El 23 de octubre próximo Jorge Sharp celebrará el primer aniversario de lo que él llama el “triunfo ciudadano” que lo llevó al sillón edilicio de una de las comunas más grandes de Chile. Su arribo al vetusto edificio de calle Condell fue un batacazo de las municipales pasadas y el primer gran logro del Frente Amplio (FA), lo que lo ha convertido en un referente del naciente conglomerado. Un año de experiencia en el gobierno local le dan razones para opinar sobre las definiciones estratégicas de su sector. Aunque asegura que Beatriz Sánchez repuntará en las encuestas, también cree que su sector debe exigirle a la Nueva Mayoría (NM) definiciones precisas antes de tomar una definición frente a un eventual balotaje. Ganarle a Piñera, sí es un objetivo, dice, pero no a cualquier precio.
¿Cómo se ve la elección presidencial desde Valparaíso?
Creemos que esta es la última elección presidencial que de alguna forma aguanta el estado de cosas que existe hoy día. Ahí entro derechamente a la cuestión de la elección. Me parece que las fuerzas de cambio en Chile deben pasar, en esta elección, a la ofensiva. Esta es una elección que por ahora está siendo protagonizada en sus contenidos y en su discusión pública por la derecha. O por los que generalmente se vinculan a una propuesta de derecha. Falta más claridad para poner sobre la mesa el problema fundamental que tiene el país. El país sigue por la misma senda o bien nos proponemos una ruta de transformación democrática distinta: discutir tanto con la izquierda como con la centroizquierda si existe disposición o no para poder avanzar en una agenda de superación del actual modelo, es decir, una agenda posneoliberal.
¿Qué significa eso cuando ya hubo un gobierno que se planteó reformas estructurales, tenía mayoría, pero no completó dicho proceso de transformaciones?
Supongamos que tenemos acuerdo en lo programático. Los problemas que ha habido están en un plano de la estrategia. La gran deficiencia de estos años es que no se han generado alianzas políticas y sociales necesarias para impulsar esos cambios profundos. Pongo especial acento en las alianzas sociales. En los últimos diez años en Chile fueron los movimientos sociales, la comunidad organizada, la ciudadanía la que puso con una tremenda fuerza y creatividad, con ánimo de impugnación positiva, el cambio social. Sin embargo, la política prefirió procesar este anhelo de cambio de la misma forma que procesó buena parte de la cuestión pública durante los últimos 20 años de gobiernos de la Concertación. Hablar de esta elección es hablar precisamente de hacia dónde queremos que el país avance.
Lo que hago aquí es una invitación a la Nueva Mayoría. ¿Está dispuesta a avanzar en una agenda posneoliberal? ¿Está dispuesta a avanzar en un ideario de transformación democrática? ¿Está dispuesta a avanzar en una Asamblea Constituyente en Chile? ¿Estamos o no dispuestos a avanzar en un sistema de pensiones que supere las AFP? ¿Estamos dispuestos a avanzar en descentralización efectiva?
Usted dice: no se han generado las alianzas sociales y políticas, y usted está a favor de dialogar con la centroizquierda ¿Por qué le cuesta tanto a su sector abrirse a construir una alianza con la NM pensando en la segunda vuelta?
No quiero evadir la cuestión de la segunda vuelta. Pero hay que hacer varias prevenciones. En primer lugar no caben respuestas monosílabas. De sí o no. Es una cuestión compleja de resolver. En segundo lugar, me parece que el debate no tenemos que llevarlo simplemente a una cuestión de procedimiento. Si estamos o no de acuerdo con plebiscitar. Estoy de acuerdo con que el FA plebiscite su posición, eso nos permite resolver democráticamente qué es lo que vamos a hacer y nos aleja de los errores que hemos cometido en los últimos meses con el caso del distrito 10 (por la candidatura de Alberto Mayol), donde hubo un acuerdo de las cúpulas lo que generó la crisis. En tercer lugar, lo que hagamos en este escenario no tiene que mirar solamente el rango corto, es decir, de aquí a noviembre, sino que tiene que mirar el escenario que se configura en 2018.
