. El no ha tenido parejas estables, tiene parejas ocasionales... Eso también es complicado, porque tú cuando careces de relaciones afectivas estables las sustituyes por algo, y en este caso es el cariño del pueblo. Es un rasgo bien complicado. Entonces todo esto te configura una personalidad de muy poco fiar, muy poco fiar, realmente no se puede confiar en Evo Morales, ya no por razones políticas, sino por su estructura lógica... 

A poco de dejar el equipo a cargo de la defensa de Chile frente a la demanda boliviana en La Haya, el periodista y analista político Ascanio Cavallo analiza para T13.cl la personalidad de Evo Morales. Desconfiado, rudo, poco instruido, con dificultades para establecer relaciones personales y con incipientes rasgos narcisistas... Son varias las definiciones que Cavallo da respecto del mandatario boliviano en esta entrevista.

Lidiando con un vecino hostil

- ¿En Chile se asume a nivel de autoridades que el país tiene un vecino hostil?

- Ahora, sí. Por lo menos desde el 2014 y más todavía desde el 2015... Lo que quizás en 2015 no estaba tan claro era que había ciertos componentes irracionales o emocionales muy intensos en la estrategia boliviana. Eso no estaba tan claro, se entendía que esto era una disputa más política, con más elementos de racionalidad. 

- Siempre se miró como algo interno, como que las autoridades bolivianas levantaban el tema cuando les estaba yendo mal... 

- Es parcialmente así, como todas las verdades son a medias. 

- ¿Qué es en definitiva? Porque si no es solamente un intento por hacer política interna, es más profundo entonces… 

- Yo creo que Bolivia tiene esta aspiración prácticamente desde diez años después de que firmó el Tratado de 1904. Un poquito antes del año 20 ya comenzaron los movimientos internos que decían que haber firmado este tratado era una infamia. Ojo, el Tratado fue firmado por un Presidente y ratificado por un parlamento. El gestor boliviano del Tratado después fue elegido presidente, también. O sea, no tuvo problemas de legitimidad en su contexto inmediato, los empezó a bastante más tarde. Y a partir de ese momento, todos los gobiernos bolivianos han buscado reparar algo de esa pérdida, por distintas vías. Pero, había un problema histórico de incomprensión mutua entre los dos países…

- ¿Incomprensión mutua de qué tipo?

- Yo estoy convencido -con esto no represento a nadie- de que tiene que ver incluso con formas lingüísticas. En el pueblo boliviano se dialoga con todas las técnicas del regate, del regateo. Conversan contigo y están transando permanentemente. Entonces, eso es muy complicado, porque cuando tú dices 'te doy uno', ellos piensan que tú les puedes dar dos, y cuando les aventuras 'ya, te acepto los dos', te dicen ‘cuatro’. 

- Eso ayuda a explicar en parte esta tesis inicial de Bolivia, de apelar a los "derechos expectaticios". 

- Claro, por supuesto. Lo que te muestran todas las negociaciones, más allá de lo que diga la Corte, es que siempre se llega a un punto de maximalismo, donde está hecha una oferta y viene la contraoferta pasada, con el tejo pasado. Esto es propio del comercio boliviano, del comercio de los pueblos altiplánicos, que es una costumbre normal entre ellos. Nosotros también la tenemos en nuestra vida cotidiana, en las ferias, qué se yo, pero la diferencia es que el gobierno chileno es mucho más institucional. Se toma muy en serio lo que dicen los demás. Incluso tú podrías decir, demasiado en serio. 

Líder cocalero y con rasgos narcisistas

- Esta lógica del regate lingüístico, ¿Morales la aprovecha o está en su esencia, como boliviano?

- En el mundo entero se entiende que los sindicatos más duros son los mineros. Eso es universal. Los más feroces, los más bravos, los de negociación más dura y los que son capaces de enfrentarse de verdad a la policía y todo eso… Bueno, en Bolivia hay uno más duro, que son los cocaleros. Los cocaleros mataron a un viceministro de Evo hace poco, son gente muy brava en términos de su relación con las instituciones y con la sociedad, son bastante bravos. Evo viene de los dirigentes cocaleros, no de los sindicatos ni de los indígenas: viene de los cocaleros. Por lo tanto, él es hombre de los rudos, de las pandillas rudas, y eso es muy importante de entender. Lo que a él lo distinguió de sus compañeros dirigentes cocaleros, es que necesitaba alianzas más amplias. Es uno de los pocos dirigentes cocaleros que entendió que mientras se quedara en la coca iba a estar aislado. Entonces sumó a los sindicalistas, y sumó a los indigenistas, que no tenían nada que ver con esto, pero consiguió esta alianza y a esta alianza se le sumó el factor que siempre ha sido minoritario, que es un grupito de blancos marxistas, neo-marxista universitarios, de los cuales la cabeza sería Alvaro García Linera.

