Reforzar identidad y no pactar con Chile Vamos: el plan que asoma en el Partido Republicano
Un par de horas antes de que este martes José Antonio Kast llegara hasta el Congreso en Valparaíso, un diputado del Partido Humanista, electo con 948 votos, llegó vestido de “cocinero” en alusión directa al acuerdo que habían firmado la noche anterior 14 partidos y tres movimientos políticos.
Aunque el parlamentario que hizo dicha performance no tiene relación política con el Partido Republicano, ese día sí tenían algo en común: eran opositores a un entendimiento político transversal para iniciar un nuevo proceso constituyente luego de la fallida propuesta de la Convención Constitucional.
Pero esta escena -la del “cocinero”, los Republicanos la miraron con distancia. Tanto así que fue comentada durante el almuerzo que sostuvieron los parlamentarios con la directiva que lidera Ruth Hurtado y Arturo Squella y el propio Kast.
Kast por nuevo proceso constituyente: “No es una segunda oportunidad, es un segundo error”
Los dirigentes republicanos se habían reunido ese día para delinear los próximos pasos a seguir pues el partido se restó de las conversaciones constitucionales, pese a que cuando esta negociación comenzó sí estuvieron sentados en la mesa.
Se restaron al igual que el acuerdo del 15-N y, durante toda esta semana, Kast ha repetido que se trata de un “segundo error”.
“Los Republicanos no vamos a permitir que refunden Chile”, dijo la presidenta del partido, Ruth Hurtado, desde el hall El Pensador, rodeada de los dirigentes. “Tenemos una sola voz en esta materia y no es algo que hayamos decidido en las últimas dos horas ni que hayamos pensado después de ver alguna encuesta, es algo que decidimos desde que surge el movimiento republicano, que es estar con los chilenos”, agregó, en tanto, el jefe de bancada, José Carlos Meza.
Quienes presenciaron ese almuerzo en el Congreso dicen que Kast les pidió cuidar el tono y evitar a toda costa caer en performances como la de esa mañana del “diputado chef”.
La petición de “cuidar el tono” se daba, sobre todo, en momentos en que la relación con Chile Vamos -especialmente con la UDI- se encuentra tensionada.
El líder de la UDI, Javier Macaya, dijo, previo al acuerdo, que los extremos, como Daniel Jadue (PC) y José Antonio Kast, se van uniendo al rechazar este nuevo proceso, y que solo tienen una mirada “cortoplacista”. Los Republicanos decidieron no salir a contestar masivamente justamente en línea con cuidar el tono.
Pero sí lo hizo Cristián Valenzuela, mano derecha de Kast: “Resulta chocante escuchar a dirigentes de Chile Vamos tratar de igualar a quienes desde un lado del espectro político rechazamos este segundo acuerdo constitucional, con dirigentes como Daniel Jadue, cómplice e instigador de quienes destruyeron del país e intentaron desestabilizar al gobierno (en el estallido social)”, escribió en su columna semanal de La Tercera.
Y es que las decisiones de este momento crucial son parte del puzle de una estrategia mayor para los Republicanos. La oportunidad de reforzar su identidad hacia la derecha en momentos en que Chile Vamos pareciera “centrarse” es clara.
¿Hay que atraer a los huérfanos de la UDI y RN que eventualmente no comprenden que, con un 62% del Rechazo, igualmente se haya cedido a la aspiración histórica de la izquierda de redactar una nueva Constitución? Varios creen que eso ocurrirá tarde o temprano, aunque comunicacionalmente Kast ha enfatizado en que no están preocupados de lo que haga la coalición de centroderecha.
La disputa por el legado de Jaime Guzmán, en paralelo, por estos días, pareciera intentar instalarse. El Partido Republicano comentó con tono crítico, en privado, que Macaya haya dicho en una entrevista humana con Ignacio Franzani que no se siente heredero de Jaime Guzmán. “Me llama la atención la UDI. Jaime Guzmán no habría firmado este acuerdo”, dijo, en tanto, Kast, este miércoles en Tele13 Noche.
¿La primera prueba de fuego?
El Partido Republicano, así, dejó demarcado esta semana que se opondrán a este acuerdo, pero que igualmente presentarán ciertas indicaciones para “mejorar”, dijeron, lo que se pueda. Sobre todo materias en línea de evitar cualquier gasto estatal excesivo.
Por lo pronto, en la bancada afirman que hay que ir paso a paso, porque, subrayan, ya ha empezado a existir ruido interno en la Cámara respecto al real respaldo de diputados de izquierda y de centroderecha a la reforma que viabilice el acuerdo del 12-D. ¿Alcanzarán el quorum de los 4/7? Los Republicanos dicen que en la corporación aún está por verse.
Sin embargo, saben que igualmente tendrán que competir una vez se lleve a cabo la elección de consejeros. “Nosotros vamos a tener listas de candidatos que representen verdaderamente las ideas de derecha, de Arica a Punta Arenas”, de adelantó Squella ese martes en el Congreso.
Si los comicios se concretan en abril, el Partido Republicano ya habrá cumplido su primer año legislativo con su bancada de 13 diputados y un senador. Por eso, en el partido creen que será un prueba de fuego: ¿podrán alcanzar proporcionalmente en este órgano los 11,18% que lograron en 2021 en la Cámara con 15 diputados? O más aún: ¿seguirá fiel ese 27,9% que alcanzó Kast en la primera vuelta?
Desde Chile Vamos, en tanto, reconocen que la posición de los Republicanos es una oportunidad de crecer hacia el centro. “Para la UDI la existencia de un proyecto de extrema derecha, con el corte identitario que tiene el Partido Republicano es una buena oportunidad para perfilarse como una derecha con vocación de mayoría, con vocación de acuerdos”, dijo Macaya hace unas semanas.
Los Republicanos, por su parte, saben que, con esta estrategia -de correr por la vía propia-, rechazando un proceso que puede ser exitoso -han observado de cerca los 12 bordes constitucionales- corren un alto riesgo. ¿Cómo se posicionaría su próximo candidato presidencial luego de haber estado en contra de aquello que “encauzó” la crisis? “Si hasta el Partido Comunista se sumó esta vez”, le han enrostrado algunos.
Sin embargo, muchos creen que estas definiciones de fondo que toman Kast y el partido tendrán réditos, porque la gente valora la coherencia y la consistencia.
Por lo pronto, la mayoría aboga por no pactar con Chile Vamos, porque, dicen, les perjudicaría para su identidad e incluso, señalan, numéricamente, a la luz de los resultados de la elección de convencionales en la que sí compitieron juntos. Kast ya adelantó que esa tendrá que ser una decisión colectiva de su partido. ¿Y si la izquierda logra lista unitaria? El debate, sin duda, se encenderá en las próximas semanas.