¿Usted está por plebiscitar una opción o abrirse a buscar entendimientos con Alejandro Guillier, por ejemplo, en caso de que Beatriz Sánchez no pase a segunda vuelta?
En el FA tenemos que hacer una invitación. Lo que hago aquí es una invitación a la NM. ¿Está dispuesta a avanzar en una agenda posneoliberal? ¿Está dispuesta a avanzar en un ideario de transformación democrática? ¿Está dispuesta a avanzar en una Asamblea Constituyente en Chile? ¿Estamos o no dispuestos a avanzar en un sistema de pensiones que supere las AFP? ¿Estamos dispuestos a avanzar en descentralización efectiva? Lo que hay que hacer es preguntarle, interrogar al candidato Guillier en qué disposición se encuentra. Tiene que haber una claridad meridiana de la NM respecto de estos conceptos. Nosotros partimos de una lógica y de una idea fundamental: para impulsar una agenda de transformaciones democráticas en Chile, el FA no es suficiente. Tenemos que tener la capacidad de articular a otros sectores sociales, actores políticos, incluidos actores de la NM para impulsar esta agenda que no tiene que ver con lo que hagamos o no ahora en noviembre. Tiene que ver con lo que vamos a hacer en los cuatro años siguientes. Este proceso de articular un gran polo democrático que tenga en el centro una agenda clara, independiente de los tiempos. El proceso debe ser transitorio, nosotros sabemos lo que supone eso porque estamos gobernando Valparaíso, sabemos que los cambios no son de la noche a la mañana, pero que haya una voluntad clara de superar el modelo económico y social. Esa es la invitación que hacemos. Y solamente de esa manera se puede derrotar a la derecha. Hoy día sin duda, derrotar a la derecha es un objetivo necesario, pero la pregunta no es si es necesario derrotar o no a la derecha, la pregunta es cómo derrotamos a la derecha.
¿Es de la idea de iniciar conversaciones ahora para llegar a un acuerdo? Gabriel Boric cree que hay que evitar la lógica vacía de todos contra la derecha…
Estoy de acuerdo con Gabriel en el sentido de que esta idea de todos contra la derecha sin contenido, es una cuestión que el FA debe ser capaz de superar. Más que un acercamiento, la palabra clave es la articulación. Esa articulación tiene que ser capaz de liderarla el FA. No la podemos dejar en manos de la NM. El FA hoy, pese a todos nuestros problemas y aprendizaje, es una fuerza política en ascenso, en proceso de constitución y de emergencia, y la NM como conglomerado es una fuerza que está en crisis, no tiene unidad estratégica, hoy día tienen dos candidaturas que plantean cosas completamente distintas. Incluso dentro del mundo del progresismo que apoya a Guillier hay gente que está a favor de la Asamblea Constituyente y otra que no. Veo que el candidato Guillier tiene dudas y no ha sido claro. Lo que le propondría a la NM es más bien que se acerquen ellos a las posiciones que nosotros estamos compartiendo.
El proceso debe ser transitorio, nosotros sabemos lo que supone eso porque estamos gobernando Valparaíso, sabemos que los cambios no son de la noche a la mañana, pero que haya una voluntad clara de superar el modelo económico y social. Esa es la invitación que hacemos.
Usted bien sabe que las señales que se den después del 19 de noviembre son importantes y no habrá mucho tiempo…Se ve poco espacio para un acuerdo y pareciera más bien que al FA le conviniera que ganara Piñera…
Si el FA no gobierna en Chile en el próximo periodo presidencial, vamos a ser oposición.
¿Si Guillier tiene posibilidades de ganar no estarían dispuestos a formar parte de un conglomerado?
Esa es una posición de la que me alejo. Precisamente porque hoy día la NM es una fuerza política que se encuentra en crisis. Hoy día no tienen unidad estratégica.
