Matar a los padres
“Hagan lo que tengan que hacer, no tienen que apoyarme”, les dijo José Miguel Insulza a un grupo de militantes del PS el miércoles 9 de agosto, un día antes de que se reuniera la comisión política del Partido Socialista y decidiera quitarle el cupo a senador por Atacama.
El ex candidato presidencial pidió reunirse con algunos de sus colaboradores para tantear cómo sería la votación del jueves. Se reunieron en el café Punto C del centro de Santiago.
Fue ahí donde todos le confirmaron algo que Insulza venía escuchando hace varias semanas: que el presidente del PS, Álvaro Elizalde, había sellado un acuerdo con el Partido Comunista para no llevar candidato en la circunscripción que anhelaba, a cambio de recibir apoyo para tres regiones: El Maule, Valparaíso y Aysén.
La gestión beneficiaba directamente al propio Elizalde -quien competirá en la Séptima Región- además de Isabel Allende y Camilo Escalona, postulantes en dichas zonas y quienes lideran dos de las corrientes internas mayoritarias del PS. De paso, la decisión obligó a Insulza a bajar su opción en Atacama y evaluar trasladar su candidatura a Arica.
Molesto y dolido, el ex ministro del Interior y una de las figuras políticas más emblemáticas de la ex Concertación, les dijo a sus colaboradores lo mismo que cuando decidió deponer su candidatura presidencial hace cuatro meses: “Es una mala decisión política”.
Ese jueves, tras la votación mayoritaria a favor de la propuesta de Elizalde en la comisión política, algunos de los presentes pidieron “respeto” por Insulza. “Por lo menos pregúntale, explícale y dile la alternativa de Arica”, escuchó decir el presidente socialista. Elizalde aceptó la petición y recibió al ex secretario general de la OEA en la sede del partido el miércoles 16, pero no mostró ningún interés en negociar con él.
El PS en extinción
“A mí me trajeron para evitar que este partido se extinga”, ha comentado Elizalde en varias oportunidades, cuando lo fustigan en privado por no cuidar las formas en el “trato” a algunos líderes históricos del partido y no proteger a las figuras emblemáticas.
Según sus cercanos, el presidente socialista ve como muy probable un triunfo de Sebastián Piñera en las elecciones del 19 de noviembre. Por eso, está muy concentrado en evitar la mayor cantidad de derrotas al Parlamento. Y en ese sentido, asegurar senadores es una tarea crucial.
Su misión, relatan en el partido, es asegurar la supervivencia del PS a base de pragmatismo. En la tienda recuerdan que al desplazamiento de Insulza se suma la definición socialista en que se eligió a Alejandro Guillier como candidato en lugar del ex Presidente Ricardo Lagos.
En ambos casos Elizalde se ha defendido de los cuestionamientos, argumentando que ni Lagos ni Insulza lograron un respaldo ciudadano que los instale como líderes intocables. Esto, tomando en cuenta que mientras el ex Mandatario bajó su candidatura a La Moneda con menos de cinco puntos en las encuestas, los pronósticos para Insulza le daban una derrota casi segura ante la candidata de la DC al Senado por Atacama, la actual diputada Yasna Provoste.
Como sea, en la directiva socialista advierten que Elizalde no es responsable de todo y aclaran que tanto Lagos como Insulza dejaron de cultivar “redes” dentro del partido, debido a que por 10 años se dedicaron a potenciar sus carreras internacionales.
“El tiempo pasó y fueron otros quienes se tomaron el poder del PS. Los amigos de Insulza y Lagos ya no eran tan influyentes”, asegura un miembro de la mesa, quien además recordó que durante la última elección interna, se renovó el grueso de la comisión política y el comité central, con representantes más jóvenes y menos “comprometidos” con la vieja Concertación.
Así, en el caso de Insulza, ni el diputado Marcelo Schilling, ni el embajador Ricardo Núñez lograron convencer a la comisión política de mantenerlo en Atacama. De la misma forma, ni Máximo Pacheco, ni Carlos Montes o Rabindranath Quinteros, convencieron al Comité Central de convertir a Lagos en su abanderado presidencial.
“El PS está tomando decisiones pragmáticas, porque esos liderazgos (de Lagos e Insulza), si bien tienen un reconocimiento en el PS, no necesariamente tienen un reconocimiento social. Fueron liderazgos que responden más a otra época que al protagonismo que está por venir. Por eso se le hace más fácil al PS tomar decisiones que los dejen fuera de escena”, admite Fernando Krauss, miembro de la comisión política y cercano a Insulza.
“Creo que tiene que ver con la adhesión de la gente. En el caso de Lagos, todo el partido rechazó su candidatura, no solo la mesa. Y en lo de Insulza, fue una decisión estratégico electoral. Evidentemente estamos en presencia de un recambio generacional”, explica el ex secretario general PS y actual director de Chile 21, Pablo Velozo.
Un forzoso recambio
Si bien varios mantienen la tesis de que el recambio de figuras es inminente, advierten que Elizalde ha cometido errores importantes. En el caso de Lagos, su entorno aún resiente que el ex vocero lo dejara “caer” en la votación del Comité Central, en vez de reunirse con él y proponerle una salida distinta y “menos humillante que una derrota”, reclaman.
Y con Insulza, el propio ex ministro ha reclamado que Elizalde jamás le advirtió previamente sus intenciones de cambiarlo de circunscripción y extendió al máximo una decisión. Sólo se enteró por rumores y publicaciones de prensa.
En esa línea, también le han advertido a Elizalde que su jugada electoral podría tener riesgos: si Guillier es derrotado en las presidenciales, varios 'laguistas' están dispuestos a cobrarle los costos de no haber llevado a un candidato propio, junto con haber “entregado” al partido a Guillier sin condiciones previas.
Este último escenario toma especial relevancia por las críticas socialistas al comando del senador, a quien acusan de no tomar en cuenta al partido.
De igual forma, el acuerdo parlamentario que sacó a Insulza de Atacama debería asegurar los triunfos de Allende, Escalona y del propio Elizalde. Sin embargo, el propio timonel socialista ha admitido que sus opciones en El Maule son bajas, y en la mesa no descartan que termine declinando y postulando a un cupo de diputado por Maipú.
Según dicen en el partido, si Elizalde no logra buenos resultados en las parlamentarias, le cuestionarán no haber llevado un candidato en Atacama, tomando en cuenta que el partido ha tenido representación en la zona desde los '90.
De igual forma, advierten que con pocos senadores elegidos y en un escenario de eventual derrota de Guillier, el ex vocero podría “perder su liderazgo” y su apuesta de pragmatismo y exclusión de la vieja guardia, no habrá valido suficientemente la pena.