El jefe de bancada de Evópoli, Luciano Cruz-Coke, es de los pocos diputados en Chile Vamos que se ha opuesto a los retiros anticipados del 10% de los fondos de pensiones. Su “sector” si bien no ha salido con fuerza a defender al gobierno por la decisión de recurrir al Tribunal Constitucional (TC) -más bien La Moneda recibió críticas transversales-, aquí el parlamentario marca una postura que es representativa en esa parte del oficialismo: se debe respetar la Constitución, pero el gobierno debe adelantarse mejor a los escenarios y ofrecer más ayudas económicas a la clase media.
El líder de Evópoli, además, hace un análisis de lo que viene ocurriendo desde julio del año pasado en la coalición y la administración de Sebastián Piñera. Y advierte que se deben unir; de lo contrario, dice, le dejan una oportunidad a la oposición en las elecciones de fin de año.
“Se cometió un error en el primer retiro al no recurrir al TC. Había la posibilidad de no abrir una compuerta que después sería difícil de cerrar. Hoy estamos en un tercer retiro y todo indica que podría haber un cuarto, un quinto y un sexto, y seguir desfondando las pensiones y dejando sin recursos a los sectores más necesitados de la población; que ese es efectivamente el mayor problema”, dice sobre el gobierno.
—¿Fue este el momento idóneo para recurrir esta vez al TC? Ha habido polémica y malestar social…
—El primer rol de un gobierno es garantizar el cumplimiento del Estado de Derecho y los límites que pone la misma democracia a todas las instituciones, entre otras, el Congreso, que no tiene por qué sentirse con una prorrogativa especial para saltarse la Constitución, eso es lo grave de esto y por eso es que se recurre al TC. Más allá del momento político, que es opinable, tiene que ser capaz de jugar con las reglas. Aquí hay un irrespeto total a las atribuciones que corresponden a cada institución. Con todo lo que se viene y el debate constituyente, si no establecemos que es la Constitución la que delimita bien las reglas del juego significa que vamos a estar en problemas y que vamos a tener durante muchos años una falta de límites claros, de inseguridad jurídica.
—Los ministros han dicho que no recurrieron en el primer retiro porque se había prometido que era una medida excepcional. ¿Fue ingenuo el gobierno?
—En mi humilde opinión, creo que sí. Hubo una cierta ingenuidad en pensar que esto iba ser de manera excepcional. Y lo advertimos desde el principio. Se dijo que esto sería excepcional y por única vez. Nadie pensó que esta deriva demagógica iba a abrirse como una cicatriz en nuestro Estado de Derecho. Muchos creen que saltándose la Constitución, saltándose las reglas, sin tener castigo alguno, pueden así recibir la benevolencia del electorado. Esto es un juego que lleva a las democracias a la debacle.
—Y esta vez, ¿el gobierno esperó mucho tiempo para presentar este requerimiento?
—Eso es materia de análisis de los abogados constitucionales que han formado parte del equipo del gobierno y que, a la luz del primer fallo, determinaron cuál era el mejor momento. El gobierno hizo las reservas de constitucionalidad y habiendo ya la votación en Sala finalmente se estimó que este era el momento en que había que acudir al TC.
—Lo que queda plasmado hoy es que el gobierno recibe críticas transversales por esta decisión. ¿Cómo se aborda políticamente?
—Este momento político se puede superar -o bien, que el gobierno salga exitoso del proceso- con cuatro elementos. Primero, el proceso de vacunación, que nos permite ir avanzando hacia la famosa inmunidad de rebaño, que nos permita abrir el país, e ir generando empleo. Segundo, el volumen de las ayudas sociales. Son importantes y es por eso que yo valoro tanto la ampliación del IFE; debemos centrarnos en la clase media, a la que no le está llegando los beneficios y que tampoco tiene hoy recursos, porque no puede trabajar. Tercero, ver cómo canalizamos este problema institucional que implica el proceso constituyente y ver cómo establecemos reglas del juego claras. Eso es importante porque si hoy hay grupos que estiman que pueden saltarse la Constitución solo por la propia voluntad, mañana va a ser con la nueva Constitución. Cuarto, actuar con mayor unidad y diálogo en Chile Vamos para enfrentarnos a una oposición que no tiene proyecto político y que está fracturada. En esos cuatro ejes nos jugamos el destino de la coalición y la continuidad de un gobierno de Chile Vamos.
—¿Cómo se recupera la unidad en la coalición?
—Tenemos que recuperar la convicción en los valores que creemos -libertad y responsabilidad-, que son los elementos que nos han permitido salir adelante en los últimos 30 años. Si no sentimos ningún orgullo cuando miramos hacia atrás y hoy solo vemos pugnas, va a ser difícil salir adelante. Podemos cometer el grave error de que una oposición tengan la oportunidad de disputarnos las elecciones en noviembre. Nadie gana con ideas ajenas. Eso es lo que le pasó a la Concertación que no defendió nada de lo hizo y terminó avalando a los sectores más extremos, en un ejercicio de autoflagelación permanente. Y hoy la socialdemocracia o la izquierda moderada desapareció. Corremos el mismo peligro: abandonar la idea de una centroderecha moderna, liberal, abierta, que dé más cabida a opiniones amplias. A Chile Vamos le está faltando espina dorsal para volver a entusiasmarse con las ideas propias.
—¿Ha faltado iniciativa del gobierno para contrarrestar los retiros?
