A fines de diciembre, Harald Beyer dejará la dirección del Centro de Estudios Públicos (CEP) para iniciar un nuevo ciclo, como rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. A un mes y medio del cambio, el ex ministro de Educación analiza el gobierno de Michelle Bachelet en su recta final, y acusa que la Presidenta "equivocó totalmente" su agenda de reformas.
-Quedan pocos meses para el fin de este gobierno y la desaprobación a Bachelet es muy alta. ¿A qué atribuye eso?
-Yo creo que ella equivocó totalmente su agenda, debió ser una Presidenta de continuidad con el final de su primer gobierno. Si ella hubiese seguido con la idea de la protección social y consolidar ese sistema, avanzar en esa dirección, ella estaría en niveles de popularidad gigantescos. Al equivocar su agenda, Bachelet provocó una incertidumbre muy grande en la población. Esta no es una población que quiere cambios drásticos, quiere cambios, pero con estabilidad. Esa es la ecuación que hay que armar bien, y ella no la armó bien. Habría sido mucho más exitosa si hubiera perseverado en el proyecto político que elaboró al final de su primer gobierno de la idea de la protección social, incluso había una imagen de una familia que se dejaba caer sobre una gran bandera chilena, eso era grito y plata, y ella se dejó convencer por un grupo de intelectuales que interpretó mal el momento político y social chileno, y se tradujo en una agenda completamente equivocada.
-¿Qué futuro político le ve ahora a Bachelet?
-No hay futuro político, va a quedar como una Presidenta que intentó hacer un esfuerzo de reforma valiosa pero que no prosperó y no logró convencer a la población.
Bachelet provocó una incertidumbre muy grande en la población
-Sin futuro político para Bachelet, ¿cómo queda la Nueva Mayoría?
-Como coalición la Nueva Mayoría termina por desaparecer y la pregunta es cómo se va a reconstruir esa alianza. Hay una pequeña probabilidad de que se reinaugure el eje DC-PS, pero eso significaría sacar al PC de la Nueva Mayoría, pero lo veo difícil porque los senadores socialistas que podrían darle fuerza a ese eje no van a tener un buen resultado electoral.
-¿Cómo califica el actual momento de la Nueva Mayoría?
-De una fragilidad enorme, porque primero electoralmente no tienen suficiente fuerza. Si bien van a obtener mayoría en el Congreso es relativo porque no van a estar juntos. Yo creo que la Nueva Mayoría está en su peor momento, porque no tiene liderazgos además. La vez anterior cuando perdieron el 2009 tenían un liderazgo que era Bachelet, y tenían un proyecto político, pero el proyecto político al que apostaron no fue bien recibido por la población.
-La coalición oficialista también podría sufrir la partida de la Democracia Cristiana.
-La Nueva Mayoría fracasó y, por lo tanto, se va a romper como coalición política y lo único que evitó un quiebre evidente es que la DC siguió en el gobierno actual, pero una vez que estén en la oposición no hay algo aglutinador, por lo tanto, yo creo que la DC va a seguir un camino propio, más allá de si van a apoyar a Guillier en la segunda vuelta.
-¿Va a haber una independencia de la DC?
-Claro, porque es la única forma en que ellos pueden proyectarse en el mediano y largo plazo.
-¿Resintieron la alianza con el Partido Comunista?
Las alianzas implícitas y explícitas con el PC ha hecho que para el votante DC tradicional deje de ser confiable y ese votante o se ha alejado del proceso electoral o se ha subido a un candidato como Piñera. Eso no significa que en el futuro la derecha lo tenga asegurado. Yo creo que Piñera es un candidato muy poco amenazante para el votante DC, puede haber candidatos de derecha más amenazantes, pero sí en principio le da una oportunidad a la derecha para ir capturando ese voto de manera permanente.
-En los últimos años se instaló el fenómeno de la alternancia en el poder. ¿Qué llevó a esta situación que no había visto antes?
-Lo primero que hubo es un cambio cultural y social muy importante, generado por la modernización económica de Chile, la que provocó unas clases medias que no están contentas con lo que han alcanzado y que privilegian un poco el modelo, pero dentro de eso tienen muchos problemas.
-Como proyecto político el defender las reformas no tiene futuro ha planteado usted. ¿Por qué?
-Porque no son reformas que tengan un gran apoyo y en aquellas reformas que son razonablemente que tienen sustento en la población, Piñera dijo que no iba a cambiar nada, entonces políticamente ya hizo el punto. La población está contenta con la gratuidad para el 50% o 60% de la población, pero tampoco es gran partidaria de tener gratuidad universal.
El presidencialismo es un régimen político complejo, que no funciona bien, que depende de la popularidad del Presidente. Si el Presidente no es popular funciona pésimamente
-¿Defender las reformas no es la mejor fórmula entonces de proyectarse como coalición?
-Yo creo que no. Algunas cosas se pueden defender, y hay algunas que tienen mucha aprobación, como la autonomía, el aborto, también la gratuidad para los más pobres, pero las demás no le llaman demasiado la atención a la población.
-Se ha instalado un debate de que podrían venir dos o tres gobiernos de centroderecha. ¿Comparte esa tesis?
-El escenario actual es positivo para esa proyección, pero esto cambia muy rápido. Si uno recuerda abril de 2014 tú podrías haber dicho aquí viene una Nueva Mayoría por 12 años, no resultó, entonces depende de si Piñera es capaz de mantener un apoyo razonable, y este nivel de resiliencia, si logra construir acuerdos.
-¿Y se ve hoy en día alguien que pueda tomar la posta de Piñera en su sector?
-Hoy día no es evidente, pero tampoco lo era cuando asumió Bachelet en el gobierno, a mí no me preocupa mucho. Creo que si el gobierno lo hace bien y es razonablemente popular va a lograr heredar el gobierno a alguna figura que va a emerger en el gabinete, pero lo prioritario es mantener altos niveles de popularidad y convocar un proyecto nacional.
-Ahí también surge el debate sobre la reelección. ¿Usted es partidario de esta fórmula?
-Si se va a discutir eso sería más bien partidario de discutir el régimen político, el presidencialismo es un régimen político complejo, que no funciona bien, que depende de la popularidad del Presidente. Si el Presidente no es popular funciona pésimamente. Yo personalmente soy partidario del parlamentarismo, pero no sé si hay base para eso.