"(Cuando llegue a Chile) la segunda pregunta que me van a hacer es esa (el caso Apablaza). La primera será cómo está su hermano Marcelo, que es el Bielsa importante en el vecino país”.
Con esta alusión al recordado ex entrenador de la selección chilena de fútbol, Rafael Bielsa enfrentó una de las preguntas que le hicieron los senadores trasandinos que asistieron a su comparencia ante la comisión de Acuerdos de dicha instancia legislativa, que el viernes pasado analizó su nombramiento como nuevo embajador de Argentina en Chile.
La sesión se prolongó por poco más de cien minutos. La mayor parte del tiempo el diplomático la dedicó a exponer y responder inquietudes sobre los procesos de integración a nivel local, aunque también hubo espacio para consideraciones políticas.
"Creo que era la única embajada en el mundo a la que, por distintas razones, hubiera dicho que sí”, sostuvo de entrada el excanciller del gobierno de Néstor Kirchner, quien confesó tener un "profundo amor por Chile", aunque también señaló que por "razones familiares" no podía alejarse demasiado de Argentina.
“La acepté con convicción y determinación. Es un país que requiere de mucho, mucho, mucho trabajo. No sólo por los 5200 km de frontera que compartimos, sino porque mi punto de vista es que el proceso de integración que Argentina tiene con Chile es el más profundo, con más variantes, que más aristas toca y que más activo está en la práctica”, dijo luego.
Con alusiones a la poesía de Pablo Neruda, a la importancia de la región de La Araucanía y destacando su amistad con el diplomático chileno Juan Gabriel Valdés, Bielsa fue subrayando los vínculos que lo unían con Chile. Fue en ese contexto que fue consultado por la postura que asumiría como embajador ante la situación que vive el exfrentista Galvarino Apablaza, acusado en Chile de ser el autor intelectual del crimen del senador UDI Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards, quien en 2010 recibió la condición de refugiado político en Argentina, figura que hoy está en revisión judicial luego que el gobierno de Mauricio Macri decidiera retirarle dicho estatus.
“Muy buena pregunta senador (Martínez), se la agradezco. En primer lugar, un asilo concedido que se revoca, si la comisión que lo concede, que se llama Conare -que es una comisión conformada por varios ministerios y con la presencia con voz pero sin voto de la Acnur- lo puede volver a conceder. Por lo tanto, yo ignoro cuál es la posición del Poder Ejecutivo, pero le quiero decir que (el asilo) se concedió, se dio de baja, pero se puede volver a conceder o mantener esa baja", dijo de entrada el diplomático.
“Esto es un dato importante de conocerse. Un segundo dato quizás más importante aún, porque en algún sentido constriñe la facultad de la Conare, o no, habría que ver como lo toma la Conare, es que la concesión del asilo fue impugnada primero administrativamente y luego jurisdiccionalmente”, precisó luego Bielsa, quien recordó que el tema ha sido recurrentemente abordado bilateralmente "tanto por los gobiernos de la Concertación como los de Piñera".
"Si usted me pregunta a mí, que tengo una cultura exageradamente jurídica, yo no interfiría ante una decisión judicial", sentenció el nuevo embajador, tomando distancia de una eventual salida política para el caso.
Monckeberg y el estallido social
Durante su comparecencia, Bielsa reveló que ya se ha reunido en un par de ocasiones con el nuevo embajador chileno en Buenos Aires, Nicolás Monckeberg, sobre quien virtió elogiosos conceptos.
“Es un gran embajador, es un amigo personal del Presidente Piñera, un tipo muy formado, es lo que llamaríamos en términos políticos un conservadurismo de derecha lúcido, muy agradable”, dijo Bielsa. “En lo personal, me interesa más lo que me dice un opositor en términos políticos que un allegado que no muchas veces no articula sujeto con predicado”, añadió el diplomático, quien a propósito de sus conversaciones con Monckeberg hizo una reflexión sobre los acontecimientos ocurridos en Chile a partir del 18 de octubre pasado.
"No pensamos lo mismo (con Monckeberg), pero tampoco diametralmente opuesto. Los términos de la guerra fría no existen más, los problemas son hoy de la legitimidad de la política, respecto de las ciudadanías disconformes. Eso es lo que pasa en Chile básicamente, la nuez del conflicto el día de hoy. El modelo económico fue injusto en la repartición de bienes públicos y eso llegó a un punto de muy difícil pronóstico”, sentenció.
