Sebastián Piñera lanzó este martes su tercera candidatura presidencial (participó antes en las elecciones de 2005 y 2009). En la explanada del Parque Quinta Normal, rodeado de alcaldes y dirigentes de Chile Vamos, además de protagonistas de logros de su gobierno como dos de los rescatados de la Mina San José, hizo oficial un anuncio esperado hace meses en la oposición en medio de críticas a la administración Bachelet y de las expectativas creadas en torno a la fórmula con la que intentará separar la política de los negocios. Acá, seis claves del discurso:
Fideicomiso ciego: el nudo más difícil
Gran parte de las expectativas en torno al discurso estaban puestas en cuánto avanzaría Piñera en resolver el callejón que representa el cruce entre sus facetas de político y hombre de negocios.
Más allá de que en el seno del piñerismo consideren que los casos Dominga y Exalmar no representan un peligro real para sus aspiraciones, tomar medidas que impliquen una separación efectiva de sus negocios se ha convertido en una condición reclamada y exigida desde las filas de la propia oposición: “Piñera tiene que garantizar una separación total entre negocios y política”, espetó hace poco el senador y ex timonel UDI Hernán Larraín.
En este sentido, en Apoquindo 3000 –edificio que alberga tanto a Bancard como a la Fundación Avanza Chile- han estado planificando hace semanas las fórmulas con las que el ex mandatario cerraría este flanco, a través de un fideicomiso ciego.
El conflicto, dicen en el piñerismo, pasa en particular porque la ley 20.880 sobre “probidad en la función pública y prevención de los conflictos de interés” –vigente desde enero de 2016- obliga a ciertos cargos de primera línea (Presidente, ministros, subsecretarios y parlamentarios, entre otros) a constituir mandatos de fideicomiso ciego o vender, siempre que sean, por ejemplo, “titulares de acciones de sociedades anónimas abiertas”. Con una fortuna que según el último ranking Forbes se estima en US$ 2.700 millones, y una estructura de firmas en muchas de las cuales solo figura su familia y no directamente él, el grueso de su fortuna no estaría obligada (según esta ley) a quedar sometida a un fideicomiso ciego.
La decisión final está en manos de Piñera y las dudas que debe resolver pasan, entre otras, por el rol de su familia en las sociedades y por la –casi segura- inclusión de sus inversiones en el extranjero en el fideicomiso que establezca.
Así, en su discurso solo optó adelantar, en líneas gruesas, que tomará medidas en este sentido: “Con respecto a la administración de mi patrimonio, como candidato y si soy elegido Presidente, cumpliré estrictamente con la exigente ley de probidad pública recientemente aprobada. No participaré en la administración ni gestión de ninguna empresa y tomaré todas las medidas necesarias, incluso yendo más allá de lo exigido por la Ley, para separar totalmente mi rol de Presidente y abandonar cualquier legítimo interés de naturaleza privada, de forma de asegurarles a mis compatriotas que mi única motivación como Presidente, ha sido, es y será, dedicarme en cuerpo y alma, destinando todos mis esfuerzos y capacidades, a resolver los problemas, crear oportunidades y mejorar la vida de todos los chilenos. Más adelante daré a conocer los caminos a seguir en esta materia”.
Judicialización de la política
Exalmar y Dominga, los casos investigados a partir de querellas presentadas por el diputado Hugo Gutiérrez (PC), respecto de la compra de acciones a una pesquera peruana en pleno litigio en La Haya y la participación de sociedades familiares del ex presidente en el inicio del proyecto minero que acaba de ser rechazado, también estuvieron presentes en el discurso del ex mandatario.
“Se ha instalado un ambiente de divisiones, descalificaciones, querellas y comisiones investigadoras, muchas veces sin fundamentos ni respeto por la verdad”, dijo Piñera, quien apuntó en contra de la judicialización de la política al señalar que “se está instrumentalizando a los organismos públicos, la Fiscalía y el Poder Judicial, para atacar a los adversarios políticos”.
En este sentido, reiteró el concepto usado por él mismo cuando se dieron a conocer los detalles del proyecto minero Dominga: “Mi familia y yo hemos sido víctimas permanentes de esta inescrupulosa y a veces canallesca campaña sucia, orquestada y planificada por unos pocos, pero con el apoyo y complicidad de muchos”.