Le hace más sentido ser oposición a Piñera...
Me hace sentido poner en el centro la discusión ausente en la elección: cómo somos capaces de impulsar cambios que lleven al país a una lógica de superación del modelo económico y social, más que simplemente entrar a una negociación de cargos. Tenemos que ser capaces de mostrarnos abiertos a cualquier diálogo. Con cualquier actor, tenemos que dialogar públicamente, abiertamente, de cara a la ciudadanía con todos los actores que estén dispuestos a articular un gran polo, un gran espacio político, manteniendo las diferencias. No vamos a ser parte de la NM, ni la NM va a ser parte del FA. Hay temas pendientes como la cuestión de la asamblea constituyente, la planificación territorial, los derechos comunes como el agua, la ley de pesca, ¿El candidato Guillier está dispuesto a derogar la ley de pesca? Son cosas súper claras que permitirían avanzar en una articulación mucho más nítida. Siendo un objetivo necesario evitar que el ex presidente Piñera vuelva a La Moneda, no es indiferente para nosotros con qué ideas se le gana a Piñera.
Cuando uno lee a Boric da la sensación que no hay espacio...
Gabriel para sacar adelante una de las demandas más sentidas de la población en Magallanes, que fue la del feriado del 21 de septiembre por fue la toma de posesión del estrecho de Magallanes por la goleta Ancud, tuvo que dialogar con muchos actores que son de la NM. Impulsaron juntos con el diputado (Juan) Morano de la DC ese proyecto. El diálogo no es problema, el problema es el contenido de diálogo. Ese es el tema de esta elección. Si nosotros seguimos dejando que la derecha ponga sus contenidos en esta elección evidentemente vamos a generar dos problemas: va a votar mucho menos gente que la que se tiene estimada y eso es un problema para las fuerzas de cambio, para el Frente Amplio. Y en segundo lugar el debate que va a dominar el 2018 para adelante va a ser un debate de regresión conservadora. De deshacer todo lo que se ha hecho independiente si estamos de acuerdo o no con todo lo que se ha hecho. Eso es un problema grave para el país. Hay una miopía muy grande en la NM, una miopía muy grande del candidato Guillier. Tiene que haber más claridad de la NM para dónde quieren conducir al país en los próximos años.
¿El candidato Guillier está dispuesto a derogar la ley de pesca? Son cosas súper claras que permitirían avanzar en una articulación mucho más nítida. Siendo un objetivo necesario evitar que el ex presidente Piñera vuelva a La Moneda, no es indiferente para nosotros con qué ideas se le gana a Piñera.
¿Cree que Beatriz Sánchez tocó techo, al menos eso reflejan las encuestas?
Tenemos cinco semanas para llegar a todas las mesas de Chile, no hemos llegado a todos lados. Creo que sigue estando abierta una tremenda posibilidad de pasar a segunda vuelta en la medida que le entreguemos un mensaje a nuestra gente, a todos aquellos que lo pasan mal: el FA es la fuerza política, social, cultural, ojalá de carácter histórico,que está dispuesta a no dejar a nadie atrás. El modelo económico y social chileno dejó atrás a los adultos mayores con las pensiones, dejó atrás a las mujeres jóvenes en la droga. Dejó atrás a los niños del Sename, dejó atrás a los estudiantes con el CAE. Sin duda generó riquezas, tenemos unos per cápita inéditos en América Latina, pero con una profunda desigualdad en el ingreso. Somos de los países más desiguales. El FA tiene que ser capaz de articular un relato que vaya más allá de esta elección, que invite a la gente a este proyecto que no está dispuesto a dejar a nadie atrás. En cinco semanas ese mensaje tenemos que reforzarlo. Tenemos que pasar más a la ofensiva y ser más audaces. El FA está empezando su vida como instrumento político, como fuerza política, por tanto tenemos un tremendo techo para poder recorrer. Si no pasamos a la ofensiva vamos a tener un escenario complejo en noviembre.
