Una invitación el lunes por la noche de los ministros Cristián Monckeberg (Segpres) e Ignacio Briones (Hacienda) al palacio presidencial de Cerro Castillo a varios senadores de Chile Vamos fue un hito clave para destrabar la negociación que llevaba a cabo el Ejecutivo con su coalición en el marco de su proyecto de ley del segundo retiro anticipado del 10% de los fondos de AFP.
Los UDI Claudio Alvarado, Ena von Baer, Luz Ebensperger y David Sandoval, junto a los RN José García Ruminot, Rodrigo Galilea, Kenneth Pugh y Francisco Chahuán llegaron esa noche, de manera distendida a comer con los ministros -compartieron lasagnas-, para abordar la compleja situación por la que está atravesando el gobierno y su coalición.
Esa noche, dicen en el oficialismo, “se actuó en equipo” y se pudo conversar como hace tiempo no se daba por distintas razones, agregan, como la pandemia y la reunión periódica telemática que, agregan, complejiza aún más el diálogo.
Ese lunes, el Ejecutivo había cumplido casi una semana luego de anunciar su propio proyecto del 10% y solo 24 horas antes había anunciado que el Presidente Sebastián Piñera recurriría al Tribunal Constitucional (TC) para objetar la reforma constitucional de la misma materia, pero impulsada por la Cámara de Diputados.
El gobierno, en ese sentido, ha insistido en que se trata de un requerimiento que solo apela al mecanismo por el que se busca legislar: a través de artículos transitorios que bajan los quórum y por medio de iniciativas que sobrepasan las atribuciones del poder legislativo.
Sin embargo, el plan TC de La Moneda había recibido un portazo por parte de los llamados “senadores díscolos” de Chile Vamos -los RN Manuel José Ossandón y Juan Castro y los UDI David Sandoval, Iván Moreira y José Durana-, quienes en el retiro del primer 10% ya habían ayudado, con su voto, a darle viabilidad a la iniciativa.
Por un lado, diputados oficialistas criticaron la decisión del gobierno de recurrir al TC -sobre todo, decían, por su “destiempo”- y, por otro, senadores como Ossandón hablaban de “letra chica” en el proyecto de ley impulsado por el Ejecutivo. Se cuestionaba principalmente que la iniciativa gubernamental planteara un “autopréstamo” y por otro entregara los dineros de manera tardía, en 60 días.
Con esa reunión, el asunto se comenzó a destrabar. Los senadores pusieron sus requerimientos sobre la mesa y los ministros enfatizaron en la importancia de establecer impuestos para las altas rentas.
Al día siguiente, los senadores Chahuán, Durana y Sandoval presentaron indicaciones en las comisiones unidas de Trabajo y Hacienda y finalmente se aprobó un proyecto de ley bastante distinto al presentado en primera instancia por el Ejecutivo. Pero con un punto relevante a considerar: habían sido previamente acordadas con el gobierno.
Ya el ministro de la Segegob, Jaime Bellolio, había adelantado en varias entrevistas radiales y sus propias vocerías que todo era negociable. La pregunta entonces que se hacían los parlamentarios es por qué el gobierno no ingresó de manera distinta dicho proyecto de ley. La respuesta más técnica que sostienen en Chile Vamos es que llevar al TC una reforma constitucional de la Cámara con un contenido idéntico al que habían presentado como Ejecutivo podía complejizar el argumento ante el tribunal.
La otra respuesta es que, afirman, el gobierno tiene la necesidad de ordenar a su coalición y, por tanto, de darle esta jugada política a sus senadores. Sobre todo, considerando que en Palacio insisten en que, en la Cámara de Diputados, tanto Monckeberg como Bellolio intentaron negociar sin éxito con sus parlamentarios para encontrar un camino alternativo.
Las negociaciones de este miércoles durante la tarde siguieron en el Congreso, pues el gobierno tenía el objetivo de que ambos proyectos -la reforma constitucional de la Cámara y su propia iniciativa- fuesen votadas en una misma sesión de la Sala del Senado. Y así fue: este jueves se votarán ambas iniciativas del segundo 10%.
El gesto a Moreira
Ya el martes por la tarde senadores UDI como Sandoval y Durana anunciaron que se abstendrían en la votación de la reforma constitucional impulsada por la oposición. Eso, dijeron, lo habían decidido una vez que pudieron acordar con el gobierno las indicaciones que se aprobaron en las comisiones de Trabajo y Hacienda: un retiro de fondos universal y sin reintegro.
No obstante, faltaba que el senador Moreira diera el sí. Esa noche de lunes, algunos senadores dieron cuenta de que el desorden oficialista tenía mucho que ver con las “cuentas personales” que tenía cada parlamentario con el gobierno: por conflictos de nombramientos en sus zonas o resentimientos con algunas decisiones.
Moreira era un caso difícil de convencer, admitieron senadores esa noche: debía intervenir el Presidente Piñera, sobre todo considerando la mala relación que mantiene con la timonel de su partido, Jacqueline van Rysselberghe.
Finalmente, al mediodía, sorpresivamente, el senador Moreira llegó hasta Palacio para recibir un gesto directo del mandatario. Se fotografiaron y el parlamentario anunció que se abstendría en la votación de la reforma opositora.
La tesis de que hay dos caminos y que escogerán el “institucional”, el “correcto”, se comenzó a instalar con más fuerza entre los senadores.
“Hay dos alternativas: una es una reforma constitucional, un camino que tiene una gran barrera que es el Tribunal Constitucional y, por otro lado, que es el proyecto de ley que tiene el camino absolutamente despejado -y que es una norma legal y constitucional- con el mismo objetivo. Sería irresponsable que impidiéramos que la gente tuviera a tiempo su retiro del 10%”, dice a T13.CL el senador Sandoval.
En paralelo, el parlamentario Castro anunció en el hall del Senado que se abstendría. Consultado por este medio, el senador recalca: “Fui uno de los que presionó al gobierno para presentar este proyecto y también soy de los que organizó y coordinó estas indicaciones que fueron todas bien recibidas por las comisiones unidas de Trabajo y de Hacienda”.
Más tarde, el senador Ossandón envió un comunicado de prensa en el que afirmaba que apoyaría el proyecto del gobierno, pues este “ya no tiene letra chica”, sin embargo, no ha precisado que se abstendrá en la jornada de este jueves.
Eso sí, tanto Sandoval como Castro afirmaron que los cinco “díscolos” se abstendrán.
En el gobierno siguen atentos hasta el último minuto, “no se confían”, pues bien saben que el desorden oficialista ha llegado a generar escenarios inesperados durante los últimos meses.
