José Ramón Valente estuvo hace un par de semanas en medio de la polémica por sus dichos recomendando invertir en el extranjero, lo que se sumó a los dichos del ministros de Educación que le pedía hacer bingos a los colegios para financiar sus gastos.
Esto coincidió con la publicación de la encuesta Cadem, que mostró una fuerte caída en la aprobación de la gestión de Sebastián Piñera, quien por primera vez bajó del 50% de aprobación.
En entrevista con El Mercurio, el ministro de Economía se refirió a su polémica frase, señalando que: “Cuando hay tan buenas noticias que dar, como el crecimiento, la inversión extranjera y que en vez de eso uno vea que la comunicación se centra en los dichos de un ministro, eso es una mala noticia para el ministro, sin duda. Definitivamente, que haya habido dos o tres días en que se hable solamente de los que dijo el ministro, en vez de que se hable de las cosas buenas que están pasando en economía…”
Sobre sí influyó en la baja en las encuestas de Sebastián Piñera, Valente expresa que si bien no hay una fórmula que permita establecer que los dichos de un ministro influenciaron la caída en las encuestas “sabemos que las dos cosas ocurrieron, y ahí sabemos que a veces la gente confunde la causalidad con la correlación. Sabemos que los dos eventos están, estuvieron las frases de los ministros y estuvo la baja de la popularidad. Que una explique la otra ya es una cosa que vamos a ver en el tiempo”.
Consultado sobre si sus dichos fueron desafortunados o si se exageró mucho, el ministro señaló que sucedieron ambas cosas y que “si tuviera que responder la misma pregunta, no la respondería en la forma que lo hice. Pero técnicamente la respuesta está correcta, pero desde el punto de vista comunicacional que uno tiene que hacer al país, no es la fórmula correcta de responder”.
Valente confidenció que las críticas que más le dolieron fueron las de sus pares: “Aquellos que te conocen, con los cuales has estado y se encuentran contigo en la calle y te dicen que lo que hay que hacer en el país es A, B, C desde fuera. Y uno los mira con cara de diciendo “que estás haciendo tú para eso”. Le dices que lo hagan, te responden que no, que lo haga yo u otro. Esa es la crítica que más me duele”.