Se ha dicho que al Frente Amplio le falta calle, tiene problemas para llegar a los estratos más bajos de la sociedad y ser una fuerza mayoritaria…
En seis meses no es posible resolver un problema que tiene la política en general en Chile que es un completo divorcio con el mundo organizado del país. Con el mundo más popular que no vota en Chile. Ese es un desafío que trasciende en 2018, construir un Frente Amplio como una fuerza en los territorios en la vida cotidiana de la gente. Algo de eso estamos haciendo acá desde nuestra alcaldía ciudadana. Estamos tratando de construir una gestión que vaya desde abajo. El FA tiene que tener la capacidad de seducir a actores que creyeron en la NM pero hoy se sienten decepcionados por lo que ha pasado. El FA tiene que ser un muy buen reflejo de la diversidad y de la heterogeneidad de la sociedad chilena.
El FA está empezando su vida como instrumento político, como fuerza política, por tanto tenemos un tremendo techo para poder recorrer. Si no pasamos a la ofensiva vamos a tener un escenario complejo en noviembre.
Gabriel Boric hablaba de “no quemar las naves en esta elección”… ¿Apuestan más bien a la elección parlamentaria?
Una cuestión que el FA tiene que tener la capacidad es salir de debate procedimental, respecto de noviembre. Como si el sí o un no, resolviera el probema de la proyección del Frente Amplio en los próximos diez o quince años. Ponernos a discutir en serio la articulación. Cuando hablo de transformación democrática, digo que los cambios que tenemos que hacer deben darse dentro de un esquema democrático, de pluralismo político, de pluralismo social, pero también supone sacar a la democracia de la trampa liberal del voto. Llevarla a otros espacios que hemos ganado, democratizar la economía, democratizar la producción, democratizar cómo se planifica el territorio, los valores sociales. Comparte que hay mirar más allá de esta elección.
¿No le parece que pecan de un excesivo asambleísmo?
Cuando hablamos de democracia no estamos haciendo gala de ningún principismo ultrista. Ponemos en el centro una de las cuestiones que debiese fundar el presente y el futuro de nuestro país. Para nosotros la democracia es la forma en que leemos el país desde las finanzas públicas, los consejeros regionales tienen que ser elegidos democráticamente, son tan importantes como los diputados y senadores, como también la democracia, como forma de vivir el barrio, construir, desde la vida más cotidiana la ciudad que queremos. Nos falta bastante, el FA debe todavía madurar como fuerza política, tiene que madurar su propuesta para el país, gobernar un país no es algo sencillo, lo sabemos por nuestra experiencia en Valparaíso, hay que relacionarse con grupos económicos, con las Fuerzas Armadas, con las iglesias, con la oposición, hay que trabajar en conjunto a organizaciones sociales.
¿Cuánto de esa experiencia debe aprender el conglomerado?
El FA está recién partiendo, llevamos siete meses, tenemos tremendo camino por recorrer. A diferencia de la NM, somos una fuerza en ascenso con deficiencias, con debilidades, tenemos mucho de vieja política, lo hemos demostrado y hemos hecho las autocríticas de cara al país respectiva. Pero somos una fuerza que tiene una tremenda vitalidad, que tiene una tremenda legitimidad en la gente a diferencia de las otras dos fuerzas políticas que se encuentran en crisis, cuya capacidad de convocatoria han ido mermando en los últimos diez años.
¿En qué deben madurar?
Entender que la política no se acaba en esta elección. La política sigue, no se agota en el sufragio. Es un ejercicio por entender la totalidad del país. El FA está llamado a ser una fuerza que le proponga a la sociedad chilena un modelo de conducción, de sociedad distinto. Y eso no se hace de la noche a la mañana. Tenemos que ser menos ansiosos, capaces de poner la cuestión del desafío histórico del FA no en esta elección, sino en los próximos años.