- Un vicepresidente que influye bastante en Morales...

- Influye en el sentido de que aporta una cierta prepotencia intelectual, una cierta doctoralidad con la que Evo se siente un poco cohibido, porque Morales es bastante poco instruido, es una inteligencia espontánea la suya.

- ¿Más emocional?

- Claro, no tiene una gran formación cultural Evo Morales

- Y eso se lo complementa García Linera…

- García Linera le pone, por así decirlo, el marco teórico, dicho sea de paso bien confuso, porque es una mezcla de marxismo con leninismo con guevarismo con maoísmo…

- ¿Cuál es la real faceta de Evo Morales? Porque hubo un minuto, al inicio del gobierno de Piñera, donde el buscó acercamientos con Chile.

- Yo creo que el primer período de Evo Morales se caracteriza por la inestabilidad interna. El estuvo a punto de ser derrocado en un golpe de Estado del que lo salvó Michelle Bachelet, a todo esto. Ella era Presidenta de Unasur y llamó inmediatamente a detener lo que estaba ocurriendo en Santa Cruz, que era un golpe de origen empresarial. Con eso Evo volvió y logró controlar la zona, pero creo que para el segundo gobierno él ya se sentía fuerte y lo suficientemente fuerte, porque modificó la Constitución de manera que podía dar paso a una nueva estrategia. Yo efectivamente creo que la relaciones del primer gobierno de Evo fueron cordiales…, no amistosas, pero cordiales.

- Ya sea por afinidad ideológica o bien por actitudes como la que describes de Bachelet en Unasur, ¿Morales no establece lazos?

- No, porque él no tiene una personalidad narcisista, pero ha ido desarrollando rasgos narcisistas a medida que se ha mantenido en el poder. Es bastante impropio en una personalidad como la suya que tenga la obstinación que ha ido mostrando con reelegirse ser presidente, a pesar que la gente le dijo que no. Es verdad que le dijo que no por un margen estrecho y por un contexto particular, pero le dijeron que no. El antiguo Morales habría aceptado ser reelecto, hay un Evo Morales nuevo que ha evolucionado y que ha sacado rasgos de narcisismo.

Hay un Evo Morales nuevo que ha evolucionado y que ha sacado rasgos de narcisismo
Ascanio Cavallo

- El que se autodenomina como “Evo es pueblo” en Twitter y que inauguró recientemente un museo que es una oda a él mimso...

- Sí. Twitter fue el reencuentro del violinista con el violín, porque le ha permitido desarrollar esa fase en la personalidad. Pero él no es así intrínsecamente... Ese rasgo es muy peligroso para él, porque es el que lo puede llevar a la ruina.

- ¿En qué sentido?

- En el sentido de que desarrolle enemigos internos, rivalidades que empiecen a desconfiar de su lucidez. Cuando tú tienes un narcisista al frente, muy enloquecido, te empiezas a alejar.

- ¿Cómo toma decisiones Evo Morales? ¿En quién confía? ¿Cómo se asesora?

- Lo que sabemos es que no ha habido un asesor continuo, ha ido cambiando. Es una persona desconfiada, como son estos tipos de líderes, y por lo tanto su entorno se ha ido modificando. Hubo un momento que era muy cercano a  Choquehuanca… hoy día Choquehuanca está expulsado; García Linera ha estado muy cerca porque es su Vicepresidente, pero en algún momento estuvo a punto de sacarlo; los ministros más políticos, Romero, Quintana… se disputan el favor de Evo. Entonces no es que Evo confíe en alguien en particular, sino que los tiene a todos colgados. Un poco lo que pasaba con Pinochet, a diferencia que Pinochet tenía una junta militar de Comandantes en Jefe. Yo diría que no existe un mecanismo permanente de toma de decisiones, sino una cuestión más bien táctica, va cambiando.

Mesa, la alternativa

- ¿Hay alguna figura política que le pueda hacer sombra a Morales hoy? ¿Alguna alternativa a su liderazgo?