—Esta situación política ha sido dura, para ningún gobierno en el mundo ha significado muchos aplausos. En el mundo aún se está analizando cómo los gobiernos han ido fallando en lo que la pandemia ha significado a nivel global. Trump prácticamente tenía ganada la elección porque la economía había funcionado bien y finalmente es la pandemia la que lo derriba. Pienso que tratar de hacer un juicio respecto de que si se pudo hacer mejor o peor, es difícil. Sí creo que el esfuerzo del gobierno debe ser mayor en coordinación, en adelantar escenarios y en estar pensando que tenemos un proceso constituyente y que luego tenemos elecciones parlamentarias y presidenciales, con primarias entre medio. Si no empezamos a actuar con un poco más de cohesión como Chile Vamos probablemente le demos una oportunidad a la oposición de encontrar elementos de unidad que hoy no tienen.
—Este jueves es la votación en sala del tercer retiro y queda la sensación de que el gobierno no tiene una carta bajo la manga, que no terminó por convencer al oficialismo de no apoyar la medida, ¿se rindieron?
—No, hay varios elementos. Está la reforma de pensiones, que es importante y pienso que tiene repercusiones precisamente sobre personas que hoy están recibiendo pensiones básicas solidarias. Hay cerca de dos millones de personas que podrían optar por beneficios rápidos. Lo planteó Yasna Provoste: la idea de avanzar en generar una pequeña reforma en materia tributaria que permita al menos temporalmente disponer de algunos recursos más.
—¿No cree que el gobierno está muy débil políticamente para impulsar un reforma de pensiones y una tributaria?
—Más allá de la popularidad que el gobierno pueda tener, hay un interés ciudadano mayor porque esa reforma de pensiones, que lleva más de diez años esperando, avance. Y yo he visto disposición de una izquierda más moderada de avanzar en el tema tributario de manera rápida.
Evópoli y los costos: “En política es importante la consistencia, eso genera beneficios”
—¿Qué tan altos pueden ser los costos para Evópoli al ser un partido que ha estado en contra del 10%, que aparece al lado del gobierno -que tiene bajo respaldo- de cara a las elecciones del 15 y 16 de mayo?
—No tengo hoy los elementos suficientes para hacer un análisis, lo sabremos después de la elección. Sí tengo claro que el que pretende obtener popularidad a costas de ideas ajenas probablemente va a recibir un doble castigo: uno del electorado propio y otro de al frente, que no vota ni hace más atractivos a los candidatos de la centroderecha. En general, uno actúa sobre la base de una cierta declaración de principios y, en ese sentido, los partidos debiesen ser ordenados. Porque la idea de pensar que una coalición que gobierna -más encima- se salva cada uno solo es un error. La suerte del gobierno está atada a la suerte de Chile Vamos y mientras más duro sea el camino y el escenario que enfrenta el gobierno, más duro será el escenario que enfrenta la coalición. No nos olvidemos de que este gobierno no es el de Sebastián Piñera sino el de Chile Vamos.
—¿Los costos no están pagados aún? El ministro del Interior dijo que ya lo estaban...
—No, es imposible. Uno no tiene la bola de cristal. Sí es importante en política -en el mediano y largo plazo- es que la consistencia en términos de tratar de proponer políticas públicas serias, de respetar el Estado de Derecho, de responderle a los electores que han votado por partidos y personas, eso al final genera beneficios políticos y no costos políticos.
—¿Pero existe preocupación por los resultados de la elección ante un escenario político tan adverso en Chile Vamos?
—Siempre que vienen elecciones, los partidos están preocupados de sus resultados electorales, pero tampoco los partidos pueden estar bailando al ritmo de las redes sociales, deben guardar cierta consistencia de principios y eso se debe reflejar en la acción política. Y eso, a la larga, termina dando réditos.
La abstención de Evópoli en el impuesto a los súper ricos
—Evópoli se abstuvo en Sala este miércoles en el proyecto de súper ricos. ¿Cómo ven el futuro de esta iniciativa?
—Es importante que para todos los proyectos que vienen podamos mantener comunicación con el gobierno y podamos proponer proyectos que permitan, en materias tributarias, tener alternativas razonables. Nosotros presentamos una indicación con RN. La idea es tener proyectos que ayuden en la pandemia y no terminar validando los proyectos del PC, como el proyecto de impuesto al patrimonio, que es un muy mal proyecto.
—¿Por qué se abstuvieron? El gobierno pidió votar en contra.
—Hemos buscado dialogar con el gobierno, esto es una votación en general y vuelve a la comisión y ahora vamos a ir a lo particular. Hay dos proyectos específicos, uno del PC, de la diputada Vallejo, y otro que es un proyecto que hemos impulsado los parlamentarios de Chile Vamos y estamos hablando con el gobierno para que pueda ojalá patrocinar este proyecto.
—Este es un caso donde se ve un mal timing del gobierno. Recién el lunes, a dos días de la votación en sala, se abrió a una posibilidad, y porque ustedes se lo piden. ¿Dónde está la iniciativa del gobierno?
—Pero esas cosas que se ven desde afuera, porque hemos estado en permanente contacto con Rodrigo Cerda, un ministro que está teniendo la sensibilidad que debemos ir adelantando escenarios. Lo mismo sucede con Juan José Ossa y Jaime Bellolio. Estamos tratando de que el proyecto tributario salga de la mejor manera posible, que se trate de recaudar de la mejor manera posible, incluir exenciones sobre las cuales ya trabajó Ignacio Briones.
—¿Hay falta de conducción política, o al menos falta de comunicación entre el gobierno y la coalición?
—Si en algún momento pudo haberla, estamos haciendo todos los esfuerzos precisamente para pasar la ofensiva y adelantar escenarios.