Este lunes asume como nueva ministra de Cultura, Consuelo Valdés, en reemplazo del escritor Mauricio Rojas, quien renunció al cargo solo cuatro días después de su nombramiento por la polémica que generaron sus dichos en que calificó la muestra del Museo de la Memoria como un "montaje", palabras que son parte del libro Diálogos de Conversos, publicado en 2015.
Sin embargo, aquel texto también cuenta con la participación de otro escritor y actual ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero.
En el escrito, el actual encargado de las relaciones internacionales del país también se refiere al Museo de la Memoria, calificándolo como de la "mala memoria", situación por la que algunos sectores de oposición también solicitan su salida.
En un diálogo en el que igual participa Rojas y que justamente, le terminó costando el cargo, Ampuero asegura que la debilidad ética y pedagógica del museo es que "cuenta una historia trágica que comienza abruptamente, sin hacer referencia al Chile que destruimos entre todos a comienzos de los años setenta, a ese Chile que hemos recordado bajo este parrón epicuireano desde la perspectiva de la izquierda militante".
En ese sentido, Ampuero recalca que "nada justifica la violación de derechos humanos bajo la dictadura, pero el Museo de la Memoria no explica bajo qué circunstancias estalló el horror que condenamos".
"En el diseño de ese museo hay un mal narrador, un narrador partidista e interesado. En ese sentido no es un museo nacional, es un museo de la mala memoria", sostuvo.
Referente a la misma idea, la autoridad añade: "Esto es cuando a uno lo tildan de batistiano -de Batista, apellido del dictador cubano anterior a los actuales- por exigir hoy elecciones libres en Cuba. El museo, que se financia con los recursos de todos nosotros, debe servir de educación cívica de todos los chilenos, y eso exige contar la historia completa, donde unos fueron responsables por azuzar el odio y la división, y otros por reprimir, torturar y asesinar, Mientras no lo haga, para mí seguirá siendo el museo de la mala memoria", dice.
Según indicó La Tercera, desde Cancillería respondieron que en el libro el secretario de Estado "señala expresamente que nada justifica la violación de derechos humanos bajo la dictadura" y que "exhibe los horrores de la represión, y que debe exhibirlos para que no se olviden", recalcando que su opinión en "en nada justifica o niega las violaciones a los derechos humanos".
"Museo de los mil días"
Estas palabras se suman a una columna de opinión que un año después, en 2016, Ampuero publicó en El Mercurio donde volvía a referirse al Museo de la Memoria, asegurando, entre otras cosas, que "nos urge otro museo, uno que muestre la traumática crisis política y económica que atravesó Chile bajo la Unidad Popular".
A esta nuevo proyecto Ampuero le pone el nombre del "museo de los mil días", al que propone además ubicar en la casa presidencial de Salvador Allende en calle Tomás Moro en Las Condes: "Junto con defender los derechos humanos, un museo de los mil días debería recordar que ni la república ni la democracia están garantizadas para siempre, que todos debemos velar por ellas, y que su cuidado y desarrollo exigen como requisito la libertad, el diálogo, la tolerancia, el respeto a la minoría y la convicción de que nadie aquí es prescindible ni dueño de la verdad", aseguró.