- Carlos Mesa, claramente. Fue uno de los primeros en plantear frontalmente la cuestión con Chile. Acuérdate del desafío frente a Lagos… es mucho más racional, inteligente, culto, muy educado. Claramente es una alternativa, y si no fuera así estaría de vocero… él insiste que es vocero, lo que ya a estas alturas es un poco patético, porque está marginado, esta echado.

Nosotros tendemos a no considerarlos. Más que mirarlos en menos, es no considerarlos. Para muchos chilenos, Bolivia no existe
Ascanio Cavallo

- Es que tuvo la “osadía” de contradecir públicamente a Morales y apoyó al “No”…

- Ahora, quien hizo popular a Mesa, y esto es muy paradójico, fuimos nosotros. Con el programa de televisión al que fue invitado en Chile, le subió el rating salvajemente en Bolivia, lo cual refleja una cuestión cultural muy complicada: nosotros no vemos a Bolivia de la misma manera que Bolivia nos ve a nosotros. Nuevamente se plantea un problema lingüístico, esta vez más simbólico, porque a nadie se le ocurriría en Chile que un programa de televisión boliviano puede subir la popularidad de un candidato presidencial.

- ¿Y eso cómo se explica?

- Porque tenemos un problema de autoestima muy diferente. Para Bolivia, Chile es un referente importantísimo, tan importante como Argentina quizás.

- ¿Y nosotros los miramos en menos?

- Claro, nosotros tendemos a no considerarlos. Más que mirarlos en menos, es no considerarlos. Para muchos chilenos, Bolivia no existe. Esa es la verdad y hoy día todo lo que ha logrado la campaña de Evo es que para muchos chilenos exista, pero de mala manera. Es un odioso, eso es lo que tú vez en las encuestas, en el norte sobre todo. En el norte la opinión pública está muy endurecida. Eso es así, pero Evo insiste que muchos chilenos lo apoyan y no hay, no existe eso.

La guerra "no declarada"

- ¿Bolivia está en una guerra no declarada con Chile?

- Es muy dura la palabra guerra, pero si la consideramos como una metáfora, digamos de una estrategia de largo alcance, sí. Sí. Es dura la palabra guerra, porque tiene ciertas implicancias físicas, de daño físico que no están presentes evidentemente y que nadie quiere que estén presentes. Pero, si se la considera como una definición que supone plazos muy largos, sí. 

- Hay una hostilidad permanente... 

- Sí, y posiblemente estemos dentro de una primera campaña de ese proyecto.

- ¿Recién? O sea, ¿recién partiendo? 

-  De una primera. No significa que vaya a haber doscientas, pero...

- Pero no es la única... 

- Yo creo que no es la única. Bueno, tenemos que creerle a Evo Morales. No siempre dice la verdad, pero aquí tenemos que creerle. El ha dicho que aunque pierda en la Corte Internacional de Justicia, va a seguir en otros foros. 

- Pero él, fuera del gobierno, ¿qué fuerza tiene?

- No... Evo Morales fuera del gobierno es otra historia. Mientras él esté en el gobierno esto va a ser así. Yo agregaría que mientras él y el Movimiento al Socialismo, pero la verdad es que hoy día el Movimiento al Socialismo es él, no hay otra figura de reemplazo. Eso yo creo que es un hecho. 

- Lo que no es malo para Chile. 

- No, ni bueno. Nosotros tenemos poco que hacer en la política interna boliviana, en verdad. Es una política... Para empezar es muy distinta de la chilena, no hay afinidades, nunca las hubo, entre sus partidos ni sus dirigentes. Alguna vez hubo relaciones más amistosas con, en fin, con Siles Zuazo, con el MIR de Paz Zamora, y con Banzer. Fíjate hemos estado conversando con todo el espectro político. 

- ¿Y qué es lo que explica esta decisión de Morales de generar conflicto a distintos niveles y tan extendido en el tiempo con Chile?

- Yo creo que es un solo conflicto. Y a partir de ese conflicto ordena todo los demás. Ese conflicto es que él quiere, para su legado histórico, devolver el mar con soberanía a Bolivia. Ese creo que es su proyecto de pasar a la historia. Ya pasó como el gobernante más antiguo, pero creo que el gran proyecto histórico de este y de todos los presidentes bolivianos ha sido recuperar algo de lo que perdieron en 1879. 

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