Continuidad vs. Cambio
La oposición lleva semanas intentando que el electorado identifique a Alejandro Guillier –el rival más fuerte de Piñera- como el continuador de la Nueva Mayoría. Y es que el eje cambio-continuidad será central en la campaña del ex Mandatario, apelando a la baja evaluación ciudadana de la actual administración.
Hasta ahora, sin embargo, no existiría una diferenciación clara entre Piñera y Guillier, respecto de “quién representa mejor un cambio”. Así se desprende, al menos, de la encuesta Cadem del 3 de marzo, que midió atributos de los presidenciables y, en esa pregunta, el senador por Antofagasta obtuvo 31% de preferencias, contra 29% de Piñera.
En este contexto, el ex Mandatario puso énfasis en su discurso: “Estoy convencido que Chile tiene dos grandes caminos: una opción es insistir, o incluso profundizar, el camino equivocado que el actual Gobierno está recorriendo; la otra opción es corregir los errores”, dijo, para luego rematar agregando que “en síntesis, en esta elección deberemos decidir entre avanzar o retroceder. Entre unidad o división. Entre diálogo o confrontación. Entre cambio o continuidad”.
Quintana y Eyzaguirre: protagonistas indirectos
En su discurso, Piñera intentó usar a su favor dos declaraciones de personeros oficialistas que en su momento generaron polémica no solo en la oposición, sino que fueron mal evaluadas en sus respectivas coaliciones.
Sin nombrarlos, el ex Presidente parafraseó al senador PPD Jaime Quintana, quien en marzo de 2014 dijo que usarían una “retroexcavadora” para destruir “los cimientos anquilosados del modelo neoliberal”, y al ministro Nicolás Eyzaguirre, quien ese mismo año -cuando lideraba la cartera de Educación- defendió la reforma al sector apelando a una analogía en que la educación pública era un competidor “descalzo” y la privada uno que corría en patines: “Me dicen, ¿por qué no entrenas más y le das más comida al que va descalzo? Primero tengo que bajar al otro de los patines”.
“Sin duda la retroexcavadora ha hecho muy bien su trabajo de alta destrucción y nula creación. Y quitarles los patines a los niños y jóvenes ha significado arrebatarles parte de su futuro. La Nueva Mayoría prometió regalarnos el presente, pero en la práctica, nos está arrebatando el futuro”, dijo Piñera.
Críticas al Gobierno
“El Gobierno de la Nueva Mayoría ha sido un mal Gobierno”. De entrada, en su tercer párrafo, el ex Mandatario resume con esta frase el crudo diagnóstico que hace de la administración bacheletista.
Recurriendo a afirmaciones que ya ha hecho en ocasiones anteriores, reitera que a su juicio “mientras el mundo avanza nuestro país se estanca”, y sostiene que se han registrado retrocesos en empleo, salarios, pensiones y productividad.
Aludiendo a los más grandes cambios comprometidos por Bachelet durante su campaña y que han marcado el eje del actual gobierno, asevera que “las tres reformas estructurales: tributaria, educacional y laboral, fueron mal concebidas, peor implementadas y han significado un grave daño y retroceso para Chile”.
Asimismo, justo en momentos en que desde la oposición critican a La Moneda por no aplicar la ley antiterrorista tras los últimos atentados incendiarios a camiones en La Araucanía, aseguró que no solo la delincuencia y la drogadicción “crecen”, sino también “el terrorismo”.
¿Campaña limpia?
Apenas La Tercera publicó que la hija menor de la Presidenta Bachelet poseía media hectárea a 12 kilómetros de Dominga -y que esos terrenos podrían haber ganado plusvalía si el proyecto era aprobado-, el piñerismo reaccionó de inmediato. Cecilia Pérez, ex vocera y una de las asesoras clave del ex mandatario, habló incluso de “Caval 2” y el diputado UDI Felipe Ward sugirió citar a Sofía Henríquez a una comisión investigadora.
Sin embargo, en un evidente contraste, la reacción del propio Piñera en Twitter fue: “Las críticas que recibí por caso Dominga me parecieron absurdas y sin fundamentos. Lo mismo opino de críticas recibidas hoy por la Presidenta”.
En su discurso, el ex Presidente aseguró que “nosotros haremos una campaña limpia, positiva y con la verdad. Una campaña que deje huellas y no cicatrices. Los que quieran seguir en el barro que asuman su responsabilidad”.